La leche falsa: el negocio del lactosuero, al que nadie le pone bolas
Por lo menos 15 marcas distribuyen leche rendida con lactosuero en Colombia
Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño
En Colombia está prohibido rendir la leche con lactosuero. Sin embargo, hay al menos 15 marcas que se dedican a esta práctica, que deja espectaculares ganancias a los productores pero enormes perjuicios a los consumidores y a quienes sí cumplen las normas.
Por: Iván Serrano
Luce como leche, huele como leche, sabe a leche y se consigue en las góndolas de miles de supermercados en Colombia donde venden leche, pero no es leche.
Es algo que se asemeja pero no es y no tiene los beneficios nutricionales de la leche. Es sencillamente otra cosa: leche rendida con lactosuero. Identificar la leche rendida con lactosuero no es para nada una tarea fácil. En Colombia, el trabajo por saber qué es lo que se les está vendiendo a muchas familias tiene que ver con el esfuerzo de un hombre: Roberto Ramírez Ocampo.
Ramírez, hombre que sabe de campo y quien conoce como pocos el negocio de la leche en Colombia, advirtió en 2016 algo que le llamó profundamente la atención: marcas de leche a muy bajo costo que inundaban las estanterías de los supermercados del país. Hizo sumas y restas y las cuentas seguían sin darle. El precio ofrecido al público por algunas marcas de leche estaba incluso por debajo de los costos de producción. Según recuerda, una bolsa de leche que valía 2.800 pesos era ofrecida en algunas marcas por 1.600.
Inicialmente, pensó que al campesino le estaban pagando menos por el producto, asunto que no podía ser, porque el valor que se le paga al productor en su finca está regulado por el gobierno. Ramírez cuenta que, en medio de sus indagaciones, alguien le dijo: “¿No será que le están poniendo agua a la leche?”. Tampoco podía ser, porque la leche rendida con agua es algo que se nota, que salta a los sentidos.
A Ramírez, quien además tiene experiencia en industria y productos químicos, se le vino a la cabeza que posiblemente la receta detrás del bajo costo de ese líquido vendido como leche era el lactosuero, líquido resultante de la fabricación del queso que contiene algunas de las propiedades nutricionales de la leche, pero reducidas a la mitad.
Confirmar su pálpito no fue fácil. Aunando esfuerzos, logró mandar muestras de varias marcas distribuidas en el mercado nacional a un laboratorio especializado en Alemania. Allí los análisis le constataron a Ramírez su corazonada: en Colombia, numerosas marcas estaban rindiendo leche con lactosuero. La falsificación había sido descubierta.
¿Qué es el lactosuero?
El lactosuero es el líquido resultante de la leche en el proceso de fabricación del queso. Es lo que queda tras la separación de la grasa. Está compuesto en su mayoría por lactosa y tiene algunas proteínas, minerales, vitaminas y grasa. El uso del lactosuero está permitido en Colombia en otros ramos de la industria alimenticia, en panadería, fabricación de derivados lácteos, bebidas fermentadas y concentrados proteicos.
Pero el lactosuero no es leche, no tiene sus valores nutricionales y agregarlo a la leche está prohibido en Colombia.
Desnutrición gota a gota
Imagínese, por poner un ejemplo, a una familia que vive con recursos contados en cualquier lugar del país. Puede ser en las lomas de San Cristóbal, en Bogotá; en Ciudad Norte, en Bucaramanga; en el distrito de Aguablanca, en Cali, o en alguno de los quince barrios de las comunas nororientales de Medellín.
Tiene que estirar su presupuesto y darle lo mejor, dentro de sus posibilidades, a su familia. Va a la tienda del barrio o a un supermercado de bajo costo y encuentra una bolsa o caja de leche a un precio mucho menor que el de otras marcas.
Mira el empaque y usted no tiene duda. El envoltorio dice en letra grande y mayúscula que es leche. Usted la compra, la lleva a su casa convencido de que ha tomado la mejor decisión. Pero eso no es cierto, por lo menos en materia de nutrición.
Patricia Savino Lloreda, nutricionista egresada de la Universidad Javeriana y fundadora de la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica, lleva años advirtiendo sobre las deficiencias nutricionales derivadas del consumo prolongado de leche rendida con lactosuero.
La leche es la secreción mamaria obtenida de animales lecheros y, para considerarse como tal, no debe tener ningún tipo de adición. Este alimento aporta nutrientes claves como proteínas, grasas, calcio y vitamina A. Cuando estos dejan de consumirse en la calidad y cantidad adecuadas, termina por notarse y generar consecuencias, sobre todo en los niños, quienes resultan impactados negativamente en su crecimiento y desarrollo.
La desnutrición en edades tempranas causa secuelas permanentes.
Al respecto, la nutricionista Savino le dijo a CAMBIO: “El lactosuero es un subproducto de la leche que tiene propiedades y características nutricionales que, bien utilizadas, pueden ser una adecuada fuente nutricional, pero la adulteración de la leche con lactosuero genera un producto con menores cantidades de proteína, grasa y micronutrientes como las vitaminas A y D y minerales como el calcio, lo que impacta de manera negativa el crecimiento y desarrollo de los niños”.
