
Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño.
'Si no se regula el trabajo sexual, se deja en manos de las mafias': organización defiende mesas de trabajo del Ministerio de la Igualdad
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Mientras que algunos colectivos feministas rechazan un evento en el que el Ministerio de la Igualdad sentó a “actores estratégicos” relacionados con actividades sexuales pagas, hay otras organizaciones que defienden la idea de regular. CAMBIO habló con Melissa Toro, cofundadora y directora de Putamente Poderosas, quienes defienden los derechos de mujeres que ejercen el trabajo sexual voluntariamente.
Por: Claudia M. Quintero

En las últimas semanas, hubo controversia porque la Dirección para las Mujeres en Actividades Sexuales Pagas del Ministerio de Igualdad invitó a dialogar a personas de la industria del entretenimiento para adultos, organizaciones que visibilizan a las trabajadoras sexuales y colectivos que protegen a las víctimas de explotación.
Según el ministerio, el propósito de estas mesas de diálogo permanente es garantizar los derechos de las mujeres en actividades sexuales pagas y desestructurar las narrativas punitivas y de criminalización que hay en el sector.
Pero no todos lo ven así.
Para algunos colectivos feministas, fue un espacio hostil en el que “se sentó a víctimas de explotación sexual con victimarios”.
Sara Jaramillo, coordinadora de la Fundación Empodérame e integrante de la Red Feminista Abolicionista de Medellín, coincide: “Está tratando como actores estratégicos a quienes están explotando sexualmente a mujeres y niñas en el país (…) y tienen una visión reduccionista de la trata de personas”.
Esta organización agrega que uno de los puntos más polémicos es que no hay ningún cuestionamiento frente a la demanda de prostitución en el país.
“Básicamente, el Ministerio de la Igualdad les está diciendo a las mujeres colombianas: ‘perdimos la lucha para que deje de haber demanda de prostitución’. Y, como perdimos la lucha, vamos a generar acciones que permitan que los varones compren prostitución de forma legal”, dijo Jaramillo en diálogo con CAMBIO.
Ante las críticas, el Ministerio de la Igualdad aseguró que rechazan cualquier forma de trata de personas y de proxenetismo y dijeron que el objetivo de las mesas de trabajo era brindar garantías a quienes ejercen el trabajo sexual de manera autónoma.
Y esa posición de la cartera la respaldan otras organizaciones, que dicen que por primera vez en la historia se piensa en ofrecer garantías laborales a las mujeres que están en el ejercicio de las actividades sexuales pagas de manera libre y voluntaria.
CAMBIO habló con Melissa Toro, cofundadora y directora Putamente Poderosas, organización que defiende los derechos humanos de las mujeres en situación de vulnerabilidad y mujeres que ejercen el trabajo sexual (que es el que se hace libre y voluntariamente) así como el trabajo de las mujeres que ejercen el sexo por supervivencia.
Ellos también hicieron parte de la mesa de trabajo del Ministerio de la Igualdad y tienen una postura diferente sobre regular el trabajo sexual que se hace de manera autónoma.

