Queremos tener 3.500 vehículos a hidrógeno a 2030: presidente de Hidrógeno Colombia
14 Mayo 2023

Queremos tener 3.500 vehículos a hidrógeno a 2030: presidente de Hidrógeno Colombia

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

La presidente de Hidrógeno Colombia dice que para que este combustible avance en el país, se necesita regular su uso y avanzar en infraestructura, estudios y formación de trabajadores, entre otros requisitos.

Por: Angélica M. Gómez

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El hidrógeno verde como combustible y fuente de energía está en el centro de la atención de quienes buscan y promueven energías más limpias para cumplir con los objetivos de descarbonización y reducir el cambio climático. Colombia, que ha sido identificada como un país con potencial para generar este tipo de energía, no se queda atrás y ya empieza a recibir apoyo internacional para organizarse como productora y exportadora de hidrógeno. 

Como ha sucedido con otras alternativas de energía más limpia, el país empezó con una hoja de ruta del hidrógeno que se lanzó en el segundo semestre de 2021 con apoyo del Puerto de Rotterdam, una empresa que tiene el plan de convertirse en uno de los principales puertos de importación de hidrógeno a Europa.

"Estos países afectados por la guerra entre Rusia y Ucrania están buscando cómo ir más rápido hacia energéticos más sostenibles y más limpios". Mónica Gasca.

Desde ese momento, el país ha avanzado en proyectos piloto, estudios y hasta asociaciones y colaboraciones con universidades, gremios y organizaciones internacionales, pero también en algunas regulaciones. Sin embargo, Mónica Gasca, presidente de la Asociación Colombiana de Hidrógeno (Hidrógeno Colombia), dijo en conversación con CAMBIO que el país tiene tanto potencial en este combustible, que a su vez impacta todos los sectores productivos, que ningún ministerio debería estar esperando a que desde Minas y Energía les digan qué hacer.

CAMBIO: ¿Cuáles son las expectativas que tienen las empresas sobre la producción y uso de hidrógeno en el país? 

Mónica Gasca: El país tiene desde 2021 un movimiento fuerte como país con el lanzamiento de una hoja de ruta en octubre, de la cual también nace la Asociación Colombiana de Hidrógeno porque somos una de esas acciones claves para realmente materializar el ecosistema del hidrógeno. 

Ahora lo que está pasando es que la Unión Europea y todos estos países afectados por la guerra entre Rusia y Ucrania están buscando cómo ir más rápido hacia energéticos más sostenibles y más limpios. Y aquí empezamos a ver cómo el apetito del hidrógeno empieza a crecer a nivel mundial y vemos a Colombia, que es uno de los cuatro países más competitivos a 2050 según un estudio que hizo la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en términos de precio de hidrógeno verde. 

El hidrógeno es el siguiente paso de la transición energética porque es poder exportar esas energías renovables que nosotros tenemos, poder mandar esa energía hacia otros lugares ya sea fuera del país o dentro, hacia otras industrias.

CAMBIO: ¿Los pilotos que hay en Colombia ya tienen algún reporte de resultados?

M.G.: No, aunque sabemos que han funcionado bien. Por ejemplo, el que estaba en la refinería de Cartagena ya está en Essentia y le da hidrógeno verde a la refinería de Cartagena para su proceso productivo. Tenemos el piloto del bus de Transmilenio, Fenoge y Fanalca, que se lanzó hace mes y medio, entonces de eso todavía no hay resultados. Hay otro vehículo en Medellín, que es de una empresa que se llama OPEX, ellos llevan probando este vehículo un año largo, sin embargo no hay resultados públicos y tenemos el de Cartagena que lo tiene el centro de innovación de Ecopetrol, pero que es más para pruebas de vehículo liviano. 

