El iPad de Jorge Enrique Pizano que Néstor Humberto Martínez ocultó: por María Jimena Duzán

De izquierda a derecha: Néstor Humberto Martínez y Jorge Enrique Pizano.

Crédito: Fotos: Colprensa

30 Septiembre 2023 06:09 pm

El iPad de Jorge Enrique Pizano que Néstor Humberto Martínez ocultó: por María Jimena Duzán

Un testigo clave le dará un giro al proceso de los Pizano y pondrá contra las cuerdas a Néstor Humberto Martínez. El entonces fiscal recibió el iPad personal de Jorge Enrique Pizano y nunca lo aportó como prueba en el proceso. CAMBIO revela la historia.

Por: María Jimena Duzán

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Son incontables las irregularidades que se han denunciado en torno a la muerte, en condiciones aún no establecidas, de Alejandro Pizano y de su padre Jorge Enrique Pizano, el valiente auditor de la Ruta del Sol II que denunció el modus operandi de las coimas y aportes a campañas dentro del escándalo de Odebrecht y el Grupo Aval. En momentos en que la Fiscalía hace lo imposible por precluir el proceso, CAMBIO tuvo acceso a una nueva evidencia probatoria que involucra directamente al entonces fiscal general Néstor Humberto Martínez y que demuestra cómo esta investigación, en lugar de precluirse, debe continuar hasta llegar a la verdad. 

Todo comenzó con la repentina muerte de Jorge Enrique Pizano, el 8 de noviembre de 2018 y de su hijo Alejandro Pizano, ocurrida el 11 de noviembre luego de haber asistido al sepelio de su padre. En algún momento Alejandro bebió una botella de agua y antes de tomarla preguntó si esas eran las mismas botellas de las que tomaba su padre, a lo que sus hermanas le respondieron que sí. Alejandro, confiado con la respuesta, se la tomó. A los segundos comenzó a retorcerse del dolor y a botar espuma por la boca hasta que se desmayó. La familia lo llevó al centro de salud más cercano, el mismo lugar al que había sido llevado su padre días antes. Alejandro murió envenenado por cianuro de manera inmediata. 

Los Pizano tenían una vieja relación con la familia de Néstor Humberto Martínez. Alejandro Pizano y el hijo de Néstor Humberto eran los mejores amigos del colegio. Sin embargo, esta amistad se fue agrietando en los últimos tiempos hasta volverse inexistente desde que Jorge Enrique Pizano decidió denunciar la red de corrupción de Odebrecht y el Grupo Aval, del que Néstor Humberto Martínez había sido abogado. Así me lo confirmaron Alejandro y Jorge Enrique en varias ocasiones. 

Tanto Alejandro como su padre consideraban que la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez les había dado la espalda en todas sus denuncias y se sentían perseguidos por él. Sin embargo, cuando ellos dos murieron el entonces fiscal se acercó a la familia Pizano para solidarizarse y ponerse a su servicio con el propósito de ayudar a esclarecer esas muertes. Eso no sucedió. Ni las denuncias de Jorge Enrique Pizano ni la investigación sobre  su repentina muerte ni la de su hijo, fueron debidamente investigadas. De hecho, pocos meses después de la muerte de ambos, los procesos se archivaron, a pesar de que algunos periodistas denunciamos las irregularidades en la forma como la Fiscalía había recaudado las pruebas. No obstante, nunca se había revelado una información tan comprometedora como la que origina este artículo. 

CAMBIO pudo constatar que, siendo fiscal, Néstor Humberto recibió en sus manos el iPad personal que tuvo Jorge Enrique Pizano hasta el último día de su vida y en el que grabó los audios que fueron revelados luego de su sorpresiva muerte y que prueban cómo sus hallazgos y sus denuncias habían llegado hasta los más altos representantes del Grupo Aval, incluido el propio Néstor Humberto Martínez. La gran revelación es que este iPad nunca fue analizado por la Fiscalía ni formó parte del acervo probatorio. En otras palabras, llegó a manos del entonces fiscal, pero nunca lo conoció la Fiscalía. 

Las implicaciones que podría tener este nuevo hallazgo ponen la lupa de nuevo sobre Néstor Humberto Martínez. El entonces fiscal general y jefe de la Policía Judicial, la más alta autoridad investigativa del país, tuvo en su poder una evidencia material probatoria que ocultó porque nunca fue legalizada dentro del proceso. Así lo prueba un informe de la Fiscalía que analizó todos los equipos electrónicos que la familia Pizano en su momento entregó en una diligencia que se realizó el día 17 de noviembre de 2018. En el registro de la diligencia no aparece este iPad. 

La entrega de este iPad se habría realizado días después del sepelio de Alejandro Pizano. Según un testigo clave del proceso, cuya identidad CAMBIO protege para no comprometerlo, Néstor Humberto Martínez se llevó el iPad personalmente en la mañana y lo devolvió con sus escoltas en horas de la noche. Ese solo hecho constituye ya un delito porque en lugar de legalizar la prueba y de garantizar la cadena de custodia necesaria para que no se alterara, se lo llevó quién sabe para dónde. 

