Hakimi, una de las grandes figuras de la serie, celebra su gol, que decretó el triunfo y la clasificación.
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El PSG de Luis Enrique se une al banquete de la gran final de Champions League
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Así fue como el PSG de Luis Enrique se clasificó a la final del torneo de clubes más importante, ante un Arsenal opaco y un Parque de Los Príncipes en total éxtasis.
Sin sufrir demasiado, con un Donnarumma providencial y una serie de contragolpes furiosos y eficaces, el PSG se clasificó, ante su gente, a la gran final de la Champions League. Con el pragmatismo y la jerarquía que tanta falta le hicieron en versiones anteriores, esta tarde sí logró sostener la ventaja obtenida en Londres y, después de solventar la tormenta temprana del Arsenal, supo ponerle el tempo al partido, que se jugó bajo sus leyes.
Paradójicamente, el equipo parisino se metió en la final en la era post Messi, Neymar, Zlatan, Mbappé, como si el fútbol quisiera premiar el colectivo por encima de las superestrellas. Todo el mérito para Luis Enrique, uno de los grandes zorros viejos del fútbol europeo. El Parque de Los Príncipes, hoy más que nunca, celebra con paroxismo un equipo lleno de amor propio, solidaridad y talento. Por fin, el capricho del jeque de fondos infinitos tiene alma y relieve.
El Arsenal, por su parte, volvió a dejar una versión pálida y con pocas variantes que sigue alimentando su largo acervo histórico de 'casis'. Casi la Premier League, casi la Champions League: otra vez la vitrina vacía. Sin embargo, a pesar de ser ampliamente superado por el PSG, hoy es claro e innegable que el equipo de Arteta está entre los grandes del fútbol europeo, y que ha vuelto, en serio, a competir.
La próxima parada de la Champions, la última, será en el Allianz Arena de Múnich, el 31 de mayo. ¿Inter o PSG? La suerte está echada, que se cumpla el capricho de la pelota con estrellas.
