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Llamado de atención del FMI a Colombia por exceso de deuda y déficit
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El Fondo Monetario Internacional destacó los mejores resultados de crecimiento y el control de la inflación en Colombia, pero encendió las alarmas sobre el aumento del déficit fiscal y la deuda pública.
Por: Carolina Calero

El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un informe sobre Colombia, en el marco del proceso de evaluación anual que hace el organismo a la economía del país. El documento reconoce algunos avances, pero también advierte sobre el deterioro de las finanzas públicas.
El FMI mostró preocupación por el aumento del déficit fiscal y de la deuda pública. El déficit del Gobierno central subió a 6,7 por ciento del PIB en 2024, cuando el año anterior fue de 4,2 por ciento. Esta cifra también supera en más de un punto porcentual la meta establecida por el propio Gobierno a mediano plazo.
El aumento del déficit se explica por menores ingresos tributarios de los esperados y por un mayor gasto público, a pesar de algunos recortes que se aplicaron al final del año. Además, las dificultades de liquidez llevaron a la acumulación de pagos pendientes equivalentes al 2,8 por ciento del PIB. Estos pagos deberán cubrirse en 2025, afectando el presupuesto de ese año.
Como resultado, la deuda pública bruta llegó al 61,3 por ciento del PIB a finales de 2024, también presionada por la caída del valor del peso. Esto ha llevado a un aumento en los niveles de riesgo del país en comparación con otras economías de la región.
El organismo recalcó que es fundamental establecer con claridad cómo se van a ajustar los gastos y cómo se van a aumentar los ingresos para cumplir con esa meta y hacer que la economía sea más resistente a posibles crisis externas.

Lo positivo: crecimiento moderado, baja inflación y solidez bancaria
A pesar de las preocupaciones que presenta el informe, también se destacaron aspectos positivos de la economía del país. Según el FMI la economía colombiana creció 1,7 por ciento en 2024. Aunque se trata de una recuperación moderada, marca una mejora tras la fuerte desaceleración de 2023. Este crecimiento se debe, en gran parte, al consumo de los hogares, que se mantuvo fuerte gracias a un buen desempeño del empleo y a una inversión que comienza a recuperarse poco a poco.
La inflación también mostró señales positivas, pues en marzo bajó al 5,1 por ciento anual, impulsada por una política monetaria estricta. Por su parte, el déficit en cuenta corriente, es decir, la diferencia entre lo que el país gasta y lo que recibe del exterior, cayó a 1,8 por ciento del PIB. Esto fue posible gracias al buen comportamiento del turismo y de las remesas que llegan desde el extranjero. Aunque hubo salidas de capital en portafolio, el país logró financiar ese déficit con inversión extranjera directa.
Además, a finales de marzo las reservas internacionales alcanzaron el 130 por ciento del nivel recomendado por el FMI, en parte por el programa de acumulación de reservas que se ejecutó en 2023. También se destaca que el sistema bancario sigue siendo sólido, con suficiente liquidez, capital y provisiones, y bajo una supervisión adecuada.