Todas estas pruebas son muy importantes porque los vehículos de hidrógeno funcionan distinto según la altitud, el hidrógeno cambia su eficiencia por su forma, por la altitud, por el clima, entonces siempre hay que probar vehículos en diferentes altitudes para saber realmente cómo va a funcionar y los pilotos nos van a servir para decir si, por ejemplo, la movilidad en Medellín se tiene que quedar a eléctrico o si nos tenemos que enfocar más en hidrógeno para carga pesada por el país, realmente identificar cuáles son las ventajas sobre todo en el sector de transporte ya que hay tantos usos. 

En ese sector tenemos que darnos cuenta de cuál es ese nicho que puede acoger el hidrógeno de la forma más temprana porque estamos desarrollando movilidad eléctrica que creo que es lo más fácil para los vehículos particulares, pero el hidrógeno tiene sus ventajas en movilidad de pasajeros porque un bus se carga en 10 minutos máximo y tiene una autonomía de 800 kilómetros, en algunos han encontrado una eficiencia de 1000 kilómetros, entonces el bus puede hacer toda la ruta del día y se carga en 10 minutos, no como un vehículo eléctrico que toca dejarlo conectado toda la noche.

CAMBIO: ¿Qué está haciendo Colombia con la Unión Europea en este momento específicamente? 

M.G.: Tenemos un plan muy bueno en Colombia con la hoja de ruta, también tenemos una ley de transición que nos da unos beneficios tributarios a los proyectos de producción de hidrógeno, pero nos faltan más incentivos para que los proyectos pasen a escala industrial. Necesitamos pilotos, pero realmente necesitamos proyectos que le den ganancias a las empresas y para esto es muy importante tener fondos que apalanquen su desarrollo. 

Estamos en esa etapa donde la tecnología todavía es nueva, pero así como pasó con las renovables, van bajando los costos a medida que se van materializando los proyectos y se van masificando. Lo que están haciendo los países que ahora tienen proyectos industriales es crear fondos para apalancar esa producción porque al final van a ser ellos los consumidores, como es el caso de la Unión Europea, con quienes estamos estructurando entonces un programa de financiamiento de hidrógeno, para que los proyectos se puedan presentar y podamos materializar esos proyectos a gran escala.

CAMBIO: El Ministerio de Minas y Energía está haciendo su propia hoja de ruta de transición energética, partiendo casi que de ceros. ¿Cómo entra la hoja de ruta del hidrógeno dentro de ese nuevo camino que está haciendo el ministerio? 

M.G.: Lo que nos han dicho es que las metas a 2030 que tenemos en la hoja de ruta del hidrógeno se mantienen. Aquí el mensaje es que estos cuatro años son críticos para hacer regulación específica, programas de financiamiento, incentivos, activar la demanda si queremos llegar a esas metas de 2030. 

Lo que vemos en el ministerio es que ellos están haciendo unos escenarios de planeación energética y no es solamente hidrógeno, sino es cómo van a jugar todos los energéticos en el futuro en Colombia. 

Desde la asociación pensamos que la meta de producción de hidrógeno verde es bastante cumplible: entre 1 y 3 gigavatios de electrólisis a 2030. Tenemos asociados que ya están mirando proyectos grandes entonces creemos que sí la podemos cumplir. 

En transporte la meta que tenemos de demanda es un poco más ambiciosa. Queremos tener 3.500 vehículos de celda de combustible a 2030 y eso significa que el Ministerio de Transporte tiene que sacar una reglamentación para saber cómo homologar los vehículos, cuál va a ser el despliegue de hidrogeneras que vamos a tener para que haya infraestructura de recarga, entre otras cosas. Hay que empezar a hacer bastantes esfuerzos si queremos cumplir esa meta. 

CAMBIO: ¿Qué tipo de regulación están pidiendo ustedes? Porque la hoja de ruta es un marco que ya permite algunos movimientos para empezar los proyectos, pero en términos de regulación, ¿qué hace falta?

