Crédito: Archivo Particular
Tierralta y la masacre de Putumayo: el mismo 'modus operandi'
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Los hechos ocurridos en Tierralta, Córdoba, hacen recordar la operación realizada en Putumayo por un grupo de fuerzas especiales, en marzo de 2022, durante la cual murieron 11 personas.
Por: Redacción Cambio
Las imágenes de un grupo de hombres vestidos de negro y portando fusiles en zona rural de Tierralta, Córdoba, trajo a la memoria lo ocurrido el 28 de marzo de 2002, en el Alto Remanso, Putumayo, donde el Ejército cometió graves violaciones a los derechos humanos durante un operativo militar.
En aquella ocasión, un grupo de 24 soldados, integrantes del Comando contra el narcotráfico y amenazas transnacionales (CONAT) del Ejército, ingresó a la vereda donde se realizaba un bazar comunitario, y abrieron fuego indiscriminado contra la gente que se hallaba reunida alrededor de las canastas de cerveza y la comida local.
Para profundizar
Uniformados vestidos de negro, con armas largas, se presentaron como integrantes de la columna Carolina Ramírez, de las disidencias de las Farc, organización ilegal que delinque en la zona. Luego se vino a saber que eran militares que buscaban a alias Bruno, cabecilla de los llamados Comandos de Frontera.
La operación, que se convirtió en una tragedia, dejó como resultado 11 personas muertas, entre ellas cinco civiles, el gobernador indígena Pablo Parduro; el presidente de la junta de Acción Comunal, Divier Hernández, y la esposa de este, Ana María Sarrias, que estaba embarazada.
En los videos quedó la imagen de los civiles reclamándoles a los uniformados porque no los dejan ingresar a la zona donde estaban los cuerpos de los muertos, y porque no creen que sean integrantes de grupos armados ilegales.
Para profundizar
Esas imágenes son similares a las grabadas en la mañana del lunes 11 de septiembre, en la vereda El Manso, zona rural de Tierralta, Córdoba, donde los pobladores, entre ellos varios menores de edad, rechazan la incursión violenta de un grupo de uniformados que se identifican como integrantes del frente quinto de las disidencias de las Farc.
La realidad era otra: se trataba de un grupo especial de la Brigada 11 del Ejército, comandado por un teniente, que es el que aparece en el video amenazando con su arma de dotación a una mujer que carga en sus brazos a un niño.
Tanto en el Putumayo como en Córdoba, los militares quisieron convencer a la comunidad de que pertenecían a grupos armados ilegales. Ahora la Inspección General del Ejército tendrá que establecer por qué algunos miembros de las Fuerzas Especiales utilizan este modus operandi contra la población civil.