Las estrategias de Miguel Uribe que dividen la campaña del Centro Democrático

De izquierda a derecha: Paola Holguín, Paloma Valencia, Miguel Uribe, María Fernanda Cabal y Andrés Guerra.

Crédito: Colprensa.

20 Abril 2025 01:04 am

Las estrategias de Miguel Uribe que dividen la campaña del Centro Democrático

Los mensajes triunfalistas en una plaza pública en Medellín acentuaron las diferencias entre los precandidatos. Ahora, los cuatro restantes formaron un bloque distante de Uribe Turbay. ¿Cómo se dinamitó la relación entre los aspirantes?

Por: Claudia M. Quintero

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Ese sábado, 5 de abril, el político bogotanísimo Miguel Uribe Turbay llegaba a Medellín, el fortín de la derecha, para darse a conocer, acumular votos y mostrar su poder de convocatoria. Uribe, como lo demuestran las imágenes, logró reunir a dirigentes paisas y llenó uno de los auditorios de Plaza Mayor en un evento de precampaña. Allí, el senador subió a la tarima con su esposa, María Claudia Tarazona, y dos de sus hijos. Casi cantando victoria, Turbay habló de sus ancestros para decir “que tiene sangre paisa” y cerró el evento mostrando el apoyo acérrimo de los antioqueños, un mensaje que no cayó bien entre los demás precandidatos.

Este episodio acentuó el distanciamiento entre Uribe y los otros precandidatos del partido: María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Andrés Guerra y Paola Holguín, quienes una semana después, y cuando los congresistas y algunos ciudadanos se preparaban para viajar en Semana Santa, se reunieron sin Miguel Uribe. Este hecho confirmó lo que el país ya había advertido: en el Centro Democrático hay diferencias marcadas entre los precandidatos. No solo por el mecanismo de elección, sino por prácticas que, para algunos, significan “correr la línea ética”, como aseguró la senadora Paloma Valencia. 

“Hoy la relación está muy frágil”, dijo el senador Andrés Guerra en diálogo con CAMBIO. Posturas similares tienen los otros precandidatos: “Hay mucha molestia con la forma de política tradicional que hace Miguel”, dijo otra de las senadoras, quien también prefirió no ahondar en esas diferencias. ¿De dónde proviene la incomodidad en el Centro Democrático? ¿Quién está detrás de la campaña de Uribe Turbay y qué tantas posibilidades tienen de llegar a la Casa de Nariño?

La puja interna: “De encuestas pagas” y disputa por territorios

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De izquierda a derecha: Miguel Uribe, Paloma Valencia y María Fernanda Cabal. Foto: Colprensa. 

Es cierto que, en una competencia, cada quien hace su mejor esfuerzo y echa mano de las estrategias que le convienen para hacerse un espacio, como lo ha hecho Uribe. Sin embargo, la incomodidad arrancó con una encuesta que publicó Invamer a finales de 2024 en el que Uribe figuraba como el favorito entre los candidatos del Centro Democrático. 

Casi de inmediato, las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia publicaron un video en el que manifestaron su inconformidad con lo que ellas calificaron como la “publicación de encuestas pagadas con ventajas que están en entredicho”. A continuación, sentaron su posición y sacaron a relucir sus credenciales: “El partido sabe quiénes han sido sus fundadoras y han dado todas las batallas”.

En ese momento, Uribe negó haber financiado esa encuesta o haber hecho política basándose en esas mediciones. El candidato argumentó que no hay ninguna prueba que demuestre que él financió ese sondeo. Según la ficha técnica de la encuesta, la fuente de financiación fue la firma Creadorxs S.A.S.. En su momento, CAMBIO encontró que quien figuraba como gerente de esa compañía desde 2021 es Carlos Eduardo Mejía Berrio, un empresario que se mueve en el sector de la publicidad. 

Los demás precandidatos calificaron este episodio como una práctica desleal, como lo explica un parlamentario del Centro Democrático que prefirió no ser citado: “Lo que se buscaba (con la encuesta) era posicionarlo y que los empresarios donaran más recursos a su campaña". 

Otro momento “incómodo” para los precandidatos ocurrió en un foro organizado en Bucaramanga. Uno de los asistentes le dijo a este medio que allí una serie de empresarios sugirió que María Fernanda Cabal “sería buena ministra de Defensa”. La insinuación cayó mal, pues se entendió como una estrategia premeditada. 

A lo sucedido en Bucaramanga se sumó lo ocurrido en el ya citado evento de Medellín, donde a pesar de la nutrida audiencia, los precandidatos quedaron inconformes porque entendieron que el mensaje del equipo de Uribe era que Antioquia ya había decidido. Un territorio clave, porque además de ser el fortín de la derecha, de allí son dos de los otros precandidatos, que sintieron, de alguna manera, una usurpación de su región. 

Uribe, con recursos y capital político familiar 

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Evento de Miguel Uribe en Medellín. Foto: Miguel Uribe. 

La lista de inconformidades no para ahí. También se cuentan los gastos de campaña de Miguel Uribe. Según tres congresistas del Centro Democrático, las altas cifras de inversión ponen en desventaja a sus compañeros de partido y de la derecha en general. Dicen que es una realidad que en el partido no era costumbre hacer eventos con una convocatoria tan grande como los que está haciendo Uribe Turbay. 

“Estamos invirtiendo recursos en publicidad digital con el objetivo de dar a conocer la plataforma Voluntarios X Colombia’, con el fin de organizar a los ciudadanos para que se pueda defender el voto de cara a las elecciones de 2026”, afirmó el senador Uribe Turbay.

