
Con una reducción comprobada de 12,3 millones de toneladas de CO₂ desde 2021 y una generación de 560.000 empleos directos e indirectos, este sector se consolida como puente estratégico hacia la descarbonización.
Crédito: Fedebiocombustibles
¿Qué son los biocombustibles y cuál es su papel en la transición energética?
- Noticia relacionada:
- Transición Energética
- Movilidad
En medio del urgente debate global sobre alternativas energéticas, los biocombustibles emergen como una solución tangible que combina innovación tecnológica con el potencial agrícola colombiano. Este tipo de combustibles se logran tras un complejo proceso industrial que transforma caña de azúcar y aceite de palma en energía limpia. Les contamos.
Por: Juan David Cano

En medio de la crisis climática global y la presión por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, Colombia ha encontrado en los biocombustibles una herramienta para avanzar hacia una economía más limpia. Pero, ¿qué son exactamente los biocombustibles? ¿Cómo se producen? ¿Y por qué se han vuelto tan importantes en la estrategia nacional para reducir la dependencia a los combustibles fósiles?
¿Qué son los biocombustibles y cómo se producen?
Los biocombustibles son combustibles líquidos obtenidos a partir de biomasa vegetal. En Colombia, esa biomasa proviene principalmente de dos fuentes agrícolas: la caña de azúcar, utilizada para producir bioetanol, y la palma de aceite, utilizada para generar biodiésel.
A diferencia de los combustibles fósiles, cuyo carbono fue capturado hace millones de años, los biocombustibles liberan un carbono que fue recientemente absorbido por las plantas durante su crecimiento. Eso significa que su uso contribuye a cerrar el ciclo del carbono, con emisiones netas significativamente menores.
En la práctica, los biocombustibles se mezclan con los combustibles fósiles convencionales: el bioetanol con la gasolina, y el biodiésel con el diésel. Estas mezclas se usan desde hace casi dos décadas en Colombia, y su participación ha ido creciendo con el tiempo.

Biocombustibles en la transición energética: una solución inmediata y con impacto ambiental y social
Cuando se habla de transición energética, la atención suele centrarse en la electrificación del transporte y en fuentes como la energía solar o eólica. Pero los biocombustibles ocupan un lugar estratégico que responde a una necesidad urgente: descarbonizar sectores intensivos en emisiones con soluciones disponibles hoy.
Su papel es especialmente relevante en el sector transporte, responsable de cerca del 14 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia. Allí, los biocombustibles permiten reducir las emisiones sin necesidad de renovar todo el parque automotor o construir nueva infraestructura. Basta con aumentar las mezclas y garantizar una producción sostenible.
Además, son una alternativa viable en el corto plazo para sectores de difícil electrificación, como el transporte aéreo, el marítimo o el de carga pesada.
Durante la V Conferencia Internacional de Biocombustibles, organizado por Fedebiocombustibles, la presidenta ejecutiva del gremio, Carolina Rojas Hayes, anunció una meta ambiciosa: incrementar 38 por ciento la contribución de los biocombustibles a la descarbonización del transporte a 2030, evitando 5 millones de toneladas adicionales de CO₂.
"Por eso decimos que estamos escribiendo historia con cada gota. Porque detrás de cada galón de biocombustible hay colombianos y colombianas que aportan al planeta, a la gente y al país", dijo Rojas.

Caña y palma: el agro como protagonista de la transición
A diferencia de otras tecnologías limpias que dependen de minerales importados o infraestructura compleja, los biocombustibles se basan en la agricultura nacional. Además, la caña de azúcar y la palma de aceite no solo son fuentes de energía, sino también motores para el empleo en la ruralidad.
Actualmente, el sector genera 90.000 empleos directos y 470.000 indirectos, y tiene la meta de sumar 180.000 empleos más a 2030. Además del empleo, los beneficios se reflejan en la calidad del aire. Entre 2021 y 2024, el uso de biocombustibles evitó la emisión de 12,3 millones de toneladas de CO₂ y 3.093 toneladas de material particulado. A 2030, se busca reducir otras 5 millones de toneladas de CO₂ y 1.200 toneladas adicionales de material particulado.
Nuevas metas: aviación y navegación marítima
Pero los biocombustibles no proyectan soluciones solo para la movilidad terrestre. El gremio proyecta producir 15 millones de galones de biocombustible marítimos a 2030, lo que permitiría reducir hasta 40 por ciento las emisiones del transporte marítimo.
También se trabaja en la construcción de la primera planta de producción de SAF (Sustainable Aviation Fuel) del país, un combustible sostenible para la aviación, que tendría una capacidad de 50 millones de galones anuales y estaría operativa en 2029. Su uso podría reducir entre 65 y 70 por ciento las emisiones del sector aéreo.

Resultados que respaldan el potencial
El crecimiento del sector ya es evidente. En 2024, se vendieron 396 millones de litros de bioetanol, un 28 más que en 2023. Para 2025, se proyecta un aumento del 29 por ciento adicional, Al alcanzar los 513 millones de litros. En biodiésel, las ventas fueron de 688.000 toneladas en 2024, y se espera llegar a 716.000 toneladas en 2025.
