Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería.
Crédito: Asociación Colombiana de Minería (ACM)
“Debemos seguir produciendo carbón, y con esa riqueza, generar la transición energética”: Juan Camilo Nariño, presidente de la ACM
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El presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Juan Camilo Nariño, conversó con CAMBIO sobre el papel estratégico que cumplen los minerales en la transición energética.
Dentro del propósito de lograr una economía con menos emisiones de carbono, el presidente Gustavo Petro ha insistido en disminuir cada vez más la dependencia del carbón y del petróleo. En contraste, la Asociación Colombiana de Minería (ACM) piensa que se deberían aprovechar los recursos que hoy provienen de este sector, y a la par incentivar la producción de otros minerales, como el níquel y el cobre.
Juan Camilo Nariño, presidente del gremio, conversó con CAMBIO sobre el panorama del sector, las expectativas para 2024 y la seguridad que requieren las empresas del sector.
CAMBIO: ¿Cuál es el balance de la producción minera en Colombia este 2023?
Juan Camilo Nariño: Este fue un año en que se lograron las expectativas que se tenían desde comienzos de 2023, si miramos los distintos minerales.
En el caso del carbón, la expectativa era una producción cercana a los 70 millones de toneladas, y Colombia va a terminar produciendo 71,7 millones de toneladas. Colombia produce dos tipos de carbón que siguen dos dinámicas de mercado distintas. Uno es el que se usa para generar energía, el térmico, que es el que producen las grandes compañías del norte del país; y hay un carbón metalúrgico, el coque, que se saca de una mina y se mete en unos hornos industriales para producir acero. De esas 71 millones de toneladas, 8 millones son de carbón metalúrgico.
En minerales metálicos, oro y níquel, pensamos que Colombia va a terminar con una producción de oro legal de 636.000 onzas, y de níquel, de unas 40.000 toneladas.
CAMBIO: ¿Y en minerales para la construcción?
J.C.N.: Esa dinámica del sector económico minero, con las gravas y canteras, la aproximamos con la producción de cemento. En 2022 estaba en 14,7 toneladas. Este año se dio una producción de cemento aproximada de 14 millones de toneladas, y el año que viene eso va a bajar a 13,6 millones. Ahí vemos el efecto en la construcción que tiene la caída en la inversión en la infraestructura y la vivienda. Aprovecho para hacer un llamado a los ministerios que les corresponde para que tomen acciones para reactivar este sector. Colombia necesita medidas urgentes, rápidas y oportunas para activar la economía nacional.
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CAMBIO: ¿Cuáles son las proyecciones del sector para 2024?
J.C.N.: Hay dos dinámicas. Los precios internacionales, en el caso del carbón, seguramente seguirán en precios medios históricos, no como los dos años anteriores, en que tuvimos precios excepcionales y eso se ve reflejado en la producción. En los años buenos Colombia producía 90 millones de toneladas. En 2024, producirá alrededor de 77 millones. En el caso del carbón metalúrgico, la producción va a estar en alrededor de las 4,5 millones de toneladas.
En oro y níquel esperamos que la dinámica continúe cercana a la de este año: alrededor de 600.000 onzas de oro y 40.000 toneladas de níquel.
CAMBIO: ¿Qué opina de la propuesta de transición energética que ha planteado el Gobierno?
J.C.N: La transición energética tiene dos "patas" que se relacionan con la minería, La primera es una conversación sobre qué vamos a hacer con el carbón, algo que el presidente ha puesto sobre la mesa en varios espacios y en eventos internacionales. En un país que no es un alto generador o productor de energía con carbón, sino que la gran cantidad se exporta, la aproximación de la industria debería ser hacia una transición energética con una profunda carga social.
El tema de precios es algo fundamental en la minería y el año 2022 fue excepcional, especialmente en carbón y en níquel. Gracias a ello, el año pasado el aporte en renta y regalías del sector minero fue de 20,5 billones. El carbón aportó el 75 por ciento. En 2023 serán cerca de 18 billones. Eso ayuda a estabilizar las finanzas públicas del país y de las regiones.
Para la transición energética Colombia debe seguir produciendo carbón de una manera sostenible y limpia, para generar dinamismo social. China, por ejemplo, produce 4.000 millones de toneladas; Indonesia, 460 millones; Australia, 280 millones. Alemania produce el doble de carbón que produce Colombia: 131 millones de toneladas. Todos estos países van a seguir produciendo. Si nosotros, a raíz de la transición energética, comprometemos las inversiones del carbón y dejamos de producir, el efecto en el mundo será mínimo. Los últimos dos años son los dos años en que la humanidad más ha consumido carbón en su historia: 8.000 millones de toneladas.