M.G.:  Además de lo de transporte, hace falta todo lo específico. Por ejemplo, si queremos tener hidrogeneras, entonces qué normas de seguridad van a seguir, dónde se van a poder instalar. Eso tiene unas especificaciones para cada uno de los puntos. También cómo vamos a homologar los vehículos es un punto importante, eso en el sector transporte. 

Pero también en el sector agricultura, Colombia tiene lo necesario para producir ammonia verde dentro de nuestro país, que puede ser un insumo para los fertilizantes que consumen nuestros campesinos. Eso es clave, pero a veces uno habla con ciertas personas y a los ministerios no les ha llegado la información de que este es el tema y hay que empezar a sentarse y decir ‘bueno, si realmente queremos utilizar hidrógeno verde para fertilizantes en el país, cuál es la normatividad que falta’. O si tenemos una normatividad ya existente, no hay un análisis de realmente cómo cada uno de los sectores va a coger ese hidrógeno y a volverlo suyo. 

Lo que no puede pasar es que se queden esperando que el Ministerio de Minas y Energía les diga qué hacer porque ya estamos en el punto en el que el hidrógeno es tan transversal que cada sector debería ir cogiendo y diciendo si va a utilizar el hidrógeno, cuáles van a ser sus reglas específicas. Por ejemplo, si queremos exportar, entonces, ¿cuál va a ser el puerto donde podamos exportar? El Ministerio de Transporte debería estar mirando, si esto realmente es el futuro de la energía como lo está viendo todo el ecosistema internacional, cuál va a ser ese puerto a través del cual vamos a sacar el hidrógeno. Si es Cartagena, si es un puerto nuevo, qué infraestructura tenemos que adecuar. 

CAMBIO: ¿Cuáles son las características que deben cumplir esos puertos? 

M.G.: Sobre todo un calado profundo, que los buques grandes puedan entrar para llevarse el amoníaco y en el almacenamiento de ese amoníaco necesitan una infraestructura específica. Entonces, ¿qué tenemos que hacer? Revisar cuál va a ser el puerto o los puertos y mirar cuál tiene la infraestructura que podríamos utilizar o cuál tiene el espacio para desplegar nueva infraestructura. 

Lo que pasa a veces con los proyectos es que nos dicen ‘no, hoy tenemos un proyecto y vamos a construir un puerto’ y lo que no nos puede pasar en Colombia es que hayan 20 puertos de hidrógeno. Tenemos que enfocarnos en decir cuál va a ser esa infraestructura. Por ejemplo, en nuestro Congreso de este año estuvo el Puerto de Rotterdam porque ellos quieren ser el puerto europeo que importe todo ese hidrógeno y desplegaron infraestructura de transporte de hidrógeno dentro del puerto; tienen unas industrias que consumen ese hidrógeno dentro del puerto, infraestructura de almacenamiento de amoníaco, de recepción y entrega a los buques. Eso tenemos que hacer en Colombia, decir, bueno, si nuestro puerto va a ser, por ejemplo, Cartagena, entonces ¿qué necesitamos hacer para que realmente esto se habilite? 

CAMBIO: La Unión Europea también está trabajando en acuerdos de cooperación para lograr hidrógeno verde en Perú y Chile ¿Cómo ve esa competencia? 

M.G.: La competencia con Chile es bastante dura porque nos lleva un año más o menos de desarrollo normativo. en Colombia nos pusimos al día rápidamente y estamos trabajando en el tema de financiamiento principalmente para ponernos también al día con ese tema, porque en Chile ya están construyendo proyectos a escala industrial y los lograron empezar a construir porque el gobierno sacó un fondo de 50 millones de dólares y dijo ‘voy a apalancar seis proyectos’, hizo una subasta, entraron los proyectos y ganaron seis que son los que se están desarrollando. 

