¿El éxtasis podría ayudar con la salud mental?

Crédito: Yamith Mariño Díaz

24 Julio 2023

¿El éxtasis podría ayudar con la salud mental?

La droga, también conocida como MDMA y ampliamente utilizada en espacios de fiesta, está modificando su uso. Ahora está transformándose en una droga utilizada para guiar procesos de terapia psicológica.

Por: Maria F. Fitzgerald

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Aunque el éxtasis –o MDMA– está ampliamente relacionado con los espacios de fiesta, sus orígenes son muy diferentes. Hasta los años ochenta esta sustancia estaba siendo perfilada como una posible droga terapéutica. Incluso, uno de sus primeros promotores y distribuidores, Michael Clegg, la llamaba Terapia. Incluso, en distintos países, como Australia, se está analizando su uso como droga terapéutica. 

Dados sus componentes, el éxtasis permite que los humanos experimentemos sensaciones de mayor empatía, como no lo consiguen otros fármacos. Esta facultad podría llevar a que el trámite de las emociones se facilite y haya espacios de terapia más amplios y curativos.

 

Para profundizar

La droga de la empatía

En 1965 empezó a circular en Estados Unidos una nueva droga que prometía unirse a las muchas drogas psicodélicas que se movían en aquella época, solo que con efectos más controlados y, a la vez, potentes. 

Alexander Shulgin, un científico que hizo parte del movimiento psicodélico, fue quien desarrolló la nueva droga y aseguró, en su momento, que el MDMA podría ser una medicina muy respetada que podría ayudar con: “la transcendencia, el crecimiento y la curación”. 

Sin embargo, para los años ochenta, la FDA –la entidad encargada de regular el uso de sustancias y medicamentos en Estados Unidos– prohibió su uso y la marcó como una droga ilegal en el mundo entero, pues tenía efectos psicoactivos. 

Hoy esta perspectiva está volviendo a modificarse. En la Universidad de Australia Occidental han encontrado que, de hecho, la droga puede traer amplios beneficios para el manejo de trastornos como la depresión, la ansiedad, e incluso ha probado ser efectiva en casos de condiciones más complejas, como el estrés postraumático. 

Esto permitió que su uso se ampliara por todo Australia y, hoy, ese país legalizó las dosis reguladas de esta droga en el uso terapéutico. La práctica ha llamado la atención de otros países. Por eso, otras universidades y centros de estudio han iniciado experimentos para comprobar su efectividad. 

En 2021, la revista Nature publicó un ensayo en el que se demostraba que luego de trabajar con múltiples pacientes en Estados Unidos, un 88 por ciento de los casos, los pacientes habían demostrado una importante mejoría en sus síntomas. Sobre todo, en síntomas relacionados con la depresión y con la ansiedad. 

Pero, en los casos en los que los pacientes eran tratados por estrés postraumático fue en los que se encontró una mejoría incluso mayor: luego de solo tres sesiones, el 90 por ciento de los pacientes aseguraban haber disminuido casi todos sus síntomas, lo que causó que dos terceras partes del grupo analizado ya no tuviera síntomas que los mantuvieran con este diagnóstico después de dos meses de tratamiento. 

 

¿Cómo funciona? 

Esta es una droga que consigue activar e invadir el cerebro con sustancias que él suele producir por sí mismo, pero que, por distintos motivos, pueden atrofiarse. Así, lo llena de dopamina, serotonina, norepinefrina y oxitocina, cuatro químicos relacionados con el placer y la felicidad. 

Al tiempo, logra que se calme la amígdala, como se le conoce a la estructura cerebral encargada del procesamiento del miedo y las respuestas de defensa. Esto hace que quien consuma la droga, tenga una mejor disposición para abordar traumas y momentos difíciles, sin que exista una respuesta defensiva. 

Sus resultados hasta la fecha han sido tan positivos que la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS) está analizando su uso para combatir otras enfermedades, como el Párkinson, la ansiedad social e, incluso, la adicción a otras drogas, principalmente opioides. 

La gran advertencia que han hecho todas las autoridades en estos estudios es que, por sobre todo, las dosis deben estar controladas y dirigidas por un profesional. Esto porque el manejo de sustancias que inducen estados de placer al cerebro podría derivar en adicción a la droga. Sin embargo, de acuerdo con el MAPS, el cambio en los usos de las drogas psicodélicas, en este caso del MDMA, podría significar una revolución para la salud mental de millones.

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