‘No podemos claudicar ante una IA avasalladora; hay que mantener el espíritu crítico’: Jaime Abello Banfi
1 Abril 2025 06:04 pm

‘No podemos claudicar ante una IA avasalladora; hay que mantener el espíritu crítico’: Jaime Abello Banfi

Jaime Abello Banfi, director general y cofundador de la Fundación Gabo.

Crédito: Cortesía Fundación Gabo.

La Fundación Gabo, creada por el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, celebra sus primeros 30 años. Abello Banfi, su director general y cofundador, reflexiona en entrevista con CAMBIO sobre el aporte de esta al periodismo y los desafíos de la profesión en tiempos de la Inteligencia Artificial.

Por: Armando Neira

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Han pasado 30 años desde la creación de la Fundación Gabo, primero bautizada como Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). En su primer taller, un grupo de jóvenes reporteros tuvo el privilegio de recibir las enseñanzas de Alma Guillermoprieto en Cartagena y en el segundo, del propio Gabriel García Márquez, en Barranquilla, dos ciudades de sus afectos. Por aquella época, su director y cofundador, Jaime Abello Banfi, daba la bienvenida a cada uno de los seleccionados con una libreta y un bolígrafo para que tomaran apuntes. En una semana de conversaciones apasionadas, el Premio Nobel de Literatura decía que una vaina que le permitía enfrentar la realidad a diario no podía ser otra cosa que “el mejor oficio del mundo”.

En las redacciones, ya pocos escriben a mano y en papel. La principal herramienta de trabajo son los celulares, que vienen con Inteligencia Artificial; el diálogo se da a través de WhatsApp y buena parte de las nuevas generaciones tiene en sus perfiles dibujos generados mediante aplicaciones. Abello Banfi habló con CAMBIO sobre esta celebración, que ocurre en medio de las vertiginosas transformaciones tecnológicas que sacuden a los medios.

CAMBIO: ¿Cómo cree que estaría hoy Gabriel García Márquez al hacer un balance de lo que ha hecho la fundación en estos 30 años?

Jaime Abello Banfi: Estaría feliz, encantado. Rodrigo y Gonzalo, sus hijos, que forman parte de la junta directiva, nos expresan su satisfacción porque hemos mantenido su legado, que pasa por formar, inspirar, motivar y vincular a los periodistas de los países de lenguas española y portuguesa, para promover en ellos la búsqueda de la excelencia, la coherencia ética y la innovación.

CAMBIO: ¿Alguna vez García Márquez hizo un diagnóstico de la fundación?

J.A.B.: Imagínate que en una ocasión estábamos en Monterrey, en la entrega de los premios que en esa época se llamaban Premios Nuevo Periodismo. Después de unas sesiones magníficas y del encuentro con los ganadores, en la noche de despedida, Gabo dijo con mucha emoción una frase que luego tomamos como título de un libro que hicimos con un balance de nuestros primeros 20 años: “Y pensar que todo esto estaba en nuestra imaginación”.

Alma Guillermo Prieto y Gabriel García Márquez
De pie, Jaime Abello Banfi (camisa blanca), la cronista mexicana Alma Guillermoprieto junto a Gabriel García Márquez y los privilegiados reporteros que recibieron el primer taller de la Fundación de Periodismo en Cartagena de Indias en marzo de 1995. FOTO: Cortesía Fundación Gabo.

CAMBIO: A propósito, García Márquez inauguró las actividades de la FNPI el 17 de marzo de 1995 en la Casa de España, sede de la Cooperación Española, radiante y orgulloso. Para llegar a ese punto, ¿hubo mucho trabajo?

J.A.B.: Sí. Yo lo conocía de tiempo atrás. El 28 de diciembre del 93 tuvimos una cena en Barranquilla. En ese entonces, yo era gerente de TeleCaribe y él me hablaba mucho de periodismo y de la necesidad de hacer talleres para los reporteros. Avanzada la noche, le pregunté por qué me contaba todas esas historias, y me respondió: “Porque quiero que me ayudes a pensar cómo vamos a hacer esto de los talleres”. Durante 1994, estuvimos trabajando con él, otros colegas y consultores sobre el plan de acción, la metodología y el concepto de la fundación. Siempre con talleres prácticos como esencia, tal como él lo quería.

CAMBIO: ¿Esto cuesta plata?

J.A.B.: Por supuesto. Gabo financió el arranque y mandó más dinero cuando hizo falta. Dictó muchos de sus talleres iniciales, ayudó personalmente a conseguir la vinculación de los primeros cómplices –maestros y aliados institucionales– y presidió la junta directiva hasta su fallecimiento. Hoy somos una institución internacional independiente, con gobernanza y economía estables, apoyada en una red de múltiples alianzas.

CAMBIO: Usted siempre ha estado al frente. ¿No ha sido tentado por otra oferta laboral?

