Exclusivo: Los 6 DVD perdidos que contenían interceptaciones contra Pacho Malo

El pasado jueves 22 de febrero, el jefe de unidad local del CTI de Buenaventura, Francisco Javier Martínez, alias Pacho Malo, fue capturado como presunto responsable de concierto para delinquir con fines de contrabando; es decir, por integrar una organización criminal dedicada a dejar pasar mercancía que no pagaba impuestos por el puerto de Buenaventura. Por ahora, la Fiscalía no lo relaciona con narcotráfico; sin embargo, detrás de la captura de Pacho Malo hay una seguidilla de inconsistencias en el manejo del caso que la entidad debe investigar.

CAMBIO conoció en exclusiva que el analista que escuchaba a integrantes de la organización a la que pertenecía Pacho Malo informó en 2022 al jefe de sala de interceptaciones de Cali que seis DVD, los cuales contenían interceptaciones del proceso, nunca llegaron al almacén de evidencia. Fuentes de la Fiscalía aseguran que las pruebas fueron recuperadas. Si fue así, ¿dónde están?

Un hecho evidencia la lentitud -por decir menos- de los funcionarios a cargo de la investigación contra Pacho Malo y la organización contrabandista. El proceso se inició en 2015 y, desde 2016, empezaron a interceptar a integrantes de la red, entre quienes figuraba el funcionario del CTI de Buenaventura. Pero, solo cuando el escándalo estalló en medios, la Fiscalía reveló que ese funcionario de la entidad, conocido como Pacho Malo, sí estaba involucrado en la organización. Un resultado que se dio casi nueve años después de que el caso estuviera en indagación. Pero eso no es todo. Hay algo que mostraría la lentitud y las irregularidades en el manejo del caso: las interceptaciones que se perdieron.

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Los 6 DVD perdidos

CAMBIO tiene pruebas de que el 18 de abril de 2022 el investigador Luis Fernando Garzón Sánchez, adscrito al grupo investigativo contra el narcotráfico de Cali y quien, además, fue el encargado de escuchar a los integrantes interceptados de la organización de Pacho Malo, envió un correo en el que advirtió de la pérdida de seis DVD que contenían las escuchas.

Garzón envió el correo a Rodrigo Alberto Vallejo, jefe de la sala de interceptaciones de Cali en ese momento, y a David Ricardo Durán, un ingeniero de soporte de esa sala. El mensaje era claro: los DVD que contenían conversaciones de la organización, grabadas entre  2016 y 2017, no fueron entregados al almacén de evidencia, donde se guardan los elementos probatorios de los procesos.

Garzón escribió en su correo: “Doctor Vallejo, buenos días. Con toda atención solicito dé sus buenos oficios para que por favor me pueda indicar en qué fecha y caja se remitieron a la oficina de archivo los cuadernos que firmaban los gerentes de caso cuando recibían los elementos materiales probatorios para su entrega a almacén de evidencias y los informes relacionados con las órdenes de trabajo que se relacionan a continuación. Lo anterior en virtud que los mismos no se entregaron en el almacén de evidencia y me lo están solicitando”.

Luego, en el mismo correo, el investigador Luis Fernando Garzón describe una a una las pruebas desaparecidas: 1 DVD, voz 1086, grabado el 19 de enero de 2017; 1 DVD-R, voz 961, grabado el 7 de febrero de 2017; 1 DVD-R, voz 17 SMS, grabado el 16 de diciembre de 2016; 1 DVD-R, voz 1086, grabado el 19 de enero de 2017; 1 DVD, voz 961 SMS, grabado el 7 de febrero de 2017. 

Junto a la descripción de cada DVD, había otros tres datos relevantes: el número de radicado 760016008778201500078, que corresponde al proceso contra Pacho Malo,  el número del fiscal que llevaba el proceso, que era el fiscal 162 seccional delegado ante el CTI, y los números interceptados a los que correspondían los audios que contenían cada uno de los discos.