CAMBIO: ¿Qué opinión tienen frente a la mesa de diálogo permanente de actividades sexuales pagas?
Melissa Toro: Nuestra ideología está muy conectada con lo que busca la mesa porque estamos en deuda histórica con las trabajadoras sexuales hace muchísimo tiempo. Por primera vez en la vida, un ministerio y un Gobierno piensan ese tipo de conversaciones para generar dignidad humana y garantías laborales a las mujeres que están en el ejercicio de las actividades sexuales pagas.
CAMBIO: La Red Abolicionista Feminista critica esas mesas, porque dicen que se sentó a “sobrevivientes con sus explotadores”. ¿Cómo percibieron el encuentro y qué dicen frente a lo que menciona el colectivo?
M.T.: El evento tenía unos actos protocolarios que no se podían saltar. En la mañana fueron los saludos de las diferentes direcciones del Ministerio y más o menos a las 11:30 de la mañana comenzó la división por mesas de trabajo. En ese momento se levantó la Red Abolicionista y se fue. No escucharon a las mujeres y no escucharon a las personas. Después del almuerzo tuvimos la oportunidad de compartir lo que se había hablado en las mesas.
Cuando se dice que estábamos sentadas en la mesa víctimas y proxenetas, de esto último tachan a tres personas que venían en representación de la industria del modelaje webcam. Ellos no son proxenetas. O sea, que existan proxenetas en ese mundo, claro, pero estas personas no. Ellos tienen la voluntad de construir garantías para sus usuarias y para las mujeres. Yo siento que se desvirtuó completamente lo que se vivió en las mesas.
CAMBIO: ¿Cuáles fueron las principales conclusiones entre los actores que estaban en el evento del Ministerio de la igualdad?
M.T.: Hablamos de las preocupaciones frente a la calidad de vida de las mujeres que ejercen estas actividades, de que las condiciones de vida tienen que cambiar. Hablamos sobre la dignificación del trabajo sexual, sobre las oportunidades cero para las mujeres que ejercen el sexo por supervivencia. También sobre los sectores integrales que la Dirección de Actividades Sexuales Pagas va a construir para estas mujeres; de los centros de cuidado para los niños, niñas y adolescentes, así como de las salas múltiples para estos niños hijos de las mujeres que ejercen el trabajo sexual.
Adicionalmente, hablamos de un tema muy importante, que es cómo lograr que las mujeres que han ejercido el trabajo sexual o el sexo por supervivencia puedan tener una vejez digna, porque sabemos que muchas de las mujeres adultas mayores están a un paso de ser habitantes de calle. En síntesis, fue un espacio muy valioso, en el que se escucharon las problemáticas que cada territorio tiene. Las mujeres hablaron por ellas mismas, nadie habló por ellas.
CAMBIO: Hay organizaciones que tienen una postura clara frente a que el trabajo sexual no debería existir y que, por ende, no se debería regular. ¿Qué piensan ustedes sobre esto?
M.T.: Cuando se tiene esa postura, se le está quitando el mínimo vital a las personas que lo quieren ejercer. Entonces, lo que se hace es ejercer violencia en contra y sobre las mismas mujeres. Yo creo que ese diálogo social es histórico. Nosotros tenemos que ser garantes de derechos como Estado, sociedad y como individuos.
CAMBIO: Ustedes creen, entonces, que sí es necesaria la regulación en el sector…
M.T.: Estamos convencidas de que ese es el camino para que exista una sociedad más justa, en la que las mujeres y sus familias tengan más oportunidades y posibilidades. También, para que pueda existir un mundo más justo en el que sus hijos y sus hijas tengan el derecho a elegir.

CAMBIO: En todo el debate que se ha generado, una cosa que dice Charlotte Schneider, directora para las mujeres en actividades sexuales pagas del MinIgualdad, es que hay que ser claros en la diferenciación de lo que es prostitución, trata, explotación sexual comercial y trabajo sexual. Además, dice que en la búsqueda de garantizar unos derechos no se puede limitar el de otras personas. ¿Qué opina usted frente a esto?
M.T.: Hay una confusión con los términos y con el lenguaje y se están equiparando el trabajo sexual con la trata, la explotación y Explotación Sexual Comercial De Niñas, Niños y Adolescentes (ESCNNA). Entonces, por eso, es importante mencionar que las personas que eligen ejercer el trabajo sexual libre y voluntariamente tienen derechos y no pueden ser criminalizadas. No se puede equiparar con un delito como lo es la trata de personas o la explotación. Para las posturas contrarias es muy fácil catalogarlos en la misma línea.
Si bien sí existe la trata, la explotación y la ESCNNA, no quiere decir que todas las mujeres estén ahí. Hay mujeres que libre y voluntariamente ejercen el trabajo sexual. Sabemos que hay redes, proxenetas y mafias terribles que están utilizando la vida de las mujeres. Pero no todo es eso.
CAMBIO: Si se le da prioridad a ese tipo de posturas que dicen que el trabajo sexual no debería existir y no se permite la regulación, ¿qué efectos tendría sobre quienes lo ejercen libremente?
M.T.: Ya sabemos que durante muchísimo tiempo las personas que ejercen el trabajo sexual han sido violentadas, señaladas y criminalizadas. Además, al decir que el trabajo sexual no debería existir o regular, lo que se hace es señalar y revictimizar, porque no las estamos haciendo mujeres sujetas de derecho, sino que estamos hablando por ellas. Y estamos llevando a que siga debajo del tapete y a que las mafias y los proxenetas sigan teniendo poder sobre esta economía y esta actividad.
Así, debería existir una regulación para que pueda existir un poco más de control y orden sobre el tema. Si se sigue sin una regulación, control y sin garantías y derechos, entonces las mujeres nunca van a tener la posibilidad de elegir otra vida, otras opciones. Hay que darle el poder y la autonomía a las mujeres, eso se logra con derechos humanos.