Ese no es el tipo de ayudas que Colombia necesita y por eso desde la asociación estamos empujando el programa de financiamiento, para pasar de pilotos a realmente escala industrial. ¿Qué no puede pasar? Que nosotros no desarrollemos la infraestructura y la regulación necesaria porque la inversión se va. Chile está listo, Brasil se está poniendo al día muy rápidamente, Perú también aunque tiene mucho gas natural entonces su estrategia también es el hidrógeno azul, que a veces para países europeos tampoco es tan bueno porque ellos tienen unas metas de cambio climático bastante ambiciosas entonces están buscando solo hidrógeno verde. Pero en este momento Chile y Brasil son los que más están ahí en la jugada de quién va a ser el que exporte más rápido hidrógeno a Europa. 

CAMBIO: La otra ventaja de Brasil es su ubicación geográfica…

M.G.: Y capacidad de renovables. Brasil tiene muchas renovables, tiene mucha eólica, tiene agua. Cuando uno habla con los agentes internacionales nos dicen: ‘ustedes tienen esos embalses en Colombia, que realmente es algo que Chile por ejemplo no tiene, que podrían servir como unas baterías para producción de hidrógeno’. No es utilizar el agua para producir hidrógeno directamente, sino darle estabilidad al proyecto con el embalse, que sería una especie de batería chiquita para mitigar las variaciones en energía. 

Eso también lo tiene Brasil, pero además tiene puertos, convenios y energía renovable competitiva y aquí hay que resaltar que el hidrógeno no va a ser competitivo si no tenemos energía renovable competitiva. Dentro de los costos de un proyecto de hidrógeno casi el 60 por ciento es el costo de la energía eléctrica que está moviendo ese electrolizador. Si esa energía eléctrica no es competitiva realmente, no lo vamos a lograr. 

Hay que afilar también los esfuerzos en que los proyectos de energía renovable se desarrollen a precios competitivos. Por ejemplo, Chile tiene unos muy buenos precios.

Necesitamos que esa construcción de proyectos sea realmente eficiente y podamos tener unos contratos, unos PPAs bajos. En Chile a veces en proyectos mineros se habla de 15 dólares por megavatio de energía. Nuestra subasta de 2019 cerró con un precio cercano a 26 dólares por megavatio, todavía hay que seguir trabajando en eso porque al final esto va a ser un bien primario internacional y va a ser una competencia de quién lo vende más barato.

CAMBIO: Otro costo es la mano de obra ¿Qué tan bien estamos preparados en Colombia para tener trabajadores que se encarguen de operar las centrales, los puertos, etc? 

M.G.: La hoja de ruta que dice que si cumplimos las metas a 2030, son entre 7.000 y 15.000 empleos que se crean en el país. Hay algo muy bueno que hay que resaltar también y es que esto no es lo mismo que sacar carbón o petróleo y mandarlo a otro lado porque el hidrógeno necesita un proceso industrial para convertirse en amoníaco, que es el que se exporta. Eso es crear industria en el país. No sabemos realmente cuánto empleo vamos a generar porque no tenemos una meta específica de cuánto se va a exportar, pero lo que estamos viendo es que las universidades y los centros de capacitación se están preparando. 

La Universidad de Externado ya tiene un diplomado, pero también las universidades de los Andes y de la Sabana. También estamos trabajando con el Sena, en especial en La Guajira que es donde está la mayoría del potencial. Allí también tienen una ayuda con USAID para capacitación para energías renovables y como el hidrógeno es el siguiente paso, lo que vamos a hacer con ellos es incluir un módulo de hidrógeno al final para que sus estudiantes vean toda la parte de producción de hidrógeno –que es el electrolizador– y amoníaco que son todas las máquinas del proceso de Haber-Bosch, que es el que toma el nitrógeno con el hidrógeno y lo convierte en amoníaco. Entonces hay una oportunidad muy grande de Colombia sobre todo de desarrollar industria, de seguir capacitando a nuestros profesionales en esas regiones que tienen muchos recursos que estamos aprovechando. 

Lo que siempre decimos en la asociación es que no queremos cometer los errores que se han cometido antes, queremos llegar antes y decirle a las comunidades, a los jóvenes, lo que va a pasar para prepararnos y avanzar.

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