La conversación de la transición energética y el carbón la tenemos que hacer con más orden y liderazgo. Para hacer una transición energética, que se debe hacer, debemos aproximarnos al carbón y seguir produciendo; y, con esa riqueza, generar la transición energética. Eso no se genera con una conversación, sino con recursos.
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CAMBIO: ¿Cuál es la otra aproximación a la transición energética que se puede hacer desde la minería?
J.C.N.: Está en los otros minerales que se necesitan para cumplir los compromisos de reducción de emisiones de carbono. En el mundo hay 25 millones de vehículos eléctricos. Para cumplir los compromisos de descarbonización en 2050, se necesitan 1.500 millones de vehículos.
Hoy en el mundo hay 70 millones de líneas de transmisión eléctrica. En 2050, el mundo necesitará 200 millones de kilómetros. Cuando se pone esto en la matriz del cumplimiento de reducción de emisiones, lo único que necesita la transición es más minerales. Ahí Colombia tiene una gran oportunidad de aportar al mundo, especialmente en cobre.
CAMBIO: Cuando se habla de minerales estratégicos para la transición energética ¿a cuáles nos referimos?
J.C.N.: La Agencia Nacional de Minería acaba de sacar una resolución con los minerales estratégicos. Ahí están todos menos el carbón térmico, pero considero que el carbón térmico sí es estratégico, porque estabiliza las finanzas públicas de muchas regiones. En esa lista está el oro, el níquel, el carbón metalúrgico, están todos los minerales que son necesarios para construir este mundo más verde.
CAMBIO: El sector minero es uno de los que se vio afectado con la reforma tributaria. ¿Ha golpeado esto la inversión en el sector?
J.C.N.: La reforma tributaria fue nociva para el sector. Fue un mensaje contundente de un Gobierno queriendo desincentivar el sector mineroenergético en el país con esos tributos. La no deducibilidad de las regalías, por ejemplo, comprometía la viabilidad de la industria del carbón a mediano plazo. Si hoy producimos 70 millones de toneladas y el próximo año produciremos 77 millones, con ese punto de la reforma la producción iba a disminuir.
Y lo segundo, lo cual es absurdo, es que Colombia se iba a convertir en el único país del mundo en que las regalías no eran deducibles. En una dinámica de transición energética, en la cual se necesita tiempo, e inversiones en cobre, en nuevos minerales, en exploración, Colombia sería el único país en que, al compararse esas inversiones, las regalías no serían deducibles. Esos tributos mandaban un mensaje contrario a la inversión.
Afortunadamente la Corte hizo el estudio de la no deducibilidad de las regalías y lo declaró inconstitucional.
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CAMBIO: ¿Qué incentivos necesita Colombia para fomentar la producción y exploración minera?
J.C.N.: Lo primero es una conversación tranquila en relación con la minería, una conversación pública liderada por el Gobierno que genere tranquilidad a la inversión. Lo segundo, que el Gobierno tenga un impulso claro y contundente para atraer inversión, mandar el mensaje de que este es un país tranquilo para la exploración minera, porque, si no exploramos nuestro territorio, no vamos a tener minerales. Solo 2,7 por ciento del territorio nacional está titulado, no conocemos qué minerales tenemos.
En esta conversación global, en la que se necesitan más minerales para la transición energética, los países están resolviendo eso con políticas públicas y más incentivos. Como Japón, que recientemente sacó una política pública para incentivar la exploración minera en el lecho marino. Se necesitan no solo discursos, sino políticas ambientales claras, y rodear a las compañías que hoy producen minerales escasos.
CAMBIO: ¿Qué necesitan las empresas del sector para contar con mayor seguridad física y jurídica?
J.C.N.: Lo primero es el cumplimiento de la ley, que las instituciones encargadas como la fuerza pública y la Policía la hagan cumplir, pero también se necesita del mandato presidencial, sobre todo en materia de seguridad. Lo segundo es un empoderamiento para el cumplimiento de la ley, sobre todo en oro y carbón. Colombia debe abolir la extracción ilegal de minerales, porque eso es un enorme crimen ambiental, y ahí debe haber un mandato.
Lo tercero es la necesidad de coherencia institucional. Hoy tenemos una serie de decretos que está sacando el Ministerio de Ambiente, pero también una conversación en relación con la necesidad, una lista de minerales estratégicos de la ANH, lo que es positivo, pero lo que se encuentra como sector productivo es que hay mensajes que no son coherentes con los decretos del ministerio. Se necesita claridad y coherencia para la atracción de inversión minera en torno a que este es un país que recibe la exploración minera y se hace con tiempos y permisos. El sector privado necesita certeza.