Incapaz de decantarme por una sola, esta semana busqué inspiración en tres noticias que, a diferencia de James Rodríguez, fueron titulares destacados. Sugiero a los amables lectores que seleccionen cuál fue la ganadora y participen por boletas para #Circombia o subsidios entregados por Cielo Rusinque: ya veremos.
1. PETRO EMITE RESOLUCIÓN PARA TRATAR CON LENGUAJE RESPUETUOSO AL ELN.
(MINICUENTO)
Argemiro Casiani camina sigilosamente por las calles de Quibdó en búsqueda de gasolina para su moto. Hay paro armado. Teme por su vida. No sabe que, en ese momento, el ELN acaba de firmar un cese al fuego y que el presidente Petro emitió una circular en que pide referirse con lenguaje respetuoso a los, cómo llamarlos ahora, apreciados facinerosos del grupo en armas: nada de decirles terroristas o guerrilleros; mucho menos, “esclavistas de la clase media arribista”, so pena de que se ofendan.
—¿Para dónde va? —le grita el líder de una cuadrilla que surge de la sombra.
—¡Hermano, por favor, no me mate! —suplica Casiani mientras levanta los brazos.
Los guerrilleros lo rodean. El comandante le extiende un papel.
—Lea, amigo —le ordena mientras muestra la resolución presidencial.
Desconcertado, Casiano mira el papel.
—¡Mil perdones si lo ofendí, apreciado gerente de insurrecciones necesarias! Pido respetuosamente el favor de no ser secuestrado, si ello fuese posible —se excusa.
—Se dice retención…
—De no ser retenido, perdón, mi señor …
—También se puede decir cerco humanitario… —aclara un guerrillero gordito.
—Pido con respeto que mi persona no sea tomada como epicentro para protagonizar cerco humanitario de ninguna especie, respetado hombre en situación de armas; con gusto pago la extorsión a que haya lugar —suplica Casiani.
—Se dice impuesto o contribución —explica el gordito.
—Pago la contribución, claro que sí. Pero no me mate.
—Se dice ajusticiar —le aclara de nuevo.
El comandante da una bocanada a su cigarrillo y suelta el humo contra la cara de Casiani.
—¿Qué busca por acá? —pregunta de mala manera.
—Gasolina, señor: hay escasez…
—Allá la venden a veinte mil pesos —indica el gordito.
—¿Veinte mil pesos? ¡Qué es esa grosería!
Al escuchar la palabra “grosería”, aparece de un matorral el comisionado de Paz Danilo Rueda, regaña a Casiani por haber dicho tal palabra y a modo de sanción lo obliga a ponerse sus gafas de balso por un día entero.
(El gordito se queda con la moto de Casiani, pero se arrepiente porque la gasolina está muy cara).
2. ZULUAGA APARECE CON IMPLANTES CAPILARES EN SU AUDIENCIA DE IMPUTACIÓN.
(OBRA DE TEATRO)
JUEZ: Ingresen al Zoom al acusado, el doctor Zuluaga…
ZULUAGA: Soy yo, su señoría…
JUEZ: ¿Usted no es David, el hijo?
ZULUAGA: No, su señoría: soy Oscar Iván en persona…
JUEZ: Pe… pero lo noto diferente, no sé… cambiado. ¿Se hizo algo en la cara?
ZULUAGA (SATISFECHO): Ejem… Algo, sí… Es… Es… es el pelo. Me puse un poco de pelo, sí…
FISCAL: Pido la palabra, señoría: es evidente que se dejó la barba y se puso implantes porque pensaba huir…
ZULUAGA: No, no… Era una inquietud que tenía desde hace años… Al sifón de la ducha no le cabe un pelo más… Pregúntele a Marta Ligia.
FISCAL: ¡Y la barba blanca! ¡Quería hacer lo que hizo el actor de El Fugitivo!
ZULUAGA: ¿Luis Carlos Restrepo?
JUEZ: A ver, señor Zuluaga: ¿de dónde extrajo ese pelo?
ZULUAGA: Es mío, su señoría: me lo tomaron del entrecejo, funículo por funículo, y me lo sembraron desde la frente… El proceso duele, pero vale la pena.
