El libro abierto de Sergio Trujillo Dávila, fotógrafo publicitario y artista conceptual
16 Junio 2023

El libro abierto de Sergio Trujillo Dávila, fotógrafo publicitario y artista conceptual

Sergio trujillo Dávila. Al fondo, los proyectores de su sistema multi imagen que lo hicieron famoso y que hoy no hay manera de reparar.

Crédito: Sergio Trujillo Dávila (autorretrato) Fotos: cortesía Galería Espacio El Dorado y Ediciones Réplica. y

Más que un libro, y mucho más que el catálogo de una exposición, ‘Sergio, la cámara y yo’ es un proyecto que saca a flote la faceta de artista conceptual de Sergio Trujillo Dávila, un fotógrafo muy reconocido por su trabajo en la publicidad y por haber sido el gurú de las proyecciones multi imagen de diapositivas.

Por: Eduardo Arias

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Sergio, la cámara y yo recoge tres momentos de la obra fotográfica de Trujillo que, aunque muy diferentes entre sí, tienen en común que están muy alejados de la fotografía convencional y que podrían catalogarse como al arte conceptual. El libro (al igual que la exposición) la componen tres partes. Sergio, una serie de fotografías de su familia en situaciones cotidianas a las que el fotógrafo con su lente y sus encuadres les dio una dimensión inesperada. Cámara presenta una de sus series más conocidas titulada Muros, un registro de los afiches de publicidad política que se pegaron en los muros de Bogotá en campañas políticas de los primeros años 70, que el fotógrafo transforma en fotomurales con composiciones geométricas. Yo reúne una serie de autorretratos en blanco y negro en los que el fotógrafo interviene y desmiembra su cuerpo. Esta serie culmina con una instalación audiovisual en cuatro canales titulada Autovisual. Esta pieza, que data de 1983, la realizó cuando se separó de su esposa Pilar. Es un audiovisual que contiene fotografías desde mi juventud hasta el momento en que yo que me quedé solo en una casa con un colchón. Se fue mi señora, se fueron mis hijas. Comenzó a hacer autorretratos de su audiovisual. Hizo la banda de sonido y el montaje para cuatro proyectores de diapositivas que se transformó en un proyecto digital muy diferente al original.

Libro 1
Trujillo señala que la exposición (y de allí el libro) nació porque José Darío Gutiérrez, quien muchas veces le había comprado fotos de su archivo, le propuso hacer una exposición. “Yo le mostré todas mis fotografías, todos mis temas, la gran cantidad de fotografías que tengo sobre Colombia, las actividades, la gente, los retratos, las vestimentas”. Pero Gutiérrez le dijo que no estaba buscando fotos que tal vez podría hacer cualquier persona (aunque Trujillo considera que sus fotos tienen un sello personal bastante marcado) sino algo más cercano al arte conceptual.
Entonces volvió a visitarlo, esta vez con Arturo Salazar y José Ruiz, los curadores de la exposición y editores del libro, y encontraron esas fotografías de los años 70 y 80. Salazar y Ruiz ya se habían acercado a la obra de Trujillo a través del inmenso legado de su padre, el gran pintor, diseñador gráfico y también fotógrafo Sergio Trujillo Magnenat. Ellos ya sabían que Trujillo Dávila es un muy reconocido fotógrafo publicitario, pero encontraron que había hecho un gran trabajo como fotógrafo conceptual.Ahí nos sumergimos en el archivo de Sergio y encontramos este cuerpo de trabajo tan amplio. Empezamos a trazar unas relaciones, algunas formales y otras conceptuales, en torno a imágenes que había construido Sergio y en la investigación nos centramos en su trabajo en los 70s y una parte de los 80s que es cuando incursionó en la fotografía en blanco y negro”, señala Ruiz.

Libro 2
El proyecto del libro Sergio, la cámara y yo lo desarrollaron José Ruiz y Arturo Salazar desde el colectivo Ediciones Réplica. El libro, como la exposición que se presentó en la Galería Espacio Eldorado, está estructurado en esos tres momentos tan dispares. Ruiz señala que eso los llevó a editar el libro de tal manera que se siente como un miembro desmembrado. En efecto, cada una de las tres partes, así como el bloque donde aparecen los textos de la investigación que escribieron Salazar y Ruiz (denominado 978-958-49-9449-3) se despliegan y repliegan, lo que hace que el libro se pueda mirar de varias maneras. Los textos también están publicados en inglés. El libro ya se consigue en librerías independientes y también en la galería Espacio El Dorado. “Esta exposición para mí es un milagro. Es admirable que la hayan logrado con fotografías de mi archivo que yo tenía olvidadas. Yo solamente tenía presentes las fotografías de los muros. Además, yo no sabía tampoco que era un artista conceptual, me alegro mucho encontrarme dentro de un campo del arte que se llama conceptual”, señala Trujillo.

