Bruce Mac Master: “Deberíamos tener una política de inversión pública que acelere la economía”

Bruce Mac Master, presidente de la Andi.

Crédito: Cambio

26 Septiembre 2023

Bruce Mac Master: “Deberíamos tener una política de inversión pública que acelere la economía”

El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, dice que la reforma laboral no tiene en cuenta la generación de empleo ni combate la informalidad. Confirmó que esta semana presentarán propuestas de artículos para el proyecto de ley.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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Mientras la economía viene mostrando señales cada vez más negativas, los empresarios experimentan mayores dificultades para crear empleo. Por ello, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, ha sido enfático en varias ocasiones en que la reforma laboral que plantea el Gobierno de Gustavo Petro no es la que necesita el país.

Mac Master conversó con CAMBIO y aseguró que Colombia tiene que plantear una agenda de crecimiento acelerado y revisar las políticas en materia laboral que se quieren impulsar con la reforma. 

CAMBIO: Las cifras de producción industrial llevan cinco meses en terreno negativo. ¿A qué le atribuye esos resultados?

Bruce Mac Master: No son solo cinco meses. Tenemos una historia que no había sido buena antes de la pandemia, que se recuperó un poco alrededor de la pandemia, pero ahora ha vuelto a las cifras negativas. Este no ha sido un buen año, y a pesar de que surgió la idea de que Colombia se debería industrializar nuevamente, las condiciones de la economía no han conducido a ello.

Tenemos los efectos de la reforma tributaria, que han sido muy fuertes para las compañías; y también los de la política monetaria, las tasas de interés, que no solo han afectado profundamente la capacidad de compra de los colombianos, sino que han generado unos costos casi inmanejables para las empresas, sin que los márgenes mejoren, con la demanda cayendo, y con el aumento de las materias primas, especialmente las importadas.

Realmente no es una situación buena y uno sí esperaría acciones de parte del Gobierno, pero también del Banco de la República, para tratar de solventar esa situación.
 
CAMBIO: El Gobierno ha hablado de la necesidad de un plan de reindustrialización. ¿Qué opina de esa estrategia?

B.M.: El término reindustrializar es malo porque no se trata de que Colombia haga cosas que hizo en el pasado. Lo que se debería imaginar es un mecanismo mediante el cual se pueda industrializar más y acelerar la industrialización de nuestra economía. Yo he insistido en que Colombia debería tener unas políticas de industrialización potentes, en que se creen las condiciones para que Colombia pueda ser el destino de las inversiones industriales, no solamente de los inversionistas locales, sino también de los internacionales. La reforma tributaria no fue una buena señal para los inversionistas de afuera porque dejó una tasa efectiva de tributación combinada de dividendos más renta que es una de las más altas del mundo.

"El término reindustrializar es malo porque no se trata de que Colombia haga cosas que hizo en el pasado".

CAMBIO: ¿Cuáles deberían ser los sectores foco para industrializar?

B.M.: Hay temas en los que hemos tratado de trabajar en conjunto con el Gobierno, como en la agroindustria. Necesitamos políticas estables y tiene que estar muy claro cuál es el destino del agro para una política agroindustrial exitosa.

Colombia tiene muchas oportunidades, y una de ellas es atraer todo lo que eventualmente salga, por ejemplo, de la economía china, lo que llaman nearshoring o reshoring, la reubicación en nuevas costas de las plantas de producción. Esto lo entendió muy bien México, por ejemplo, con la industria automotriz. Pero no es solo automóviles, es confecciones, acero y agroindustria. Hay oportunidades desperdiciadas con un potencial inmenso para el país.

Colombia requiere de una agenda de crecimiento acelerado. Si Colombia sigue creciendo al 3 por ciento nos vamos a demorar 42 años en duplicar el PIB per cápita de nuestro país. Tenemos que crecer a mayores tasas, un 6 por ciento, o probablemente un 8 por ciento, porque, si no, no vamos a dejar de ser un país de ingreso medio, pero hoy no hay nada puesto sobre la mesa.

CAMBIO: ¿Qué se puede hacer para crecer en el corto plazo?

B.M.: Esto es una pregunta muy pertinente, porque responde a si una política de reindustrialización puede eventualmente absorber el desempleo que genera una reforma laboral. Y la respuesta es no, los resultados de una política de industrialización demoran muchos años y requieren un conjunto de cosas que a largo plazo den muy buenos resultados.
Ahora, en el corto plazo entra la política monetaria. Los hogares están experimentando una gran afectación en la demanda por consumo, no están consumiendo ni bienes de consumo ni bienes intermedios y las compañías están teniendo problemas financieros porque están pagando una deuda muy grande, y eso está conduciendo a que no haya inversión. Tenemos problemas en el sector de automóviles, en electrodomésticos y en vivienda. 

La política monetaria y las tasas de interés sí nos están apretando y la pregunta que he planteado al Banco de la República es, sabiendo eso, y también sabiendo que la inflación es una inflación por costos, si no vale la pena pensar en una senda de reducción de la tasa de interés y de flexibilización de la política monetaria. Ya lo dijo el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo: el banco es independiente, pero se le pueden decir las cosas.