Ipad

En el informe del 25 de mayo de 2023 hecho por la defensa de la familia Pizano, en cabeza del abogado Miguel Ángel del Río, ese iPad sí aparece. Las conclusiones revelan que esta prueba no solo fue ocultada por el entonces fiscal general de la nación, sino que fue manipulada para sustraer el contenido entre los años 2016 y 2018, momento que coincide con el periodo institucional de Néstor Humberto Martínez como fiscal y con la decisión de revivirle a Pizano un proceso por corrupción por el cual fue llamado a imputación en diciembre de 2017. En el peritaje se establece que en el iPad solo aparecen archivos hasta 2015. Sin embargo, el informe encontró en ese equipo un audio en el que Pizano habla de hechos ocurridos en enero de 2017, lo que prueba que fue manipulado. Es un hecho que parte de la información del iPad se perdió. En la declaración entregada por el testigo al equipo de investigadores de la defensa de Pizano este asegura que “desde ese día, hasta hoy, ese iPad solo estuvo en manos de Néstor Humberto Martínez”. 

Peritaje

Las irregularidades no solo se limitan a las pruebas que se ocultaron, sino a las que sí se aportaron al proceso. Según el informe del perito en dactiloscopia de la Fiscalía, Luis Hernando Sánchez Cárdenas, presentado el 16 de noviembre de 2018, la botella de la cual tomó Alejandro Pizano y que pasó por las manos de catorce funcionarios, no tiene huellas dactilares de nadie. El perito no descarta que entre las posibles causas de la desaparición de las huellas esté la de que estas pudieron haber sido borradas o manipuladas: “Hay muchas, la manipulación de la botella, pudieron haber, no sé no estoy asegurando, pudieron haberla limpiado”. Y más adelante concluye: “la exposición al sol puede ser una de esas causas. Puede ser la lluvia, la arena, el polvo. Son causas que perjudican al EMP (elemento material probatorio) si no se protege bien”. 

Otra de las manipulaciones de la Fiscalía fue concluir que el video de Jorge Enrique Pizano en el que se le ve comprando una botella en una tienda un mes antes de su muerte era en realidad una prueba de que estaba comprando cianuro. El informe de la propia Fiscalía del 23 de enero de 2019 no concluye eso. Dice, por el contrario, que las imágenes del video corresponden a una tienda D1 y que no se puede afirmar que el que aparece comprando esa botella sea Jorge Enrique Pizano. 

Otra falsedad en el proceso tiene que ver con la manera como la Fiscalía presenta las conclusiones de la necropsia de Jorge Enrique Pizano. De manera engañosa el ente acusador insiste en decir, hasta hoy, que la causa de su muerte fue un infarto que lo sorprendió momentos antes de que pudiera suicidarse. Un informe pericial de toxicología forense de Medicina Legal del 16 de noviembre de 2018 afirma todo lo contrario. Establece que no es posible encontrar rastros de cianuro en los tejidos de Jorge Enrique Pizano debido a que fueron puestos en formol, lo que eliminó de un tajo los posibles rastros en el organismo.

En este proceso que la Fiscalía quiere precluir hay todavía muchos interrogantes que no se han abordado y que revelarían la comisión de varias conductas penales. La primera es que un fiscal general no puede recibir ninguna prueba sin los protocolos establecidos, como al parecer ocurrió con el fiscal Néstor Humberto Martínez. Si lo hace, estaría cometiendo un delito. La segunda tiene que ver con la utilización que se habría dado de esas pruebas que él mismo recibió, que no fueron legalizadas y que podrían comprometerlo. ¿Qué hizo el exfiscal Martínez con esa información? ¿Por qué no la legalizó? ¿Y por qué se sustrajo de manera selectiva el contenido del iPad? 

La Fiscalía ha intentado desde hace cinco años echarle tierra a esta investigación. La archivó dos veces y dos veces tuvo que reabrirla. Hoy apuesta a cerrarla definitivamente por la vía de la preclusión sin haber llegado a la verdad. Horas antes de su muerte, tuve la  última comunicación con Alejandro Pizano, quien me expresó la gran urgencia que tenía porque se supiera lo que había sucedido con su padre. “Siento un dolor muy grande por lo que hizo y fue mi papá. Es mi deber que las cosas sean como son”, me dijo.   

Por la memoria de las dos, escribí este artículo. 

*Me comuniqué con el exfiscal Néstor Humberto Martínez para conocer su reacción sobre los hechos revelados en este artículo. Esto respondió: Como hay en curso una instancia judicial, por respeto a esta no debo referirme a los asuntos que, por estrategia procesal, hay quienes quieren debatir en los medios de comunicación. En su momento lo haré para que no haya suspicacias. 

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