Marco Fiscal: sin crecimiento, ninguna amarrada de cinturón es suficiente
16 Junio 2024 03:06 am

Marco Fiscal: sin crecimiento, ninguna amarrada de cinturón es suficiente

Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda y Crédito Público.

Crédito: Ministerio de Hacienda

El Ministerio de Hacienda presentó sus nuevos pronósticos de déficit, deuda, crecimiento e indicadores macro. Aunque hace esfuerzos para sanear las finanzas públicas, toda la atención giró hacia el crecimiento económico.

Por: Angélica M. Gómez y Laura Lucía Becerra Elejalde

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Adentro, el auditorio Casas de Santa Bárbara estaba lleno de expertos, periodistas y analistas del sector financiero. Afuera, los ojos de calificadoras de riegos, inversionistas, del mismo gobierno y del público estaban puestos sobre el mismo documento: el Marco Fiscal de Mediano Plazo, presentado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, que establece las metas fiscales a 10 años. Mientras tanto, Hacienda enfrenta una situación fiscal compleja, limitantes en los ingresos vía impuestos y un recorte de gastos que no ha terminado de definirse. 

En ese escenario, Ricardo Bonilla dio a conocer el nuevo marco fiscal del país bajo el lema de la “estrategia fiscal para la reactivación económica sostenible”. Con esto presente, Bonilla reconoció que “el país sigue en una coyuntura de proceso de ajuste en el que venimos en los tres años posteriores a la pandemia, en la cual la deuda pasó de 49 por ciento del PIB a 61 por ciento, creció casi 12 puntos”. Hoy se busca estabilizarla hacia un nivel de 55 por ciento.

El ministro reiteró que el gobierno tiene el reto de cumplir con los compromisos nacionales e internacionales en materia de deuda, pero también mencionó que el país enfrenta en el proceso una serie de desafíos que ponen más dura la tarea.

Por ejemplo, “deudas que no aparecen como deudas”, en palabras de Bonilla, como el pasivo del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que para este año se estima en 20,5 billones de pesos, de los cuales ya se pagaron 7,8 billones de pesos; o el pago de la opción tarifaria, para la cual el gobierno asumirá en principio 2,7 billones.

Bonilla también reconoció que “hubo un desfase en las proyecciones de recaudo” y las perspectivas de 2024 no van a lograrse. Por eso, explicó, toca hacer un ajuste en el gasto: el recorte de 20 billones de pesos que ya se aprobó en el consejo de ministros, que contempla un ajuste del presupuesto de inversión de 9 billones de pesos.

Todo esto llevó al gobierno a revisar sus metas fiscales. Según las nuevas cuentas del Ministerio de Hacienda, el déficit fiscal del Gobierno nacional aumentará a 5,6 por ciento del PIB por la mayor caída de ingresos del gobierno y el incremento en el pago de intereses que se tiene previsto para este año.

Esto implica que en 2024 se daría un aumento de 1,4 puntos en comparación con el déficit fiscal del año pasado, que fue de 4,2 por ciento, y también conlleva a una revisión con una perspectiva más negativa frente a la estimación que había presentado el Ministerio de Hacienda en febrero, en el Plan Financiero de este año, y en el que inicialmente se esperaba un déficit fiscal de 5,3 por ciento en 2024. A pesar de las nubes negras en las cuentas del gobierno, el Ministerio de Hacienda mandó un mensaje positivo: se seguirá cumpliendo la regla fiscal, aunque hace unos meses se habló de flexibilizarla.

El viceministro general de Hacienda Diego Guevara explicó que la estrategia del Ministerio está en “anticipar” las metas que plantea la nueva regla fiscal para mejorar las finanzas públicas. Es decir, saltarse el régimen de transición de esa ley de 2021 que obligaba a cumplir ciertas metas desde 2025, las cuales podrían cumplirse este año gracias al desempeño que tuvo Colombia en 2022 y 2023, cuando superó las expectativas.

“No estamos planteando una flexibilización de la regla fiscal, lo que planteamos es adelantar el proceso de transición de la regla fiscal nueva, para que entre en 2025, es adelantarnos al cumplimiento estricto de la fórmula de la regla fiscal”, indicó Guevara.