"Mientras no tengamos unas condiciones verdaderamente atractivas, amables y propicias para la inversión, vamos a tener un efecto negativo sobre la economía, y eso depende mucho del Gobierno".

CAMBIO: ¿Y qué puede hacer el Gobierno? 

B.M.: Ese es un segundo tema, se tiene que ejecutar una política de incentivos con inversión en la economía. El Gobierno cuenta con los recursos provenientes de la reforma tributaria del año pasado, que le dio más recursos que nunca al Estado y deberíamos tener una política de gasto e inversión pública que acelere la economía en áreas como infraestructura, vivienda y energía.

El Estado tiene muchas cosas por hacer. En Colombia tenemos una crisis de confianza, hay muchísima gente en medio de una gran incertidumbre por muchas razones: las reformas, el dólar, las exportaciones, y esas incertidumbres son el principal inhibidor de la inversión. Mientras no tengamos unas condiciones verdaderamente atractivas, amables y propicias para la inversión, vamos a tener un efecto negativo sobre la economía, y eso depende mucho del Gobierno.

CAMBIO: El Gobierno volvió a presentar su reforma laboral. ¿Qué opina del proyecto que hay hoy?

B. M.: El proyecto es sustancialmente igual al anterior, con excepción de muy pocas cosas. El proyecto, en todas sus versiones, se ha olvidado de dos temas que para nosotros son de la mayor importancia: la generación de empleo formal y la reducción de la informalidad.

Son dos problemas que aparecen en cualquier análisis, diagnóstico o radiografía que uno le haga a Colombia desde el punto de vista laboral. El desempleo, por la falta de oportunidades para los colombianos que no está generando nuestra economía; y la informalidad, porque es una aberración que conduce a que haya trabajadores que no tienen derechos. Un trabajador informal es un trabajador sin contrato, que no tiene cotización a la seguridad social, no recibió horas extras ni pagos dominicales, no tiene cesantías ni pensión.

Yo hubiera esperado de un gobierno interesado en la gente un gran esfuerzo por reducir la informalidad. Y el gran problema es que muchas de las cosas contenidas en esta reforma van a producir desempleo. Por eso hemos hecho un llamado para que no cometamos ese error, no podemos estar dentro de un año o dos lamentándonos porque tomamos decisiones equivocadas. Deberíamos hacer una reforma buena, que genere empleo y ojalá también genere productividad laboral.

CAMBIO: ¿Qué elementos debería tener esa reforma laboral?

B.M.: Deben hacerse muchas cosas. Pero empecemos por la informalidad. Se debería tener un Estado muy vigilante y con grandes capacidades para hacer cumplir las normas laborales, no solo a los empleadores formales sino también a los informales. Y castigar el incumplimiento de las normas. Y luego está el empleo. La mejor estrategia para generar empleo en cualquier país –y que la economía crezca, y que crezca mucho– es generarles condiciones a las empresas, tener emprendedores que contraten gente, nuevas pymes, empresas grandes que amplíen sus capacidades y empresas internacionales que inviertan en Colombia. Eso genera empleo. El crecimiento económico es el mayor antídoto contra el desempleo.

"Yo hubiera esperado de un gobierno interesado en la gente un gran esfuerzo por reducir la informalidad. Y el gran problema es que muchas de las cosas contenidas en esta reforma van a producir desempleo".

CAMBIO: La Andi es parte de la mesa de concertación de políticas laborales. ¿Siente que el Gobierno los ha escuchado?

B.M.: Esta reforma no se construyó en la mesa de concertación, es la reforma del Gobierno y probablemente de algunos sindicatos, por eso no estamos de acuerdo con ella. Tenemos varios documentos en los que hemos dicho por qué creemos que se está cometiendo un error, no solo para las empresas, sino para las familias colombianas.

Probablemente esta semana le vamos a proponer al país unos artículos nuevos para generación de empleo y reducción de informalidad. Creemos que si Colombia se va a tomar el trabajo de dar una discusión sobre reforma laboral, tenemos que producir los mejores resultados posibles. Tenemos varias estimaciones que apuntan a que se van a perder entre 400.000 y 700.000 empleos y Colombia no puede cometer ese error. Se debería pensar en una reforma que, por ejemplo, hiciera muy propicio que en Colombia se ubicaran muchísimas empresas internacionales que vinieran a generar empleo.

CAMBIO: Todavía faltan un par de meses para las discusiones del salario mínimo, pero con la inflación alta que se prevé para este año seguramente el aumento también será alto. ¿Le preocupa el impacto en los costos de los empresarios?

B.M.: La inflación siempre es uno de los elementos más importantes de la determinación del salario mínimo, lo dice la Corte Constitucional, no se pueden producir incrementos del salario mínimo por debajo de la inflación. Eso para nosotros no es ninguna discusión. La política final que tenemos que hacer es alrededor de lo laboral y cómo podemos trabajar conjuntamente para que Colombia tenga mayor crecimiento. Si no tenemos mayor crecimiento, Colombia no tiene más empleo, porque no hay forma de pedirle a nadie que contrate más trabajadores si la economía no crece.

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