Además del lactosuero, que está estrechamente vinculado al aumento de alergias alimentarias en los niños, hay otra práctica preocupante en la producción de leche en Colombia y es la adición, por parte de algunos pasteurizadores, de aceite de palma, el cual dificulta la absorción de calcio y grasa de la ya rebajada leche.
La avaricia, pecado capital
Adicionar lactosuero a la leche es una acción deliberada. Para añadirlo se requiere de todo un proceso industrial. Los beneficios a los bolsillos de quienes realizan esta práctica saltan a la vista.
Para tener una idea, vale la pena mirar el siguiente ejemplo. El año pasado, el precio de un litro de leche cruda estaba en 2.400 pesos y el de un litro de lactosuero en 200 pesos. Si un productor hubiese adulterado el 30% del litro de leche con lactosuero, habría obtenido una ganancia adicional de 540 pesos por cada litro. En un año, la producción de 100.000 litros le hubiera significado ganancias adicionales por 20.000 millones de pesos.
Pero esto no se queda ahí. Los productores de leche tienen derecho a exenciones tributarias a las cuales muy seguramente también acceden los productores de leche rendida con lactosuero.
La leche es un producto exento de IVA. Quienes la procesan y venden tienen derecho a la devolución del IVA que han pagado en la compra de insumos. Si los productores de estas leches adulteradas solicitan dichas devoluciones, estarían defraudando al Estado. Así lo considera el exsenador Jorge Enrique Robledo, quien adelantó un debate en 2011 sobre la adulteración de leche con lactosuero: “Esa sería otra acción criminal, un segundo fraude. De un lado defraudan a las madres y a las personas que creen que están comprando leche y de otra roban al Estado, todo al mismo tiempo” le dijo Robledo a CAMBIO.
Las acciones jurídicas
En 2019, Roberto Ramírez Ocampo, presidente de Demogan, organización que representa a un grupo de productores de leche del país, instauró una acción popular que cursa en el juzgado 13 civil del circuito, la cual fue admitida en 2019. Esa acción popular ha contado con el apoyo de Red PaPaz, Educar Consumidores y Asotenderos Bucaramanga.
La acción jurídica, que tiene como soporte los resultados hechos por el laboratorio MUVA, en Alemania, solicita que 9 empresas productoras de leche en Colombia se abstengan de comercializar y fabricar leche adicionada con lactosuero.
La acción popular pide también que sean retirados de inmediato todas las bolsas y cajas de leche adicionadas con lactosuero que no cuentan con información adecuada y suficiente que adviertan de su contenido a los consumidores. Las empresas accionadas son Gloria Colombia, El Mortiño, La Esmeralda, El Recreo, Alimentos del Valle, Alival, Doña Leche, Parmalat, Colfrance y Laktoland.
En marzo del año pasado, el señor Carlos Gómez interpuso una denuncia en la Fiscalía y se declaró víctima de los delitos de corrupción de alimentos, alteración y modificación de calidad de los mismos, y ofrecimiento engañoso de productos y servicios.
Como soporte, presentó también los análisis del laboratorio MUVA que le permitieron darse cuenta de la presencia anormal de lactosuero en por lo menos 15 marcas de leche distribuidas en Colombia.
En febrero del año pasado, Cristina Plazas MIchelsen, directora de la alianza CuídaLe, que propende por las buenas prácticas en la producción de leche y transparencia en la información a sus consumidores, instauró una denuncia ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). El denunciado fue la sociedad Gloria Colombia por presuntamente infringir el régimen de protección al consumidor. Gloria es una productora de leche peruana que ya ha sido sancionada por malas prácticas en otros países, incluyendo Estados Unidos y Perú. La denuncia y las pruebas aportadas por Cristina Plazas tuvieron resultados.
En julio del año pasado, la SIC abrió investigación en contra de Lactalis Colombia, Sabanalac, Gloria Colombia y Hacienda San Mateo por presuntamente agregar cantidades exageradas de lactosuero a la leche que le ofrecen a los consumidores.
La reglamentación
En 2016, el entonces Ministerio de la Protección Social expidió el decreto que define las reglas para la producción de leche. Allí está expresamente prohibida la adición de lactosuero, pero ¿cómo se detecta que la leche ha sido rendida con esa sustancia? Esto se hace a través de la detección de una proteína llamada GMP (Glicomacro Péptido de Caseína), la cual se encuentra en pequeñas concentraciones en la leche natural, pero altísimas en el lactosuero.
Entonces, todo valor encontrado por encima de la línea base puede considerarse como leche adulterada. Sin embargo, el Ministerio de Salud no ha expedido la reglamentación del decreto y no están establecidos de manera oficial los niveles permitidos de dicha proteína. Este limbo permite que productores que rinden la leche con lactosuero sigan con dicha actividad de manera impune.
Sin embargo, a pesar de las graves implicaciones de dicha práctica, aún no hay resultados ni de las autoridades penales, ni de salud, ni de las que regulan las prácticas comerciales y los derechos del consumidor.
Aunque el presidente Gustavo Petro ha sido un defensor de la restitución de los derechos de los más vulnerables, y en ese sentido están en primer lugar los niños, aún no se perciben avances ni decisiones concretas con respecto a la venta de leche rendida con lactosuero. Bebida que se consigue en las mismas estanterías que la leche real, sin que nadie les advierta a las familias que lo que están comprando no es leche. Que puede saber igual, puede lucir igual, pero está muy lejos de nutrir igual.