Libro 3
A diferencia de las fotos de los muros, que fueron muy comentadas y tuvieron bastante reconocimiento, las fotografías familiares y las del audiovisual no las conocía casi nadie. De hecho, varias de esas fotos donde aparecen él, su esposa Pilar y dos hijas, ni siquiera las había pasado del negativo al papel.
Él no recuerda muy bien cuándo empezó a interesarse por la fotografía. Cargaba con el peso de ser hijo de un artista muy destacado y, además, llamarse igual que él. Toda la vida, desde que nací, conocí el interés que tuvo mi papá por la fotografía y las fotografías que hacía eran extraordinaria. Ese señor era un maestro, era un genio”. Cuando Trujillo Dávila estaba en el colegio su padre le regaló una cámara. Él tomó las fotos del anuario del año en que se graduó del Colegio San Carlos y también dibujó las caricaturas de sus compañeros. ”Así comencé a seguir un poquito los pasos de mi papá”. Durante mucho tiempo tuvo en la casa de su familia, en la esquina de la carrera quinta con calle 58, un estudio de fotografía al lado del taller de cerámica de su mamá. En ese primer piso hoy funciona un restaurante. 

Libro 4

Comenzó su carrera retratando a niñas de la alta sociedad bogotana. Entró a la Universidad Nacional a estudiar arquitectura. “Me iba bien en todas las materias menos en matemáticas, en las que saqué cero aclamado durante tres semestres. Teníamos clases con Otto de Greiff en las instalaciones de ingeniería, con los ingenieros. Yo no entendía nada. Yo pensé que estaba en una clase de arte abstracto”.
Tuvo que salir de la Nacional por su incapacidad para las matemática e ingresó a la Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde estudió diseño gráfico y fotografía con Abdú Eljaieck, leyenda de la fotografía en Colombia. Fue discípulo de grandes diseñadores como Antonio Grass, Marta Granados, David Consuegra y Alfredo Guerrero. Su tesis de grado, dirigida por Grass, fue una exposición de los muros. “Esa exposición gigante de fotografías de los muros desafortunadamente se la robaron de la casa de mi papá”. Para colmo, no sólo se robaron las fotos impresas en tamaño gigante sino también varios de los negativos. Luego Kodak Colombia lo becó para estudiar programación de multimimagen en Mundo Audiovisual de México.

Libro 5
El territorio de Trujillo ha sido, en gran parte, la fotografía comercial y publicitaria. A finales de los años 80 y durante los 90 se destacó por sus exhibiciones multiimagen en la que varios proyectores de diapositivas proyectaban imágenes en una o varias pantalla. Él comenzó a hacer audiovisuales por su cuenta con Evaristo Obregón en la Jorge Tadeo Lozano.Evaristo Obregón fue una persona que me apoyó en una forma extraordinaria. Me dio un puesto en la Tadeo Lozano para que yo manejara los eventos de la universidad. Me hizo una oficina de relaciones públicas, de diseño gráfico, donde yo hacía los carteles. Cuando iba a haber un partido de básquet de un curso contra otro yo hacía un afiche. Un puesto muy construido para mí. Después lo apoyó vendiendo los audiovisuales por todas partes, a entidades como Proexport. En ese momento, recuerda, trabajaba solamente con una grabadora Narrator 1.000 y un sólo proyector. Entonces llegó el multi imagen, manejado por microprocesadores con programadores. “Llevamos a manejar 24 proyectores al tiempo. Yo hice el audiovisual de Colombia que se exhibió Expo Sevilla en 1992”. La oficina de audiovisuales de Sergio Trujillo se convirtió entonces en la más importante de Colombia. “Gracias a mi esposa Angela Hoher, que ya murió, que no era solamente mi socia y la mamá de Lina sino la que escribía los guiones más extraordinarios. Siempre la la aplaudían nunca la criticaban. Era una persona muy peerfeccionista y muy profesional. Con ella construimos esa oficina Sergio Trujillo y Compañía dedicada al multiimagen. La cada vez mayor calidad de la fotografía digital terminó por desbancar esa técnica.

Libro 6
Trujillo ha seguido su carrera como fotógrafo. En su casa tiene un laboratorio de blanco y negro. Se declara ciudadano del mundo análogo y sólo utiliza la parte digital para el retoque de imágenes y el uso del photoshop. “Lo digital me ha quedado un poco grande. Eso acabó con los audiovisuales, se murieron por completo a partir de lo digital”. Sin embargo, todavía es posible hacer fotografía análoga porque han vuelto a conseguirse los insumos. Hubo una época en la que ya no se conseguía papel, ahora Trujillo compra papeles ingleses marca Ilford. Lo que sí lamenta es que se dañaron sus equipos de multi imagen y que ya no haya técnicos que sepan arreglarlos.

Libro 7

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