Un posible aumento en el costo de alimentos y en tarifas de energía, así afecta la escasez de agua a la economía colombiana

La escasez de agua y los bajos niveles de los embalses que abastecen a Bogotá llevaron a la ciudad a enfrentar racionamientos programados en el suministro que se desarrollan por turnos y por un periodo de 24 horas. 

Evidentemente, estos recortes de agua impactan en los ciudadanos, que no pueden bañarse, lavar los platos, la ropa o incluso sus vehículos. Sin embargo, las personas tienen la posibilidad de almacenar la cantidad necesaria de agua que usarán durante el día que les toque el racionamiento. 

Los negocios, los principales afectados

De manera similar, algunos negocios intentan ajustar sus operaciones para minimizar el uso del recurso hídrico. Sin embargo, los esfuerzos no siempre son suficientes y hay sectores económicos para los cuales el agua es un insumo indispensable.

Le podría interesar: Industria y comercio completan doce meses con cifras negativas

Así le explicó a CAMBIO Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual para la región Andina. Señaló que uno de los impactos más frecuentes de la escasez de agua en la economía colombiana es la incapacidad de ciertos negocios para cumplir sus operaciones. Esto implica que no percibirán ingresos en esos días de inactividad.

Esta posición es respalda por Andrés Langebaek, director de estudios económicos del Grupo Bolívar: "Los establecimientos dedicados al lavado de automóviles pueden sufrir por racionamientos de agua o algunas empresas, que utilizan este insumo, pueden ver restringidas sus compras y, por lo tanto, su producción". 

Productos de la agroindustria podrían aumentar de precio

Según Langebaek, es evidente que el racionamiento tiene un impacto negativo en diversos establecimientos comerciales. Sin embargo, no son los únicos afectados. Otros sectores como el agropecuario y la generación de energía también sufren las consecuencias de esta situación.

"En cuanto al canal del sector agropecuario, la falta de agua tiene consecuencias nocivas sobre la cantidad y calidad de la producción del sector. En la medida que llueve poco, la producción de frutas y tubérculos es menor. Esto se da porque las plantas ya existentes tienen menor rendimiento o incluso se secan, o porque se aplaza la decisión de realizar nuevas siembras", dijo. 

El experto asegura que mientras se cuenta con la disponibilidad de agua para que las operaciones del sector se normalicen, los precios de productos de origen agropecuario podrían aumentar y esto, a su vez, impactaría en la inflación a los consumidores, que percibirían la canasta familiar más costosa. 

Lea también: Inflación en Colombia cerró el primer trimestre de 2024 en 7,74 por ciento

Aumento en el costo de la energía

Sobre el canal energético, el experto recuerda que Colombia produce su energía principalmente de hidroeléctricas. Sin embargo, dada la escasez de agua y de lluvias, se obliga al país a reemplazar este tipo de generación por la energía térmica, que le saldrá más costosa al Estado y al bolsillo de los colombianos. 

"Así las cosas, los costos de generación aumentan, así como los precios de la energía al consumidor. Estos temas de generación se tienden a potenciar en la medida que las menores precipitaciones de agua tienden a estar asociadas con mayores temperaturas, lo cual aumenta el uso de refrigeradores, aires acondicionados o ventiladores, lo cual aumenta el consumo de energía", explicó Langebaek.

La situación para la economía nacional podría agravarse incluso más si se tiene en cuenta que el gobierno no descarta la posibilidad de un racionamiento de energía en el país. Los expertos concuerdan en que, de ocurrir, este racionamiento de energía tendría un impacto mayor que el de agua que se vive actualmente.

"Lo que sí podría ser mucho más crítico es un racionamiento de energía, porque es un insumo muy clave en la producción industrial. Hoy en día no podríamos desarrollar muchas facetas de nuestras vidas sin energía", dijo José Ignacio López, presidente del centro de estudios económicos Anif.