FISCAL: El proceso que debería dolerle es este, su señoría: ¡este señor recibió 1,6 millones de dólares de Odebrecht!
JUEZ: ¿Es eso cierto?
ZULUAGA: Es falso, señor juez: lo juro por mi calva…
JUEZ: ¿Es falso el pelo? ¿Es una peluca?
ZULUAGA: ¡Es falsa la acusación! ¡Ni mi hijo David ni yo hemos hecho nada, pregúntele al padre Arturo Uría de Emaús!
FISCAL: Acá tengo los audios que demuestran que este señor supo de esas entradas…
ZULUAGA: Siempre me han importado las entradas, como se puede ver en mi nuevo aspecto, su señoría… Y mi calva me tenía hasta la coronilla.
JUEZ (SE PASA LA MANO A LA CABEZA): A mí tampoco es que me mate la mía…
ZULUAGA: Anímese, su señoría. Usted no sabe lo que siento al sacudir el pelo luego de zambullirme en la piscina: ¡es una maravillosa sensación de libertad!
FISCAL: ¡Libertad que debería perder, su señoría, por favor! ¡Retomemos la audiencia!
JUEZ: Ejem, sí… ¿Cómo se declara entonces, señor Zuluaga?
ZULUAGA: Satisfecho: fue doloroso, pero quedé muy bien.
JUEZ: Hablo de la imputación.
ZULUAGA: Ah… ¡Inocente!
FISCAL: ¿Nos está tomando del pelo?
JUEZ (CURIOSO): ¿Cuánto vale el tratamiento, solo por saber, doctor Zuluaga?
ZULUAGA: 1,6 millones de dólares: es que siempre toca viajar a Turquía…
JUEZ: ¿Podríamos hablar dos minutos al final de la audiencia?
3. MINISTRA DE MINAS ADUCE “ERROR DE DIGITACIÓN” AL NO SEÑALAR CONFLICTO DE INTERÉS FRENTE A CONTRATO QUE ASIGNARON A SU ESPOSO.
(WHATSAPP A LA MINISTRA CON ERRORES DE DIGITACIÓN)
Apreciada ministra,
Mis amigos dirán que me encuentro muy pichado rogando por un puesto (pinchado: que me encuentro pinchado), pero, como militante de siempre del pato histérico (pacto, pacto histórico, quise decir), siento que atacan al gobierno del cambio porque no somos cacorros de los yanquis (cachorros, corrijo: tengo los dedos muy godos, pedón. Gordos, quise decir. Perdón). ¿Cuál es el Olán, acaso? (plan: es el hoja de ruta corrector). ¿Deslegitimarla? ¿Por qué les duele reconocer que usted es una cucha en la materia? (una dicha, quise decir. Una ducha: ¡una ducha en la materia!).
Usted es una funcionaria citica (cítrica, quise decir… ¡crítica!) y por eso le están montando una teta (una tetra, lo siento: un complot), pero cuente con mi apoyo. Ministra: quisiera pedirle un contacto (un contrato, corrijo) o por lo menos un buen pesto (¡un puesto!) para cumplir mi sueño de trabajar con usted, a quien siempre he considerado una vaga (una maga, quise decir una maga), una funcionaria que merece ser atenida (atendida, lo siento de nuevo.) Se preguntará por mi hija de boda (de vida: mi hoja de vida). Soy filósofo. Sé mucho de ases (de gases). Pero también puedo trabajar con su parido (su marido, lo siento) por unos cuantos besos (pesos: quise decir pesos). Alguna vez lo hice con Vargas Lleras, a quien quiero mocho (mucho). Pero renuncié porque chateaba con horrores (errores, digo) de digitación.
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Elijan, pues, la noticia más absurda de la semana. Por espacio omito las filas patentadas por Cielo Rusinque, porque ella misma da para otra columna, o el insulto del ingeniero Hernández a una periodista que indagó por su inhabilidad, porque estoy harto de insultos, como la gente del ELN antes de la resolución. Definitivamente no alcanzamos a ser una noción (una nación, quise decir). Y nos falta pelo para la moña. A diferencia de Zuluaga.
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La historia de un país en que todo es un circo.