Desde la campaña de Gustavo Petro nos invitaron a un grupo de personas de las más diversas procedencias y creencias a una reunión para adelantar una conversación sobre un gran acuerdo nacional. No podía ningún colombiano, que verdaderamente sienta profundo amor por el país, dejar de acudir a esta cita con la historia.
En esa reunión se sentó la diversidad. Fue muy emocionante oír las reflexiones de distintos en torno a una esperanza sincera de un futuro posible. La sesión estuvo moderada por Alejandro Gaviria; oímos intervenciones de personas que han estado en otras orillas y seguramente han tenido grandes diferencias con Gustavo Petro.
Allí hizo presencia el país y escuchamos compromisos de quienes han sido partícipes de la vida pública nacional como Rudolf Hommes, quien ofreció su concurso para que bajo un gobierno presidido por Gustavo Petro se haga viable, por fin, la implementación total del acuerdo de paz. En ese mismo sentido se expresaron algunos otros de los asistentes como Guillermo Rivera, quien tiene para mostrar un trabajo incansable por la paz y por las víctimas.
Se levantaron voces emocionadas como la de Cecilia López, quien habló de la paz del alma y la necesidad de cerrar las brechas pues las cifras nos muestran que el 50 por ciento de nuestros conciudadanos son pobres o vulnerables. Luis Gilberto Murillo hacía evidente ese voto por Petro en la Colombia negra, indígena y marginada, y manifestó su fe en que será posible fortalecer el tejido social, acorde con las necesidades de la periferia y teniendo en cuenta la diversidad cultural y ambiental del territorio.
Carlos Jacanamijoy, artista putumayense, y Álvaro Barrios representaron al sector de la cultura y conjuntamente exigieron un lugar digno en el contexto nacional para aquellos procesos que se desarrollan desde los diversos campos del quehacer artístico.
Hablaron exmagistrados y exmiembros de las Fuerzas Armadas y reconocieron que con Gustavo Petro es posible soñar con reformas trascedentes y que sus actuaciones desde el gobierno estarían ajustadas a la Constitución y al respeto por la ley. Ambos sectores claman por la paz y la reconciliación verdadera.
Mujeres de luchas incansables reconocieron en el candidato una política de respeto hacia lo femenino con una justa participación en la definición de políticas públicas y en instancias de poder.
Lucho Garzón, que ha tenido enorme experiencia tendiendo puentes entre diversos, también dio su voto de confianza a Petro. Hizo un llamado para atender de manera prioritaria la seguridad alimentaria. Y los empresarios, sobre todo, pequeños y medianos, fueron claros en que llegó el momento para que les vuelvan a mirar.
El candidato ante este grupo heterogéneo de personas manifestó su propósito de contribuir a cambiar el clima político combatiendo el sectarismo y el odio que se han apoderado de la vida nacional. Se comprometió además a trabajar por ese gran acuerdo nacional donde los diversos y los contradictores tengamos voz, respetando el derecho a pensar distinto, a ver si logramos vivir civilizadamente en la diferencia y bajo unos acuerdos mínimos necesarios. Invitó a seguir insistiendo en luchar por la vida.
Coincido con Alejandro Gaviria en que el pasado se está agotando y el futuro está por ser construido; allí debemos participar todos aquellos que queremos una Colombia más justa. Quiero darle mi voto con toda humildad el próximo domingo a esta oportunidad, dejando de lado las diferencias y las malquerencias. Respeto a quienes se decidan por otra opción. De eso se trata la democracia. Deposito mi confianza en Gustavo Petro, sin ser petrista, léase bien, con la aspiración de que su gobierno lleve a cabo, en los próximos cuatro años, la implementación integral del acuerdo de paz, el respeto total a la ley y a nuestro estado de derecho, y que promueva con los distintos un gran acuerdo nacional a ver si vamos a ser capaces de tolerarnos en civilidad y sin más agresiones.