"El presidente no puede decir que aquí no pasó nada": presidente de la Corte Constitucional sobre bloqueo al Palacio
12 Febrero 2024

"El presidente no puede decir que aquí no pasó nada": presidente de la Corte Constitucional sobre bloqueo al Palacio

José Fernando Reyes, presidente Corte Constitucional.

Crédito: Corte Constitucional.

CAMBIO habló con el presidente de la Corte Constitucional, José Fernando Reyes, sobre la situación que se vivió el jueves pasado en el Palacio de Justicia en la que manifestantes impidieron la salida de los funcionarios de las Altas Cortes del edificio. Según el magistrado todo derecho, incluido el de la protesta, tiene un límite y la respuesta del Jefe de Estado a la situación afecta la independencia judicial.

Por: Alejandra Bonilla Mora

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CAMBIO:. ¿Cómo valora la situación que se vivió en el Palacio de Justicia el jueves pasado y qué lo diferencia de otras protestas que se han hecho?

José Fernando Reyes: Lo primero que hay que defender siempre es la libertad de movilización, de expresión y de protesta que los ciudadanos tenemos. Lo segundo y que también tiene que quedar muy claro, es que toda libertad tiene responsabilidades y que no hay libertad de expresión si hay violencia de por medio. Es decir, todo el que acude a métodos violentos deslegitima la tarea o la misión o la función que emprende.  

Así como en el pasado se decía que los revolucionarios, los ejércitos de las Farc, etcétera, eran formas de ejercicio político de que procuraban cambiar un orden institucional, cuando empezaron las bombas y cuando empezaron los asesinatos entonces deslegitimaron su naturaleza. Quien acude a los métodos de la violencia, niega lo que está expresando. La semana pasada hubo personas que procuraron, no sé por cuánto tiempo, superar las barreras que aislaban al Palacio del público: eso no puede pasar. Que aquí se planten 30.000 o 50.000 personas para que la Corte apruebe o no apruebe el aborto, es legítimo y hay que defenderlo. Pero que nadie quiera por medio de la violencia imponer sus ideas.

Tercero, si el presidente significa la unidad nacional, siempre debe ser un baluarte de la concordia y del llamado a la calma y a la paz. Humberto de la Calle decía este fin de semana que el papá que lleva pólvora a la casa después no puede quejarse porque el niño se quemó. Entonces, la apelación a la calle y a la legitimación popular es legítima, el tema es cómo se hace, cuándo se hace y con qué fines se hace.

Con toda seguridad, la presión indebida a los jueces para que resuelvan un asunto no puede ser una cosa que desde aquí veamos bien. Es decir, ¿hay que convocar a la gente a que se manifieste? Sí. ¿Hay que garantizar que la gente pueda manifestare? Sí. Pero hay que decirle a la gente: no a la violencia, no al abuso y no a la a la limitación total del movimiento de los magistrados que trabajamos en las cortes.

CAMBIO: ¿El presidente Petro hizo una presión indebida al poder judicial al convocar a la marcha?

J.F.R.: Yo no voy a decir si eso fue o no fue una presión, lo que yo sí creo es que fue inoportuna la convocatoria. Y, de la mano de la Corte Suprema, puedo decir una cosa: no se puede minimizar lo que sucedió. El señor Presidente ha dicho que aquí nadie estuvo secuestrado y eso puede ser cierto porque en realidad no es un secuestro, pero también dijo algo que yo creo que no es cierto: que los magistrados podían entrar y salir a su voluntad. Eso no es cierto, como no fue cierto que pudieran entrar sus alimentos y que en general pudieran desplazarse, eso no es cierto. Por eso, yo no creo que el presidente pueda decirle a los ciudadanos colombianos que aquí no pasó nada. Creo que es muy grave minimizar el asunto y reducirle en sus consecuencias, porque es que lastimosamente estas cosas empiezan así y luego no sabemos dónde acaban.

CAMBIO: ¿Cómo así?

J.F.R.: Cuando convocas una situación como esta, que es legítima y que está bien, el problema es que no sabes dónde van a terminar por la propensión que nosotros los colombianos tenemos a tramitar nuestras diferencias, que no siempre es de la manera más civilizada.

CAMBIO: ¿Esos mensajes del presidente afectan la independencia judicial?

J.F.R.: Yo creo que sí afecta la independencia judicial, como afecta la independencia judicial que se le diga a la Corte que van a recortar el presupuesto, como que se le diga que no van a aumentar los salarios cuando en realidad los salarios de los maestros de las Altas Cortes suben por voluntad de la Constitución Política y no del presidente. Esas cosas hay que decirlas porque amedrentan y de alguna medida procuran deslegitimar las decisiones que, equivocada o acertadamente, toman las cortes. La tramitación de las diferencias se hace por medio de los recursos y en general por los medios que el Estado de Derecho consagra, no por medio de los micrófonos.

