Crédito: Ejército Nacional
El poder del coltán: el oro negro que se disputan los grupos ilegales en Vichada y Guainía
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En los últimos diez años, las comunidades indígenas han sido testigos de la llegada de organizaciones ilegales por tener el control de los yacimientos del mineral.
Por: Javier Patiño C.
El coltán es la materia prima para la fabricación de los aparatos electrónicos de alta tecnología que millones de personas utilizan diariamente, como celulares, consolas de videojuegos, entre otros, armamento para la industria militar, prótesis e implantes médicos y sistemas de alerta y monitoreo climático.
En Colombia, la mayoría de los yacimientos se encuentran ubicados en los departamentos de Guaviare y Guainia, limítrofes con el estado Amazonas en Venezuela, en lo que es conocido como el arco minero.
Esta es una zona estratégica donde hay gran actividad de explotación irregular de metales y minerales. En este punto, según información de los pobladores, los mineros son obligados a pagarle a la guerrilla, que controlan el territorio, entre un 30 por ciento y un 50 por ciento de lo que extraen.
El eje central de esta disputa se centra en un punto conocido como Cerro Tigre, una extensa zona selvática muy cerca de la frontera con Venezuela donde vive la comunidad del Zancudo, en la reserva natural Puinawai; allí, sus pobladores extraen el valioso mineral, que en el mercado internacional, puede alcanzar un precio cercano a los 350 dólares el kilo.
Solamente en ese lugar se encuentra el 70 por ciento del coltán. Para las autoridades es complicado entrar a esta zona protegida, pero allí hacen presencia el bloque Acacio Medina, de la Segunda Marquetalia, y el frente Oriental del ELN, para tener el control del negocio.
La importancia para estas organizaciones es que quien maneje la cadena de extracción, transporte y comercialización en la zona, tendrá el control de las rutas de las lanchas que navegan por los ríos Inírida, Atabapo y Negro
Disputas entre ilegales
Las autoridades han identificado que el principal articulador del negocio ilegal del coltán es alias Jhon 40, jefe de la Acacio Medina, de la Segunda Marquetalia, que según informes de inteligencia vive en el estado Amazonas, en territorio venezolano, donde sostiene reuniones con organizaciones de ambos países encargadas no solo del negocio del narcotráfico, sino del envío a territorio asiático y europeo del preciado mineral, donde por su venta se obtiene más de 8.000 millones de pesos al mes.
Según informes de inteligencia, para mantener el control, John 40 no solo coordina la salida, también cobra una cuota a las personas que extraen el mineral y coacciona a la comunidad para evitar la entrada de las autoridades.
La disputa por el control de la zona es con los integrantes del frente Oriental del ELN al mando de alias Pablito, quien desde Venezuela no quiere perder una parte del negocio en la frontera. Esto ha causado combates con los integrantes de la Segunda Marquetalia
Estas disputas territoriales han llevado a que muchas familias se desplacen hacia Puerto Inírida por miedo a posibles represalias y para evitar que los menores sean reclutados por los grupos al margen de la ley.
La importancia del coltán
Para Pedro Albornoz, geólogo de la Universidad Nacional, la fiebre del coltán ha llevado a que muchos identifiquen erróneamente el mineral.
“Su color y algunas características lo hacen muy parecido a una gran cantidad de minerales de menor valor, muchos creen que es la piedra pero en muchos casos no tiene el mismo valor".
En opinión de Carlos Albornoz, la mayoría de los yacimientos están en el oriente del país, por la riqueza del terreno, en donde lamentablemente el Gobierno se ha quedado atrás desaprovechando las utilidades del llamado oro negro.
“Para su extracción solo cuentan con el apoyo de las mismas comunidades, en su mayoría indígenas, olvidadas por el Gobierno y engañadas por los grupos ilegales”, afirma Albornoz.
Estas minas artesanales ubicadas en lugares alejados no cuentan con buenas vías para su extracción. En su mayoría sacan el mineral por el río y lo llevan hacia la frontera con Venezuela.
Para el antropólogo Ernesto Cortes, los grupos al margen de la ley han actuado a sus anchas, amenazando a las comunidades indígenas y obligándolos a trabajar en la extracción del coltán.
“Desde el mismo Puerto Carreño y Puerto Inírida, el coltán es llevado por diferentes rutas haciéndolo pasar como arena hacia Villavicencio y Bogotá, donde lo legalizan para luego exportarlo”, afirma el antropólogo.
Una gran incautación de coltán
Según un alto oficial de la Octava División, en los últimos cuatro meses, en los puestos de control fluviales y terrestres han incautado cerca de 58 toneladas de coltán.
“Las incautaciones han sido realizadas en su mayoría por el río Guaviare y en la carretera que une a Cumaribo, Vichada, con Villavicencio, Meta, por parte de uniformados del Ejército y la Policía que han encontrado arenas negras de coltán”, enfatizo el oficial.
La tarea más difícil para los uniformados es que los grupos al margen de la ley se esconden entre las mismas comunidades, a donde no pueden ingresar para realizar capturas y detener su accionar delictivo.
En los últimos dos años, las autoridades han realizado estrategias para detener el tráfico del coltán, pero la cantidad de trochas y las derivaciones en varios puntos de los ríos son utilizadas para trasladar el coltán a Venezuela y camuflarlo en camiones hacia el centro del país.
“Hemos identificado que al otro lado de la frontera tanto las disidencias de las Farc, como el ELN, tienen varios campamentos donde reciben estos cargamentos que, según inteligencia, han negociado con carteles para ser comercializados en Europa”, concluyó el alto oficial.