J.A.B.: En un momento dado me ofrecieron ser ministro de Cultura. Era una propuesta tentadora. Le consulté: “Gabo, me están ofreciendo el ministerio”. Agregué: “La verdad es que podría aceptar y colaborar si es que luego puedo regresar a la fundación y seguir con nuestro proyecto, pero no sé qué hacer”. Él me respondió: “No, no te preocupes, tranquilo. Es muy fácil. Tú tienes que decidir. Escoge: el ministerio o la vida”. Y yo escogí la vida.

CAMBIO: Personalmente, ¿cómo ha manejado esa responsabilidad de representarlo a él?

J.A.B.: Cuando estábamos iniciando, me dijo: “Jaime, usa mi nombre para todo lo que haga falta en la fundación. No te preocupes. Habla en mi nombre, pero con una sola condición”. Le pregunté: “¿Cuál, Gabito?”. Y él me contestó: “Que nunca te equivoques”. Desde entonces, hemos tratado de no equivocarnos e inspirarnos en su visión e ideas.

Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez en uno de los talleres con Javier Darío Restrepo, quien dirigió el Consultorio de ética periodística de la fundación. FOTO: Cortesía Fundación Gabo.

CAMBIO: ¿En qué líneas trabaja hoy la fundación?

J.A.B.: En lo territorial hacemos trabajo local, nacional e internacional. Y sobre tres campos de actuación: periodismo, educación y cultura. Siempre con la idea de contar historias y proyectar el legado de Gabo y el método del taller como ejes articuladores.

CAMBIO: ¿Tienen un sueño colectivo en la fundación?

J.A.B.: Sí. Buscamos una ciudadanía más empoderada en términos de participación activa, creatividad y democracia, para contribuir con nuestras ideas y programas a un mundo mejor. Estamos firmemente comprometidos con la libertad, la ética y la democracia, aunque estos valores estén en retroceso.

Jaime Abello Banfi y Martín Caparrós
Jaime Abello Banfi conversa con el periodista argentino Martín Caparrós durante uno de los talleres.

CAMBIO: El periodismo enfrenta hoy dos realidades: la desaparición de los periódicos impresos y el auge de la Inteligencia Artificial. ¿Cómo ven esto desde la fundación?

J.A.B.: No se trata solo de la minimización de los periódicos de papel y la maximización de las posibilidades de la Inteligencia Artificial, sino de que nunca antes la humanidad había tenido acceso simultáneo a tanta información y tanta desinformación Y esto es muy preocupante.

CAMBIO: ¿Por qué?

J.A.B.: Se produce de manera continua una cantidad excesiva de contenidos, a la vez que múltiples factores que captan la atención y la fragmentan. Todo esto ha ocurrido a una velocidad muy superior a la capacidad de nuestro cerebro para asimilar y adaptarse. La evolución biológica es mucho más lenta que la tecnológica. Esto representa un riesgo enorme, no solo para el periodismo, sino para la humanidad, debido al frenesí con que avanza la Inteligencia Artificial, la herramienta más potente que podíamos imaginar, pero todavía sin acuerdos ni mecanismos para controlar los posibles abusos.

CAMBIO: ¿Cómo enfrentar esta situación?

J.A.B.: Manteniendo la guardia, el espíritu crítico y la capacidad de dudar. Si nos entregamos a la Inteligencia Artificial sin cuestionar, estamos poniendo en riesgo nuestras sociedades y la humanidad. No podemos claudicar ante una IA avasalladora; hay que mantener el espíritu crítico.

CAMBIO: Existe la impresión de que la formación de periodistas se enfoca más en el manejo de herramientas tecnológicas que en la ética. ¿Es así?

J.A.B.: Sí. Desgraciadamente, necesitamos no solo dominar la tecnología sino usarla de manera ética y creativa. También es fundamental una preparación de las nuevas generaciones de ciudadanos en lectura y comprensión crítica de los contenidos, tanto en redes sociales como en plataformas digitales, así como en el contexto de la IA que está en constante expansión.

CAMBIO: ¿Qué puede hacer el periodismo ante estos nuevos desafíos?

J.A.B.: Hacer periodismo de calidad. El acceso masivo a información y desinformación es un desafío, y la tecnología está acelerando los procesos de manipulación colectiva. Hoy, más que nunca, el periodismo es un espacio crucial de resistencia y una herramienta indispensable de vigilancia crítica frente a los poderes establecidos.

Gabriel García Márquez y periodistas
Gabriel García Márquez, en el centro, cumplió su sueño de realizar talleres con periodistas para formar, inspirar, incentivar y conectar a los profesionales de los países de lenguas española y portuguesa, para promover en ellos la búsqueda de la excelencia, la coherencia ética y la innovación. FOTO: Cortesía Fundación Gabo.

CAMBIO: Muchos pensadores sienten un enorme temor por la forma en que los ciudadanos están recibiendo la información.

