
La confesión sobre el general Tito Castellanos que hizo un mayor de la Policía capturado por narcotráfico
El general Tito Castellanos, exsubdirector de la Policía Nacional.
Crédito: Foto: Colprensa
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CAMBIO conoció detalles de la investigación que lleva la Fiscalía contra el general Tito Castellanos, exsubdirector de la Policía Nacional por haber recibido supuestas dádivas de integrantes de una organización narcotraficante. Por los hechos, el general fue llamado a interrogatorio. Un mayor capturado aceptó haberle comprado tiquetes.
Por: Sylvia Charry

El año pasado CAMBIO reveló un escándalo de corrupción que sacudía a la Policía Nacional. El caso empezó como uno de los tantos enredos de corrupción de uniformados de menor nivel hasta que uno de los involucrados mencionó al pez gordo: el exsubdirector de la Policía, general Tito Castellanos. Una fuente de la DEA aseguró que el exoficial recibía dinero por suministrar información que terminaba beneficiando a grupos criminales. Ahí, las autoridades agudizaron las pesquisas.
Ahora, la semana que pasó, la Fiscalía decidió llamarlo a responder en un interrogatorio que está citado para el próximo 5 de marzo. CAMBIO revela detalles de cómo avanza la investigación.
La investigación a Tito Castellanos: ¿de qué lo acusan?
La primera parte de esta historia empezó en agosto de 2023 con la captura de tres mayores de la Policía señalados de hacer parte de un complejo entramado de corrupción que operó entre 2019 y 2023. La organización es señalada no solo como una red corrupta sino narcotraficante. Lo que dice la justicia es que los primeros años los uniformados empezaron robando recompensas de los gastos reservados de la Policía y de la DEA, pero luego escalaron en el negocio aliándose, supuestamente, con el Clan del Golfo y La Cordillera para traficar cocaína.
Uno de los capturados fue el mayor Pablo Uribe, que pasó del SIU Caribe al grupo de Lavado de Activos de la Dirección Antinarcóticos en Bogotá y quien, desde ese cargo, según la Fiscalía, empezó a trabajar para el Clan del Golfo y La Cordillera, que en 2022 fue señalada de planear un atentado contra el presidente Gustavo Petro.
También fueron capturados Carlos Mario Montoya, quien se desempeñaba como comandante del Grupo Gaula Valledupar; el mayor Andrés Felipe Osorio Osorio, investigador del Grupo de apoyo a la Justicia Penal Militar en Bogotá, y el patrullero Elkin José Tovio integraba la Dirección de inteligencia policial (Dipol) en el grupo de inteligencia del Gaula de Barranquilla.
¿Cuál es la relación del general Castellanos con los mayores?
Los hechos que involucran a Castellanos vienen, por ahora, de dos fuentes distintas. El primero en mencionarlo fue un expolicía y exagente de la DEA que actuó como fuente en una investigación que llevaba la justicia contra una red de narcotráfico que facilitaba el transporte de droga hasta los puertos de Barranquilla y Cartagena para que, desde ahí, saliera en contenedores hacia Europa. Luego, su testimonio fue corroborado por uno de los mayores capturados del cual CAMBIO se abstiene de revelar su nombre.
El exagente de la DEA Montaña, fuente de la investigación, dijo que Castellanos era uno de los colaboradores de la red y que, a cambio, recibía dádivas. Parte de su supuesta gestión era entregarles información para evitar que fueran detectados por las autoridades. Una de las prebendas que –dijo– recibió Castellanos y que podían verificar rápidamente los investigadores eran unos tiquetes a Estados Unidos que le había comprado el mayor Pablo Uribe, capturado como líder de la estructura, a él y a toda su familia. La compra la había hecho el mayor Uribe con su tarjeta de crédito, por lo que había trazabilidad.
Después de meses de investigación, la Fiscalía logró establecer que Castellanos y su familia hicieron ese viaje en junio de 2023 y que, efectivamente, la compra la había realizado el mayor Uribe.
Por eso, los investigadores llamaron a interrogatorio al mayor Uribe y, si bien el oficial reconoció la compra de tiquetes, dijo que lo hizo como un favor para el general. Es decir, la teoría del mayor es que la compra fue un favor de mero trámite que, luego, quizás, terminó pagando Castellanos. Por eso, pusieron la lupa en otros aspectos que pueden complicarle la situación al exoficial.
Fuentes cercanas a la investigación dijeron a CAMBIO que, actualmente, se encuentran indagando a dónde viajó el general, con quiénes se reunió, cómo pagó el hospedaje, pero, sobre todo, el origen de su patrimonio económico. Por ahora, la Fiscalía tomó la decisión de citar a interrogatorio al general Tito Castellanos, quien podrá dar explicaciones sobre el tema el próximo 5 de marzo.