En otras palabras, el investigador Luis Fernando Garzón, que escuchó a Pacho Malo y guardó las grabaciones en esos DVD, le  solicitaba  al jefe de sala de interceptaciones de Cali la información sobre los gerentes del caso, quienes recibían las interceptaciones y debían almacenarlas en el depósito de evidencias. La razón era aún más clara: las pruebas no aparecían y se las estaban pidiendo. 

CAMBIO llamó a investigadores que en el pasado indagaron esa organización. Ellos aseguraron que las interceptaciones contra el funcionario del CTI de Buenaventura  y los otros integrantes de la red comenzaron en 2016 y que, desde ese momento, mostraron que se trataba de una organización que dejaba pasar contrabando y contaminaba contenedores con droga. Además, explicaron que, supuestamente, una de los investigadoras encargada de escuchar a la organización desde  2016 era muy cercana a Pacho Malo. Fue ella quien habría filtrado la información. Al parecer, los integrantes de la red dejaron de usar los números interceptados. Luego, esos discos que contenían las interceptaciones se perdieron.

• Pacho, el malo

“El analista de caso de aquella época, quien monitoreó esas líneas, era Luis Fernando Garzón. Él fue quien dio aviso de las actividades del funcionario de Buenaventura Pacho Malo. Sin embargo, como no era el único que monitoreaba las líneas, creemos que una mujer que estaba en la sala filtró la información a Pacho Malo, porque era muy cercana a él, y las líneas dejaron de ser usadas de un día para otro. Además, se desaparecieron los DVD. En este punto no sabemos si los encontraron, les hicieron copias y los pasaron a la organización, y si fueron anexados al proceso”, advirtieron las fuentes.

CAMBIO consultó a la fiscal (e) Martha Mancera, quien advirtió que no sabía de la pérdida de los elementos materiales probatorios y que no tenía la información “porque es de resorte del fiscal titular del caso”.

La fiscal titular del caso es Diana Patricia Mojica Ortiz, delegada ante el Tribunal, quien lo asumió el 6 de mayo de 2021, luego de una reasignación de procesos. En ese momento, la Fiscalía le quitó la indagación al fiscal delegado ante el Tribunal Mario Fernando Parra, a quien encargaron solo de casos en juicio, y las indagaciones pasaron a manos de la fiscal Diana Patricia Mojica quien, casi tres años después, capturó Pacho Malo. 

CAMBIO consultó a fuentes de la Fiscalía que trabajan en el caso contra Pacho Malo y explicaron que la pérdida de unos discos no significa necesariamente que se pierdan pruebas, porque todo queda guardado durante años en los computadores que condensaron las escuchas. 

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“Que se pierdan los CD no es prueba de que se haya perdido evidencia, porque el CD es un contenedor, la evidencia queda en los servidores donde se almacena todo lo que arrojan los sistemas que interceptan. Por eso es que se pueden pedir copias y entonces, pueden recuperarse las escuchas”, dijo la fuente.

Sin embargo, advirtió de que la Fiscalía sí investiga a todos los funcionarios que tuvieron a cargo el proceso contra Pacho Malo porque, aparentemente, hubo una omisión, ya que en el pasado capturaron a integrantes de la organización contrabandista, pero no capturaron a los servidores involucrados con la misma, dentro de los que se cuenta Francisco Javier Martínez, alias Pacho Malo.

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El fiscal investigado por esas omisiones es, precisamente,  el 162  seccional delegado ante el CTI, quien hacía parte de una estructura de apoyo que investiga organizaciones criminales y que dependía del director seccional de Cali de la época, que para 2016 y 2017, fecha en la que se hicieron las interceptaciones, era Gilberto Guerrero, a quien el exfiscal Néstor Humberto Martínez encargó.

Como las audiencias se hicieron reservadas por solicitud de la fiscal del caso, Diana Patricia Mojica, el país no podrá conocer cuáles son las pruebas que presenta la Fiscalía ante el juez y si las mismas corresponden, o no, a las que se denunciaron como perdidas. En todo caso, el ente acusador tiene una deuda enorme, de años, con la opinión pública: no solo entregar los nombres de los funcionarios involucrados con la organización, como Pacho Malo, sino los nombres de quienes los encubrieron durante años. Esa deuda, quizás, la asuma la próxima fiscal general.