El equipo del Ministerio de Hacienda destacó que 2022 y 2023 fueron dos años fiscalmente buenos y que el gobierno “sobrecumplió” los límites de la regla fiscal. En palabras sencillas, los déficit fiscales fueron más favorables que los límites que imponía la regla fiscal en esos años y se acumuló mucha menos deuda que la esperada, por lo que logró reducirse el nivel de deuda. A eso se suma, además, una apreciación nominal del peso colombiano frente al dólar, gracias a las reducciones en la tasa de cambio del último año y su efecto en la valoración de la deuda, que también bajó su nivel en relación con el PIB.

La meta de deuda como porcentaje del PIB para este año se redujo de 57 por ciento a 55,3 por ciento, aunque sigue siendo un aumento frente al dato del 2023 (53,8 por ciento). Con estas cuentas sumadas a una estrategia fiscal sobre la mesa, el gobierno tiene otro reto mayor: garantizar la reactivación económica y que la economía vuelva a crecer a tasas decentes, luego de que en 2023 el PIB registrara un crecimiento de apenas 0,6 por ciento.

El lío del crecimiento económico

A principios de año, cuando se presentó el Plan Financiero, la expectativa estaba en 1,5 por ciento, pero con el Marco Fiscal de Mediano Plazo y la coyuntura macroeconómica del país, Hacienda se animó y revisó 0,2 puntos porcentuales al alza su pronóstico de crecimiento para la economía de 2024. A partir de 2025, se espera que la economía repunte el 3 por ciento anual y mantenga esta dinámica a mediano plazo. “Este es un dato importante que muestra un repunte para la economía de este año. Esperamos que con un descenso en las tasas del banco de la República y las medidas que se anunciarán de reactivación logremos alcanzar una tasa de crecimiento de 1,7 por ciento”, indicó el viceministro.

Para José Ignacio López, director de ANIF, esto significa que “el foco lentamente empieza a trasladarse a la discusión de crecimiento. Es decir, el gobierno está dando un mensaje de austeridad, está cumpliendo con la regla fiscal, pero claramente aún así las cifras fiscales no se ven muy bien. Hay un déficit abultado para este y el próximo año y está claro que si la economía no empieza a entrar en modo reactivación, por más esfuerzo fiscal, las cifras van a seguir empeorando”.

Esta vez, entonces, los analistas locales del famoso mercado ​​​​​​vieron un Marco Fiscal de Mediano Plazo que es responsable y muestra una estrategia de austeridad que les da buenas señales para invertir en el país y confiar en el gobierno, pero la economía cerró el 2023 con un bajo desempeño. Este año ha seguido de capa caída, motivo por el cual las proyecciones de PIB parecen bastante optimistas.

La razón es que la austeridad le da al gobierno menos espacio para impulsar a ciertos sectores económicos o poner a rodar más dinero en el país que genere mayor crecimiento del PIB. Para rematar, la inversión privada en formación de capital acumula varios trimestres de caída. Esto se traduce en un futuro con menos generación de empleo, menos producción y menos crecimiento.

La inversión en formación de capital afecta el crecimiento económico futuro porque significa que las empresas no están comprando más y mejor maquinaria y, posiblemente, tampoco locales o bodegas más grandes. Eso limita su capacidad de producción. Por lo tanto, necesitan menos empleados y siguen vendiendo las mismas cantidades. Eso desacelera a la economía porque significa menos dinero potencial circulando.

Julio Romero, economista jefe de Corficolombiana, lo explica así: “el gobierno está haciendo un esfuerzo importante en hacer un ajuste fiscal, el balance es positivo por el lado fiscal, pero eso va a ser difícil y tendrá un costo en crecimiento económico. Las cifras de PIB vienen mostrando una tasa de inversión muy baja y eso se traduce en un crecimiento más bajo en los próximos trimestres, pero además el gasto contracíclico del gobierno para impulsar la economía también se ve muy limitado. Entonces al final el balance es positivo en lo fiscal pero con unos desafíos muy importantes en el lado del crecimiento, que se suman a la situación que ya venimos viendo de bajo crecimiento”.

A su vez, dice el economista, el reto del crecimiento económico se convierte en uno de recaudo tributario, ya que la subida en el pago de impuestos no solo depende de hacer reformas tributarias, sino también de que la economía crezca más para que mejoren las ganancias de empresas y personas, así como las ventas en la economía.

Es conclusión, pese a las relativas buenas noticias fiscales del marco fiscal, que no llegan a ser las mejores si se comparan con otros años recientes, Colombia podría estar enfrentándose en lo tributario y el crecimiento económico a un problema del huevo y la gallina.

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