¿Quién ganará en el pulso que libran Gustavo Petro y Efraín Cepeda?

De un momento a otro, todos los focos del país volvieron a centrarse en esta legislatura, que hasta ahora estaba despertando poco interés. Eclipsada por eventos como la crisis política en Venezuela y el paro camionero, esta semana las miradas se concentran en el Congreso.

“Hay una paradoja formada en el día de hoy. La mayoría de las comisiones económicas no aprobarán la ley de presupuesto porque no quieren la ley de financiamiento”, dijo en la noche de este lunes el presidente Gustavo Petro. 

“La ley de financiamiento no aumenta impuesto ni a las personas naturales, excepto superricos, y le baja el impuesto de renta a todas las empresas de Colombia, menos a las extractivas fósiles”, agregó. “¿Por qué no quieren bajarle el impuesto de renta a todas las empresas de Colombia?”, preguntó. “Parece que el presupuesto, como dice la Constitución y la ley, saldrá por decreto”, sentenció.

A lo que Efraín Cepeda, presidente del Senado, respondió: “Sería el peor error para Colombia”. Así las cosas, se viven horas intensas en las que se definirá buena parte del futuro económico de los colombianos, quienes voltearon a mirar por este pulso abierto que empezó el viernes pasado.

Ese día, en el marco del Congreso de la Andi 2024, Cepeda sorprendió al afirmar que la reforma tributaria del Gobierno podría hundirse y, además, que el Presupuesto 2025 quedaría en veremos. “Tengo los votos necesarios para hundir la reforma tributaria la próxima semana”, dijo en medio de un panel de congresistas, adelantando lo que le espera al Ejecutivo cuando las comisiones económicas voten el presupuesto de 2025.

La exigencia del senador conservador implica un recorte de 12 billones de pesos al proyecto de ley del presupuesto, que fue radicado con un monto de 523 billones de pesos.

Cuando el Ministerio de Hacienda presentó a finales de junio el proyecto de presupuesto para el próximo año, anunció que hay 511 billones de pesos completamente financiados y 12 billones de pesos contingentes sujetos a una ley de financiamiento, que sería la reforma tributaria.

El presidente Petro hizo evidente su incomodidad al señalar: “Recorten o no recorten la ley de presupuesto, la ley de financiamiento o la reforma tributaria se presentará porque hay que reactivar la economía”.

Cepeda amplió su postura en su cuenta de X: “Presidente, en el Congreso estamos esperando que presente un presupuesto ajustado que podamos discutir responsablemente y sin presiones. Algo tan trascendental para el país exige mucha responsabilidad. No estamos pensando en empresas de un gremio u otro, sino en la conveniencia general del país y en la reactivación económica. Le recalco que en el presupuesto no pueden estar los 12 billones de una reforma tributaria que no conocemos. Eso debe discutirse por separado, escuchando a todos los sectores. No están los votos para aprobar esos 12 billones a ciegas”.

Cepeda no fue el único que se manifestó. David Luna, senador de Cambio Radical, advirtió en el foro “Hacia la Construcción del Acuerdo Nacional”, organizado por CAMBIO, que se opondrá a una reforma tributaria que afecte el bolsillo de los colombianos.

El ministro Ricardo Bonilla refutó esta afirmación y, en entrevista con El Tiempo, aseguró que las personas naturales no tendrán que pagar más impuestos: “Las personas naturales ya quedaron en su nivel alto en las reformas de 2021 y 2022. Por lo tanto, no se les pueden imponer más cargas. Vamos a hablar de los superricos de Colombia y de subir la tarifa nominal y marginal del impuesto de renta de personas naturales del 39 al 41 por ciento”.

Según Bonilla, esto solo afectaría a “un poco más de mil personas que tienen ingresos anuales superiores a 1.500 millones de pesos”.

Al margen de las cifras, ¿por qué se está tensando tanto la relación entre el Congreso y la Casa de Nariño? “Creo que es un pulso natural. Este es el típico caso del sistema de frenos y contrapesos entre las ramas del poder público, en este caso entre el Ejecutivo y el Legislativo”, explica María Jimena Escandón, máster en Gobierno y especialista en Derecho Constitucional Comparado.

¿Tiene realmente los votos el presidente del Senado?

“La democracia tiene como virtud el equilibrio de poderes. Si alguna de las tres ramas se sobrepasa en su ejercicio, otra la equilibra. No se trata de permanecer en un equilibrio precario, pero sí de generar contrapesos efectivos para que no exista una hegemonía de ninguna parte. Por eso, cuando el presidente del Senado, Cepeda, le dice al Ejecutivo, es decir, al presidente Petro, que acuda al Congreso, única instancia legítima para crear cargas impositivas, cumple con su labor de evitar que el presidente implemente su ideología política al margen de la Constitución”, añade el analista Pedro Viveros.

“Para el presidente del Senado, no es correcto aprobar un presupuesto con un gasto superior a los ingresos y desfinanciado en al menos 12 billones. Tampoco considera que la solución deba venir de una reforma tributaria. Por eso radicó una proposición para bajar el presupuesto en 11 billones, iniciativa que no prosperará, pues el gobierno tiene el control sobre una de las cuatro comisiones involucradas en la aprobación”, añade Escandón.

Carlos Arias, profesor de la Universidad Externado, cuestiona si Cepeda tiene realmente la fuerza necesaria en el Congreso para enfrentarse al presidente Petro y cohesionar a todas las bancadas a su favor. Según Arias, es posible que la reforma se caiga por su propia inconveniencia y porque el Senado ha sido el mayor opositor a las reformas del gobierno desde la legislatura pasada.

En este contexto, hay que subrayar que los congresistas se preparan para ambientar sus campañas electorales, y la difícil situación económica no es el mejor escenario para tramitar una nueva reforma tributaria.

El mensaje de Cepeda en la ANDI fue claro: un sector importante del Congreso no respalda al gobierno en este frente. Se avecina un nuevo pulso político en el que el gobierno deberá demostrar su capacidad de negociación para conseguir los votos frente a una tributaria que genera incertidumbre.

La lucha entre poderes es sana. Si es abierta y transparente, las decisiones que surjan de esa controversia democrática siempre contarán con la supervisión de la ciudadanía.

Gabriel Cifuentes, analista político, explica que hasta el 15 de agosto el Congreso tenía tiempo para devolver el proyecto, para lo cual necesitaba la aprobación de las cuatro comisiones económicas conjuntas, algo que no ocurrió. El miércoles se reunirán las comisiones y si una sola de las cuatro rechaza el monto del proyecto, este deberá revisarse. Los votos en la comisión cuarta del Senado están para rechazar el monto propuesto.

Cifuentes aclara que una cosa es la ley de financiamiento, que cubre el hueco de desfinanciación, y otra cosa es reducir el monto en 12 billones y tramitar luego una reforma tributaria, algo que difícilmente contará con apoyo político.

El presidente del Senado advierte que tiene los votos para hundir la tributaria, refiriéndose a la posibilidad de una ley de financiamiento. Sin embargo, ventilar que tiene los votos para hundir un proyecto aún en discusión no es lo más adecuado, aunque evidencia las crecientes tensiones entre el presidente y el Senado.

“Tendremos que esperar a ver si el Congreso sigue la línea de Cepeda y bloquea una nueva tributaria o si, como suele ocurrir, tras una postura pública contraria, terminan aprobándola para financiar proyectos regionales en un año preelectoral”, concluye Cifuentes.

Lo cierto es que la legislatura que venía siendo con algo de apatía, ahora goza del interés de la mayor parte de los colombianos. También es natural porque se está decidiendo algo que toca el bolsillo de la gente.