El rey del cemento: la historia de cómo Argos conquistó a Colombia y Estados Unidos

Hace 90 años, el 27 de febrero de 1934, nació una cementera en Antioquia: Argos. Eran los primeros años de la década de los 30. En ese entonces Jorge Arango Carrasquilla y Carlos Sevillano, dos amigos, ingenieros civiles egresados de la Escuela de Minas de la Universidad de Antioquia, comenzaron a investigar si en Colombia se podía producir cemento. Eran un par de curiosos de la industria.

En la finca La Manada, en Puerto Berrio, no muy lejos de Medellín, Arango y Sevillano hallaron yacimientos de piedra caliza, la materia prima para producir cemento. Tomaron muestras, las mandaron a analizar en la Universidad Nacional y también las despacharon hacia Inglaterra. Como vieron potencial en el negocio, Arango y su familia decidieron invertir. 

Ese año se firmó la escritura pública para constituir la empresa y se iniciaron los proyectos para construir la planta. Lograron reunir 99 socios, el proyecto era llamativo. El interés porque la región contase con una producción propia de cemento era tal que, incluso, se sumaron a la sociedad el Ferrocarril de Antioquia y el municipio de Medellín. Este último aportó el lote donde empezó a operar la planta original, el mismo en el que hoy se ubican las Bancolombia. 

Dos años después, en 1936, entró en operación la planta de Grupo Argos. La producción inicial fue de 15.000 toneladas por año. Hoy Cementos Argos produce 15.000 toneladas en ocho horas y media de producción. 

Durante las décadas que siguieron a la fundación de Argos, entre 1940 y 1960, el foco de la compañía fue consolidarse no sólo como un jugador local en el municipio de Medellín, sino también regional, con la creación y la compra de varias compañías del sector. 

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“En esos años Argos entró a operar Cementos del Valle, Cementos del Caribe, Tolcemento, Cementos Caldas, Cementos Paz del Río, Cementos Nare y Cementos El Cairo. Hacia los años 70, más adelante, comenzó a operar Cementos Rioclaro, Colclínker en Cartagena. A través de los años se fueron construyendo nuevas plantas en distintas zonas del país, algunas 100 por ciento con capital de Argos y otras como una asociación”, contó a CAMBIO Juan Esteban Mejía Arango, gerente de asuntos institucionales y de la presidencia de Grupo Argos. 

El crecimiento y consolidación nacional de la compañía le permitió a Argos meterse en el negocio exportador, al punto que, a mediados de los 90, Argos ya exportaba alrededor de 2,5 millones de toneladas de cemento al año hacia Centroamérica y el Caribe.

“En el 99, con la crisis del Upac, la construcción se vio fuertemente golpeada, y la compañía exportó casi la mitad de su producción. Tener ese mercado por fuera fue una oportunidad de negocio muy valiosa”, relata Mejía Arango. 

2005 fue un año clave para la empresa. El Grupo Argos contaba con ocho cementeras y se decidió fusionarlas para crear una compañía cementera única, lo que es hoy Cementos Argos. En ese año, el grupo antioqueño también impulsó la primera adquisición grande de un activo en Estados Unidos, y la empresa comenzó a comprar compañías de concreto -que es la mezcla de cemento, agregados y agua-. 

Esto permitió desarrollar un modelo en que se exportaba cemento desde Colombia, en Estados Unidos se recibía en la operación de concreto y de esa forma se tenía un canal de distribución para vender en Estados Unidos. En la siguiente década Cementos Argos realizó inversiones millonarias en ese país, en más plantas, puertos y terminales. 

Al cierre de 2023, la operación estadounidense de la empresa ya representaba más de la mitad de los ingresos. En septiembre del año pasado, la compañía anunció un acuerdo millonario que la convirtió en la cuarta cementera más grande de Estados Unidos. Cementos Argos combinó sus operaciones con la norteamericana de agregados y materiales para la construcción Summit Materials. 

Esta movida empresarial resultó en una operación con una capacidad aproximada de 11,6 millones de toneladas por año y una estructura con más de 220 plantas y alrededor de 1.800 camiones mezcladores. Cementos Argos es hoy un gigante en el negocio de la construcción, en Colombia, y en el mundo. 

Más que cemento y concreto

A pesar de la tradición en el negocio cementero, en 2008 Grupo Argos vio la oportunidad de invertir en energía. La empresa tomó la decisión de adquirir mayoría accionaria en Colinversiones para darle origen a Celsia, y luego adquirió la Empresa de Energía del Pacífico. 

En los últimos años, el corazón de esta línea de negocio ha estado en las energías renovables no convencionales, especialmente enfocadas hacia la energía solar. Hoy Celsia tiene más de 300 MW de energía instalada, lo que representa casi el 40 por ciento de la capacidad instalada en paneles solares en el país.  

Luego de diversificarse en el negocio de la energía, en 2015 Grupos Argos también se aventuró en el negocio de las concesiones aeroportuarias y viales, y compró Odinsa, la empresa detrás de las concesiones del Aeropuerto El Dorado, de Bogotá; y el Aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, en Ecuador. 

“Odinsa era una empresa pública de muchos activistas. En 2015 lanzamos una oferta pública de adquisición y compramos la mayoría accionaria, y hoy Grupo Argos tiene el 99,8 por ciento de Odinsa”, indicó Mejía Arango. 

La diversificación del portafolio no es algo nuevo para el conglomerado. Entre 1980 y 1990, en la época más difícil del narcotráfico en Antioquia, se dio también el famoso cruce de acciones entre Grupo Argos, Grupo Sura y Grupo Nutresa, el 'enroque', para defenderse de tomas hostiles por parte de conglomerados de otras regiones y también de grupos ilegales. Fue el origen del famoso ‘Sindicato antioqueño’ o el Grupo Empresarial Antioqueño, el famoso GEA.  

Por décadas las compañías se blindaron con esa figura. Pero en noviembre de 2021 el GEA empezó a colapsar. El Grupo Gilinski, liderado por el banquero Jaime Gilinski, junto con IHC, una compañía de Abu Dabi, lanzó una serie de OPA (oferta pública de adquisición) por Grupo Sura, Grupo Argos y Grupo Nutresa. Luego de más de dos años de intentos de tomas hostiles, finalmente llegó la calma y se alcanzó un acuerdo: Nutresa salió de las participaciones cruzadas y Gilinski se quedó con la compañía de alimentos, y a cambio entregó toda su participación accionaria en Sura y Argos. 

Luego de la novela de las OPA, Grupo Argos quedó con una amplia participación en Grupo Sura, y viceversa. Sin embargo, la intención para los próximos años de la compañía apunta a seguir en el negocio de la construcción y no a capitalizar inversiones en el área de los seguros. 

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"La vocación de Grupo Argos es continuar siendo un holding de infraestructura. (...) El Grupo no se constituye en una matriz de un conglomerado financiero con todo lo que implica, pues le desdibuja su visión. (...) En algún plazo, nosotros no vemos compañías con participación cruzada", explicó Jorge Mario Velásquez, el presidente de Grupo Argos, durante la Asamblea General de Accionistas del conglomerado, la cual se celebró el pasado  21 de marzo.

La historia de Grupo Argos está ligada a Antioquia y a Colombia, a la construcción en Colombia y también en Estados Unidos. Lo que empezó como una planta de cemento es hoy el quinto conglomerado más grande del país por ingresos operacionales y un grupo diversificado en negocios de construcción y energía. En 2023 el conglomerado alcanzó ingresos consolidados por 22,6 billones de pesos y una utilidad neta de 789.000 millones. Sus mejores resultados financieros en 90 años de historia.