El precandidato no respondió puntualmente a la pregunta de cuánto dinero está gastando en precampaña, pero medios como La Silla Vacía señalan que la inversión ronda los 100 millones de pesos al mes. El senador, sin embargo, aclaró que son “mayoritariamente recursos propios y de familiares”. A esto se suma la asesoría de Lester Toledo, quien en el pasado hizo parte de campañas como las de Nayib Bukele. 

En el mismo equipo del senador dicen que no hay ningún apoyo económico de empresarios, aunque reconocen que Manuel Santiago Mejía, quien está al frente del grupo Corbeta, ha acompañado a Miguel Uribe en algunos eventos

Esa es una práctica que en algunos sectores del partido no ven con buenos ojos. Como dijo un representante que prefirió no ser citado, “eso ha generado un choque con una de las políticas que tiene el partido, que es la austeridad en el propósito de gobierno y en cómo se hace una campaña. Eso será un asunto que se tendrá que conciliar, porque si no, va a seguir generando rupturas”. 

Es cierto que las estrategias de Miguel Uribe no son ilegales. De manera especial en esta etapa de precampaña, en la que no hay reglamentación clara y no se establecen topes en los gastos. Además, el asegura que no teme la intención de dividir a su partido. 

“Respeto y admiro a mis compañeros precandidatos. Mi propósito ha sido la unión del partido y la defensa de la democracia. Es legítimo tener diferencias en una contienda interna, pero para mí el único camino es el respeto. No hay lugar a peleas internas. Mi enfoque es derrotar a un gobierno dañino y construir un futuro mejor”, le dijo el senador a CAMBIO. 

Las posibilidades de Miguel Uribe en el Centro Democrático 

Todas estas diferencias terminan por sacudir la discusión interna en el partido por la elección del candidato definitivo. Al día de hoy, no se ha definido si les apostarán a encuestas o se medirán en consultas internas. De hecho, los precandidatos tienen propuestas distintas frente a ese mecanismo. 

Hay algunos, como el sector de María Fernanda Cabal, que quieren apostarle a una consulta en marzo de 2026, pero en la militancia dicen que “hay casi que un consenso en que ese no será el mecanismo” –como dijo un parlamentario–, porque les cerraría las puertas a los precandidatos de entrar en las listas al Congreso. Además, demoraría la construcción de esas listas y montar una campaña presidencial en forma durante dos meses, resulta complicado". 

El otro camino es el de las encuestas. Una de las propuestas del precandidato Andrés Guerra es hacer tres mediciones. Una en agosto, para que salga de la competencia el quinto; la siguiente encuesta en septiembre, para que salga el cuarto, y otra en octubre, en la que se definirían los dos finalistas. Así, esperarían tener al candidato del Centro Democrático en diciembre. Con eso, se les daría vía libre a los otros precandidatos para que puedan participar en las listas al Congreso. Entonces, en este entendido, los resultados en las encuestas recientes cobrarían relevancia. ¿Cómo van los precandidatos en las mediciones? 

CAMBIO revisó los resultados de diez encuestas que se han hecho entre 2024 y 2025 y en las que se miden a los candidatos de la derecha –no solamente a los del Centro Democrático–. Si se revisa la intención de voto de los cinco precandidatos de ese partido, se observa que Miguel Uribe y María Fernanda Cabal son los que tienen mejores cifras. “Eso no es un secreto para nadie”, dijo un congresista. 

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Ilustración Kim Vega. Fuente: Elaboración propia con información de las encuestas. 

La discusión interna se basa en qué posturas quieren priorizar de cara a 2026. De manera especial, después de la presidencia de Gustavo Petro, el primer Gobierno de izquierda. Es evidente que Cabal representa a un ala más radical de la derecha, un rasgo que algunos lo perciben como una dificultad. “Eso es un riesgo para muchos en el partido, porque el radicalismo tiene un techo bajito y el planteamiento de la colectividad va mucho más allá de la izquierdopatía”, aseguró otro representante. A Uribe Turbay, en cambio, algunos lo ven como una opción “que ha cobrado visibilidad” por no representar ese radicalismo. 

Hay otros congresistas que ven las opciones de Paloma Valencia, Andrés Guerra y Paola Holguín voces más mesuradas. Sin embargo, dicen que la definitiva está entre Cabal y Uribe. Aquí se suma un factor adicional y es que el Centro Democrático es un partido al que se le ha criticado por no apoyar la candidatura presidencial de mujeres, pese a que, por ejemplo, este año hay mayoría femenina en la precampaña. En ese sentido, si sigue líneas como en las campañas de 2018 y 2022 y si deciden irse por una voz menos radical, es posible que Uribe resulte como el candidato. 

Aquí entra otro tema en juego. Miguel Uribe no promedia muy bien en las encuestas cuando se le compara con los punteros. Cuando se medía en las consultas con figuras de otros partidos, el promedio de su intención de voto estaba en 4 o 5 por ciento, mientras que quienes lideraban las encuestas rondaban el 11 por ciento. 

Pero, como explicó el analista político Yann Basset, hay que leer estas encuestas teniendo en cuenta “que todos los candidatos tienen cifras bajas y el panorama está muy fragmentado”. 

Basset agrega que una de las que lidera en las mediciones es Vicky Dávila, la antes periodista que se vende como la ‘outsider’ de esta campaña, y que se cuenta entre las figuras de la derecha. 

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Ilustración Kim Vega. Fuente: elaboración propia con información de las encuestas. 

Por eso hay voces en el partido y fuera de él que dicen que “no es la mejor opción para competirles a otras figuras fuertes de la derecha, como Dávila y Germán Vargas Lleras”, como afirmó Basset. 

Aún faltan 13 meses para el día de la primera vuelta. Como reza el dicho, la política es dinámica, muchas cosas pasarán de aquí a entonces. ¿A quién definirá el Centro Democrático? ¿Qué tan fuerte será la voz del o la candidata de derecha? 

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