
Pacientes con diabetes denuncian dificultades para conseguir insulina, mientras el Gobierno y las farmacéuticas se enfrentan por las causas de la escasez.
Crédito: Ministerio de Salud
¿Hay o no escasez de insulina en Colombia?
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El Gobierno ha señalado a las gestoras farmacéuticas de acaparar medicamentos, mientras que otras voces advierten que la escasez de insulina se debe a un problema global de producción. ¿Qué está pasando realmente?
Por: Juan David Cano

La insulina es un medicamento vital para muchas personas con diabetes en Colombia, pero en las últimas semanas su disponibilidad ha estado en el centro de una controversia que involucra al Gobierno, las farmacéuticas y el sistema de salud.
Durante una inspección de la Superintendencia de Salud a una bodega de Audifarma se encontraron más de 113.000 dosis de insulina almacenadas. El presidente Gustavo Petro calificó esto como un “plan pérfido y asesino” para desabastecer el mercado y generar miedo frente a la reforma a la salud.
Sin embargo, el director del Invima, Francisco Rossi, desmintió en entrevista con CAMBIO la existencia de un desabastecimiento total y explicó que la escasez se debe a problemas contractuales entre EPS, IPS y farmacéuticas, además de la falta de incentivos para la producción de insulina en el país.
"Desabastecimiento significa que no hay nada, en ninguna parte, ni en una droguería privada, ni en un hospital, ni en algún sitio en particular. Lo que tenemos hoy es un problema estructural en la medida en que hay productos que dejan de ser comercialmente interesantes para la empresa privada y se dejan de producir", declaró Rossi.
Según el Ministerio de Salud, la diabetes afecta a más de un millón de colombianos que dependen de la insulina para su tratamiento. La falta de disponibilidad en algunas farmacias y dispensarios pone en riesgo su salud y ha generado denuncias de pacientes que han tenido que recurrir a medicamentos alternativos o buscar insulina por otros medios.
En CAMBIO de Tema analizamos esta crisis junto con Carlos Eduardo Márquez, líder de derechos de pacientes de la Fundación Voces Diabetes Colombia, y María Chacón, representante de la Asociación Colombiana de Diabetes, quienes expusieron cómo esta situación está afectando a quienes más lo necesitan.

Falta de insulina en Colombia: entre la escasez y la crisis del sistema de salud
En primer lugar, Márquez explica que esta situación no es nueva. "Ya ha habido unas alertas de escasez. La primera en febrero del año pasado y la segunda hacia agosto. Este tema viene desde hace alrededor de año y medio. También hemos tenido alertas por parte de los pacientes que hemos estado remitiendo al ministerio y a la Procuraduría", afirmó el experto.
A diferencia del Gobierno, para Márquez el problema de la insulina no radica en un desabastecimiento total ni en un acaparamiento indiscriminado por parte de las empresas farmacéuticas, sino en una escasez preocupante que, según él, se debe a la falta de financiación.
"La brecha entre lo que realmente se necesita y los ajustes en la Unidad de Pago por Capitación (UPC) han estado por debajo de lo que los expertos y gremios han solicitado. Esto ha generado un efecto dominó: las EPS no pagan a los gestores farmacéuticos a tiempo, los gestores reducen la compra de medicamentos y, a su vez, no tienen liquidez para abastecerse con las casas farmacéuticas", explicó Márquez.
La insulina es un medicamento esencial para el control de la diabetes, y su escasez puede obligar a los pacientes a adquirirla en farmacias. Sin embargo, afrontar este gasto puede resultar complicado para muchos de los casi 874.000 pacientes que dependen de ella o requieren tratamiento especializado.
"En algunos casos, los pacientes tienen que comprar la insulina. No es un costo bajo. Dependiendo del tipo de insulina, uno se gastaría entre 400.000 y 600.000 pesos mensuales", advierte Márquez.
La escasez afecta a los diferentes tipos de insulina
Por su parte, María Chacón, representante de la Asociación Colombiana de Diabetes, también alerta sobre la vulnerabilidad de los pacientes en este escenario: "Tenemos una profunda preocupación. Este medicamento es esencial y vital para que los pacientes puedan controlar la enfermedad y su vida. No queremos meternos en temas políticos, pero necesitamos trabajar todos de la mano para que a los pacientes les llegue el medicamento".
Según Chacón, en Colombia se comercializan dos grandes tipos de insulina: "El primero es el de acción prolongada. El segundo es la insulina de acción rápida". La escasez está afectando a ambas categorías, lo que ha llevado a algunos pacientes a reducir sus dosis para hacer rendir el medicamento. "Esto tiene graves implicaciones. Un paciente con diabetes tipo 2 se va descompensando poco a poco, pero uno con diabetes tipo 1 puede tener una complicación aguda y requerir atención médica inmediata", añadió.
La crisis de abastecimiento: el papel del Invima y la producción mundial
El debate también ha girado en torno a las 113.000 dosis de insulina halladas en la bodega de Audifarma. Sin embargo, Márquez lo ve de otra manera: "Esa es la cadena logística. Cuando traes una importación de medicamentos, normalmente no desembarcas y distribuyes de inmediato. Lo concentras en un punto para distribuirlo progresivamente en el país. No creo que haya acaparamiento. Lo preocupante hubiese sido que en una de estas bodegas no hubiera insulina".
Otro de los factores que ha influido en la escasez es la regulación y producción de insulina a nivel global. Márquez explica que, aunque ha habido dificultades con materias primas, el problema también radica en la comunicación entre los actores involucrados: "No atribuiría todo el problema a la cadena de producción y comercialización. También hay retrasos en la renovación de registros sanitarios que han afectado la disponibilidad del medicamento".
A esto se suma la lentitud de los procesos en el Invima. "Desde las organizaciones de pacientes hemos visto con preocupación las declaraciones del director Rossi. Él ha tratado de establecer un control de precios que no le compete al Invima. Hay una comisión reguladora en el país y un instituto de evaluación de tecnologías de salud que deben definir qué medicamentos integrar y cuáles deben salir", advirtió Márquez. Chacón, por su parte, insistió en la necesidad de adoptar nuevas tecnologías para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El mensaje al Gobierno
Aunque el Gobierno ha sostenido que el desabastecimiento es una estrategia política, los expertos consideran que el problema es más profundo y está ligado a la crisis estructural del sistema de salud. "La UPC es lo que el Gobierno gira por cada uno de nosotros para que nos atiendan y nos den los servicios. La Corte Constitucional ya ha dicho que esos recursos no son suficientes", recalcó Márquez.
Desde la Fundación Voces Diabetes Colombia, el mensaje al Gobierno es claro: "Siempre hablamos de poner al paciente en el centro, pero la discusión se está desviando hacia quién maneja el dinero, en lugar de centrarse en la salud del paciente. Un paciente que no recibe su medicamento verá agravada su enfermedad, y eso, a la larga, le costará más al sistema de salud", concluyó Márquez. "Si este es el Gobierno de la vida, debe enfocarse en proteger y salvar esas vidas, como lo establece la Ley Estatutaria de Salud".