J.A.B.: Es natural, porque existe el peligro de convertirnos en “rehenes mentales” de grandes operaciones de manipulación. Rehenes porque entregamos nuestra información constantemente, y las máquinas tienen una increíble capacidad de procesarla, interpretarla y perfilarnos. Todos estamos siendo analizados y clasificados de manera continua.

CAMBIO: ¿Por quiénes?

J.A.B.: Por múltiples actores. Ya no se trata solo de la vigilancia absolutista de un Estado controlador, como es China, que construyó la Gran Muralla Digital para aislarse de la influencia de Occidente y ahora está expandiendo su influencia con sus propias tecnologías. También me refiero al capitalismo de vigilancia liderado por la élite de las grandes empresas tecnológicas, las llamadas “Big Tech”, con esos personajes de Silicon Valley que se vienen posicionando al lado de proyectos políticos autoritarios. Son quienes hoy respaldan y sirven de ideólogos a Trump y Musk, enemigos declarados del periodismo independiente.

CAMBIO: Es una paradoja, porque al mismo tiempo ese presidente está imponiendo más controles en el comercio…

J.A.B.: Así es. Mientras que en la economía tradicional y el comercio global buscan establecer aranceles y barreras proteccionistas, en el ámbito digital exigen a los demás países desregulación, no cobro de impuestos y libertad global para extraer datos, generar rentas, gestionar la criptoeconomía y manipular los algoritmos a su antojo, sin asumir responsabilidades sociales por los sesgos que estos pueden inducir. Lo vimos en las últimas elecciones en Estados Unidos, donde se ha denunciado que el algoritmo de X favoreció ciertos contenidos con fines políticos e ideológicos. Por eso, el periodismo debe asumir un papel cada vez más vigilante y crítico frente a estos movimientos.

Gabriel García Márquez
Jaime Abello Banfi recuerda: “Después de unas sesiones magníficas y del encuentro con los ganadores, en la noche de despedida, Gabo dijo con mucha emoción una frase que luego tomamos como título de un libro que hicimos para hacer un balance de los 20 años: “Y pensar que todo estaba en nuestra imaginación”. FOTO: Cortesía Fundación Gabo.

CAMBIO: A propósito de política y comunicación, ¿qué opina del hecho de que cada vez más presidentes se rodeen de influencers en lugar de periodistas profesionales?

J.A.B.: Es preocupante porque los influencers no tienen los mismos códigos éticos que el periodismo o los comunicadores profesionales. Los influencers operan principalmente con imágenes, encuadres mentales y cierta agresividad. Han desarrollado una habilidad, difícil de competir, que es comunicar de manera emocional y altamente parcializada. Esto representa un desafío para el periodismo, que se basa en argumentación cuidadosa, hechos y verificación con diversas fuentes. A veces las emociones pueden distorsionar la realidad para generar el impacto deseado. Por eso, es fundamental que este debate se instale en la sociedad y que el periodismo también supervise a los influencers, ayudando al público a comprender sus posibles manipulaciones.

CAMBIO: ¿Cómo ejercer el periodismo en este contexto?

J.A.B.: El periodismo debe seguir siendo una herramienta creativa y a la vez rigurosa de investigación, verificación y explicación de la realidad frente a la ficcionalización encubridora de la propaganda y los discursos interesados en encubrir el auge de la corrupción, la injusticia, el saqueo ambiental, el crimen organizado y los liderazgos autoritarios. Tiene la obligación de ser lo más exacto posible, evitar errores, atraer a la audiencia también desde lo emocional, pero sin caer en la desinformación y, sobre todo, mantener una ética intachable. Es un reto enorme, más aún por el debilitamiento económico del sector y la fragmentación y desconexión de las audiencias.

CAMBIO: ¿Son tiempos difíciles?

J.A.B.: Sí, son desafíos que no podemos eludir. Pero quejarnos no nos llevará a nada. Lo que debemos hacer es inspirarnos y avanzar.

Gabriel García Márquez
Don José Salgar, vestido de guayabera, y Gabriel García Márquez comparten en una de las charlas de la fundación.  Cortesía Fundación Gabo.

CAMBIO: ¿Por eso cree que el trabajo de la fundación es tan valioso? ¿Por qué inspira?

J.A.B.: Somos consultados y mantenemos colaboración activa con organizaciones internacionales, pero también trabajamos en barrios populares con niños y sobre todo tratamos de ser útiles, solidarios y activar espacios y redes para formar, conectar, inspirar y estimular a miles de periodistas en los países iberoamericanos. Es un portafolio amplio y variado articulado al Árbol Gabo, una matriz conceptual que ordena el legado de nuestro fundador en diversas ramas: su historia personal, su faceta de investigador y narrador en literatura, periodismo y cine, sus labores como educador y emprendedor y su vida de ciudadano. Cada hoja de ese árbol representa los frutos de una semilla que él plantó y que hoy nos inspira y nos llena de orgullo.

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