Cuando CAMBIO reveló el escándalo que salpicaba al general Castellanos, este no quiso responder preguntas. Sin embargo, al otro día dio unas declaraciones en La W Radio en las que dijo, por ejemplo, que esta investigación no existía y que no conocía a ninguno de los implicados.
“No tengo ninguna relación con los hechos, no conozco a los implicados, nunca he estado vinculado a temas ilícitos y no he sido requerido por la justicia, hice la solicitud una vez salí y la respuesta es que no estoy investigado, me pongo a disposición (…) fui el director de Antinarcóticos, en el lapso de 2019 a 2020 fui delegado por la Policía ante otro país, regresé y estuve seis meses como subdirector de Antinarcóticos y después al Inpec”, aseguró, en ese entonces.
Ahora, el general deberá explicar por qué uno de los oficiales que dijo no conocer fue, precisamente, el que les compró los tiquetes a él y a su familia.
Fuentes del caso dijeron a CAMBIO que, en la actualidad, los investigadores tienen sospechas de que este proceso podría terminar unido con el que llevan contra la estructura de contrabando de Diego Marín, en la cual, también fue mencionado Castellanos. Sin embargo, aún se encuentran atando cabos.
Así operó la red narcotraficante
CAMBIO reveló el año pasado que, según las pesquisas de la Fiscalía, la red operó entre 2019 y 2023. En los primeros años, el mayor Uribe obtenía información privilegiada sobre las rutas del narcotráfico y luego, se la filtraba al exagente de la DEA Montaña que, a su vez, se la entregaba a la Policía para cobrar la recompensa y después repartir entre sus cómplices esa plata de la institución y de la DEA.
Luego, en 2023, los oficiales pasaron de cobrar recompensas a sumarse al negocio del narcotráfico. Ese año, los mayores Carlos Mario Montoya y Andrés Felipe Osorio, y el patrullero Elkin José Tovio, se le unieron al mayor Uribe y a Montaña. Uribe, ya en ese año desde el grupo de Lavado de Activos de la Dirección Antinarcóticos en Bogotá, habría empezado a trabajar para el Clan del Golfo y La Cordillera.
Según la Fiscalía, la red de policías empezó a facilitar el transporte de droga hasta los puertos de Barranquilla y Cartagena para que, desde ahí, saliera en contenedores hacia Europa.
El trabajo de la estructura era osado y confuso. Dice la Fiscalía que el mayor Uribe y la fuente Montaña engañaban a los narcotraficantes y a los otros policías capturados. El negocio tenía tres fases. Primero les cobraban a los narcos por transportar la droga en carros oficiales hasta los puertos. Luego, por dejar que saliera a Europa. Finalmente, delataban esos cargamentos en el país de destino y cobraban la recompensa. Es decir, cobraban doble: a los narcos y, luego, a la Policía y a la DEA.
Según fuentes de la investigación, ese modus operandi fue el que permitió que trabajaran bajo la sombra durante tantos años. En el papel, esa unidad daba resultados y registraba buenos índices de incautaciones.
A finales de 2023, la investigación, impulsada por Estados Unidos, adquirió una nueva dimensión. Una fuente no policial les dijo a las autoridades que las cabezas de esta red no eran solo unos mayores. Ese informante aseguró que el general Tito Castellanos, en ese entonces el segundo al mando de la Policía Nacional, era a su vez uno de los determinadores del entramado criminal.
Las primeras sospechas sobre las conductas de Castellanos no solo lo sacaron de la institución, sino que despertaron las primeras alertas en la justicia. El testimonio inicial de una fuente civil ya era un dolor de cabeza para el general. Ahora, cuando un mayor de la Policía lo corroboró, su situación se complicó aún más. Con esos testimonios como soporte, la Fiscalía delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación contra Castellanos por, supuestamente, recibir dinero por suministrar información que terminaba beneficiando a los grupos criminales. Los tres mayores implicados en el caso están ad-portas de ser extraditados a Estados Unidos.
Aunque este puede ser el más grande, no es el único señalamiento que ha empañado la carrera de Tito Castellanos, un general que forjó la mayor parte de su trayectoria en Antinarcóticos. Su nombre aparece también mencionado en los escándalos de la estructura contrabandista de Diego Marín y alias el Bendecido; la fuga de alias Matamba, líder de La Cordillera: y las salidas irregulares de Carlos Mattos de la cárcel La Picota, de Bogotá.
Por ahora, el proceso que lleva la Fiscalía 10 delegada ante la Corte Suprema de Justicia contra el general Castellanos, por el caso de la red narcotraficante, es solo por el delito de enriquecimiento ilícito, es decir, no hay elementos para decir que, efectivamente, el general se corrompió y ayudó a las mencionadas estructuras. Esa investigación en su contra inició a raíz de una compulsa de copias que hizo la unidad anticorrupción, que llevaba la investigación contra los mayores.