CAMBIO:. El tema de la seguridad del Palacio de Justicia se había tocado en una sesión de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial el año pasado cuando se advirtió que había posibilidades de que personas se metieran. ¿Les han dicho algo al respecto?

J.F.R.: En general yo creo que es precaria. Seguramente esto necesitará un comentario especializado de alguien que sepa sobre cómo proteger sitios estratégicos. Yo creo que la Corte no tiene la protección que una instalación de esta importancia necesitaría. Le digo lo siguiente: los empleados entran con un carné que es fácilmente manipulable. Aquí no hay identificación dactilar ni identificación facial, que sería lo correcto en estos tiempos. Yo pienso que en el Palacio y, en general en estos edificios no pasa nada, porque no existe voluntad. Acá no pasa nada no porque lo logremos evitar, sino porque en realidad no hay gente interesada en que pase algo. Nuestra seguridad en ese punto es deficitaria, el sistema de ingreso es deficitario y debería haber mejores sistemas de identificación de las personas que entran al Palacio.

CAMBIO: Usted dice que lo que pasó no cumple las características de un secuestro, ¿podría haber otros delitos?

J.F.R.: Yo no soy juez penal en este caso, pero lo que quiero decir es que a veces el lenguaje está muy cargado y en lugar de procurar ayudar a resolver, lo magnifica y lo fastidia. Los que hemos trajinado en el Derecho Penal sabemos que eso no fue un secuestro, pero ciertamente hay una perturbación de los actos oficiales que sí puede ser un tipo penal, puede haber una limitación general de la libre deliberación de las corporaciones judiciales. Y, en general, una limitación de la libre movilización de los magistrados y de los ciudadanos es algo que enturbia la legitimidad de quienes protestan. Yo creo que lo lícito es siempre poderse expresar, pero también permitiendo que los derechos fundamentales se puedan materializar.

Dicho de otro modo, yo puedo bloquear las calles, pero tengo que dejar un carril por donde la gente discurra. Yo puedo bloquear el Palacio de Justicia, pero seguramente tendrá que haber algún sistema para que, en caso de una emergencia en salud, haya forma de sacar a la persona de aquí. Esas cosas no se piensan por quienes limitan la movilidad.

CAMBIO: ¿Cómo está la relación con el presidente? Usted ya hizo referencia a un pronunciamiento que hizo el presidente cuando salió el fallo sobre las regalías en el sentido de que, entonces, tocaba limitar el presupuesto de las tres ramas del poder...

J.F.R.: Yo creo que en un Estado que tiene claro que los jueces y en general los demás poderes somos independientes, pero que tenemos obligaciones de colaboración armónica, pues uno no puede hablar de buenas de malas relaciones, sino de relaciones respetuosas. Y lo único que no quisiera es respeto por sus decisiones y garantía de su independencia. Yo creo que, en esa medida, mientras el presidente entienda que los jueces debemos decidir lo que tengamos que decidir conforme a la Constitución, pues las relaciones serán respetuosas. Nosotros no mantenemos pues una línea abierta con el presidente en que nos hablemos todos los días y tomemos café, eso no existe, pero lo que tiene que estar claro es que los jueces hacemos parte de un sistema de frenos y contrapesos y que todo abuso de poder, toda arbitrariedad y toda salida de cauce, tiene algo que la controle que es el poder de un juez.

Y le quiero decir que si algún día el presidente dice que hay que conversar sobre alguna cosa de interés nacional o quiere hacer una visita de cortesía, pues las Cortes lo pueden hacer. Si me pregunta a mí como persona y no como presidente de la Corte, yo digo que mientras más alejado esté el juez del Palacio de Gobierno, es mayor su independencia.

CAMBIO: Usted señaló en esta entrevista que los mensajes que ha hecho el presidente respecto del episodio del Palacio afectan la independencia judicial, ¿qué mensaje le daría al mandatario?

J.F.R.: Yo no soy quién para darle mensajes al presidente. Yo pienso que él es el primer magistrado de la nación y que tiene suficiente responsabilidad e inteligencia para manejar las cosas. Yo simplemente digo para mí y para quienes me escuchan que en tiempos de turbulencia y cuando el caos asoma, la necesidad de la calma, de la respiración profunda y del repensar las palabras, las ideas y los caminos es muy importante y urgente. Hay que respirar profundo, hay que pensar con calma y creo que nosotros los jueces hacemos eso. El presidente, como es tan activo en sus comunicaciones, seguramente alguna vez se preguntará si quizá fue necesario repensar algo. Yo no soy quién para decirle 'haga esto' o 'no haga esto' porque sería un abuso y una intromisión indebida. Pero yo sí creo, en general para él y para todos los que somos responsables públicos, que el llamado a la calma y a actuar con sensatez es la regla para el mantenimiento de una democracia en paz.

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