Crédito: Ejército Nacional
Los crímenes de alias Nacho y alias Pipe, cabecillas de la banda La Inmaculada
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Los dos jefes de esta organización criminal tienen atemorizados a los pobladores de Tuluá, en el centro del Valle del Cauca. Son responsables de homicidios, extorsión y tener injerencia en varios despachos de la Alcaldía Municipal.
Por: Redacción Cambio
Desde finales de 2008, los pobladores del barrio La Inmaculada, a las afueras del municipio de Tuluá, Valle del Cauca, fueron testigos de la conformación de una de las bandas criminales más violentas de país.
En sus calles comenzaron a hacerse famosos los nombres de John Estiven Idrobo, alias Yerry, su primer cabecilla, y Óscar Darío Restrepo, alias Porrón, quienes ordenaban homicidios, extorsiones y amenazas de muerte, como las recibidas por el exfutbolista Faustino Asprilla o el cantante Charrito Negro.
Luego de la muerte de alias Yerry y la captura en 2015 de alias Porrón, el mando de la banda delincuencial quedó en manos de Andrés Felipe Marín Silva, alias Pipe, quien se encargó de ampliar el negocio criminal extorsionando a comerciantes y comprando a varios funcionarios de la Alcaldía Municipal.
Sus tentáculos criminales han llegado hasta dependencias claves en la administración municipal como las secretarías de Hacienda, Movilidad, Planeación y Comunicaciones.
Luego de un operativo realizado a finales de 2020, un grupo especial de la Policía logró la captura de alias Pipe, quien celebraba el inicio de año. Fue trasladado a la cárcel de La Picota en Bogotá.
La organización ilegal quedó en manos de su hermano Mauricio Marín Silva, alias Nacho, cuando permanecía detenido tras haberse entregado por la presión de las autoridades.
El tiempo de alias Pipe en prisión fue corto. Al salir en 2022, por vencimiento de términos, comenzó una serie de ataques terroristas que incluyeron quemar vehículos, en especial de servicio público. Además, ordenó la muerte de varios ciudadanos cuyo cuerpos aparecieron decapitados.
Las autoridades lo responsabilizan de múltiples amenazas contra jueces y fiscales. Hasta el actual alcalde de Tuluá, Gustavo Vélez, ha sido blanco de esta agrupación criminal. En plena campaña electoral, miembros de La Inmaculada lanzaron una granada contra su sede política y contra la casa de sus padres.
Luego de varios meses de seguimiento, las autoridades lograron capturar a alias Pipe el 9 de febrero. Su captura desató una crítica situación de orden público que dejó ocho vehículos incinerados y dos personas fallecidas, una de ellas era un patrullero de la Policía de Tránsito.
Según las autoridades, otros integrantes de la organización son: Andrés Mauricio Hernández Salazar, alias Caregallo; Jhon Sebastián Velásquez Rivera, alias el Enano; Edinson Marín Silva, alias Careviejo y Francisco Javier Jiménez Viveros, alias Mueco, que luego de varios operativos fueron capturados y enviados a las cárceles de Bellavista, La Picota y Picaleña.
No obstante, estos integrantes no han dejado de delinquir desde los centros carcelarios y las autoridades afirman que han ordenado extorsiones y hasta asesinar a quienes incumplen con los pagos.
El presidente Gustavo Petro ha advertido que la organización criminal “ha retado a la sociedad” y que sus jefes permanecen detenidos, por lo que aseguró que no aceptarán chantajes, y le pidió al Inpec realizar controles a las celdas de los integrantes de La Inmaculada.
