Al Gobierno de Gustavo Petro le quedan 14 meses para gastarse la plata

El Gobierno tendrá que aprobar en 2025 los proyectos que quiere ejecutar en 2026 para evitar que la ley de garantías frene sus planes de gasto.

Crédito: Imagen: Colprensa

22 Octubre 2024 04:10 pm

Al Gobierno de Gustavo Petro le quedan 14 meses para gastarse la plata

Para el crecimiento económico de 2025 y 2026, seguirá siendo importante el gasto público, que dependerá en especial de la planeación del Gobierno nacional, de cara a iniciar la mayor cantidad posible de proyectos antes de que la ley de garantías les ponga el freno de mano.

Por: Angélica M. Gómez

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El gasto público ha sido el mayor impulsor del crecimiento económico del país desde 2023. Aunque se espera que para 2025 y 2026 el gasto privado, el de los hogares, sea el que tome la delantera, los recursos públicos seguirán siendo un motor esencial de la economía. Sin embargo, como todo año electoral, 2026 prácticamente empezará con la aplicación de la ley de garantías, que impedirá convenios interadministrativos y otro tipo de contratos en el Estado. Para evitar que el dinero se quede guardado y la falta de ejecución le juegue una mala pasada al crecimiento económico, el Gobierno tendrá que ser previsivo.

Munir Jalil, economista en jefe para la Región Andina de BTG Pactual, explicó que “2025 es año preelectoral y 2026 es año electoral, significa que va a haber ley de garantías y eso, típicamente, no juega a favor de la inversión pública y el consumo del Gobierno, porque muchas de estas cosas pueden frenarse. ¿Cómo se evita eso? Con mucha organización por parte del gobierno de turno, y con mucha planificación por parte del gobierno, eso significa que si tiene una X lista de proyectos que necesita estén aprobados, se sabe que deben estarlo antes de octubre-noviembre de 2025”.

Pero si el gobierno es demorado con estos trámites, esas obras no se podrían aprobar ni ejecutar sino hasta después de las elecciones presidenciales y de congresistas. “Ahí se necesita mucha pilera por parte del Gobierno nacional, no quiere que se le frene mucho gasto, cosa que no hemos visto en esta administración. Ojalá lo tengan en su mapa, ojalá lo tengan en su radar y entiendan que, para evitarse problemas, lo que tengan en su mente de proyectos lo muevan muy rápido desde comienzos de 2025, para que no vayamos a tener ese problema que después le pega más al crecimiento de 2026”, añadió el economista.

Según las proyecciones de BTG Pactual, la economía colombiana crecería 2 por ciento este año, aunque las cifras reveladas hasta el momento hacen pensar al banco internacional de inversión que esa cifra podría aumentar hasta el 2,1 o 2,2 por ciento. Para 2025, la entidad se mantiene en los pronósticos optimistas y espera que el producto interno bruto (PIB) colombiano se expanda en 2,6 por ciento, a diferencia de quienes esperan relativa estabilidad con respecto a 2024.

Ante las críticas por su optimismo, Jalil señaló que, al menos para 2024, las estimaciones están basadas en dos supuestos importantes: el primero es que, dado el bajo crecimiento económico de 2023, la base estadística de comparación para este año es baja y eso permite que fácilmente las cifras mejoren. El segundo es que la inversión pública regional, es decir, la de las gobernaciones y alcaldías debería repuntar en el segundo semestre del año.

“Para nuestra sorpresa, desde la data que estamos viendo publicada por el Dane, para el mes de junio, ese crecimiento económico de inversión pública de regiones tuvo un crecimiento de doble dígito, creció 14,4 por ciento, el crecimiento fue impresionante. O sea, ya inclusive lo que creíamos iba a ser un hecho del segundo semestre, empezó a verse desde el segundo trimestre”, destacó el economista.

Pero no solo de inversión pública vive la economía. El consumo privado, tanto el de los hogares como el de las empresas, sufrió el golpe de las tasas de interés al alza para controlar la inflación, pero con la desaceleración en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), también llegaron desde 2023 los recortes en la tasa de interés y esto, a su vez, empezó a estimular de nuevo el consumo privado.

“En la medida en que las tasas de mercado de los créditos han caído, que es lo que hemos visto este año de forma muy significativa, inclusive a una velocidad mayor que a la que el Banco en la República ha bajado sus tasas de interés, hemos visto una recuperación en ciertos rubros de consumo. Por ejemplo, las ventas de vehículos ya están en terreno positivo, otra vez creciendo ya a doble dígito”, agregó Jalil.

Hay otro ejemplo: el del sector de la vivienda. El economista cuenta que en conversaciones con BTG Pactual, representantes de Camacol, el gremio de los constructores, mostraron cómo antes del descenso de las tasas de interés, había entre 200 y 220 búsquedas diarias en internet de compra de vivienda en Colombia. Tras el anuncio de los bancos de bajar la tasa de interés hipotecaria al 10 por ciento, dichas búsquedas se duplicaron y llegaron a 400 al día.

Es claro que de la búsqueda a la compra hay siempre trecho, pero eso muestra que hay más gente a la que ya con 10 por ciento de tasa hipotecaria se le hace posible otra vez, financieramente hablando, comprar vivienda. Y es un muy buen ejemplo de lo que llamamos los economistas la elasticidad, de la sensibilidad que tienen ciertos rubros, en este caso el consumo, a que le bajen el costo de fondeo. Si a mí me bajan el costo de financiarme a uno que puedo pagar, voy y compro. Estamos ya comenzando a ver un escenario positivo en esa situación. No necesariamente se verá en 2024, pero en 2025 debería ser más notorio pues el Dame mide la actividad económica de construcción del proyecto de vivienda, no solo la entrega de la edificación”, concluyó Munir Jalil.

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