¿Qué tanta vida les queda a las reformas del presidente Petro en 2024?

Crédito: Colprensa

4 Enero 2024

¿Qué tanta vida les queda a las reformas del presidente Petro en 2024?

En agosto de 2024, el presidente Gustavo Petro llegará a la mitad de su mandato y para entonces el Gobierno quiere por fin dejar de tener números en rojo respecto al trámite de las reformas. ¿Qué tan complejo es el panorama?

Por: Redacción Cambio

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“Aprobar las reformas en el primer año”, fue el objetivo que el presidente Gustavo Petro se fijó en su entrevista con CAMBIO días antes de posesionarse. Hoy, año y medio después, ese propósito quedó más que derrotado por un Congreso que se convirtió en la piedra en el zapato para la agenda reformista del Gobierno.

Aún así, lejos de desistir de los proyectos o de siquiera moderarlos sustancialmente, la instrucción del presidente es insistir en el trámite de todas las iniciativas, lo que le ha permitido anotarse algunas victorias sustanciales como el avance de la reforma a la salud.

La determinación del Ejecutivo de sacar adelante las reformas, así como de los sectores de oposición e independencia de ganarle el pulso al Gobierno, harán del 2024 el año más convulsionado para el Congreso, en donde cada vez habrá más congestión de proyectos. Así está el escenario de las tres grandes reformas sociales de cara al nuevo periodo legislativo.

Reforma a la salud: a enfrentarse al ‘coco’ del Senado

Al Gobierno le costó un año, dos remodelaciones ministeriales y la fragmentación de la coalición, conseguir que la reforma a la salud superara los dos debates en la Cámara de Representantes, a pesar de que goza de las mayorías en esa corporación.

El proyecto más controversial del Ejecutivo tendrá que medirse en el Senado de la República a partir de febrero iniciado su tortuoso camino en la Comisión Séptima. Allí, el Gobierno necesitará 8 votos de los 14 senadores con asiento en esa célula legislativa.

Si bien el Gobierno no tiene la misma mayoría en la Comisión Séptima del Senado que en la de la Cámara, ya logró superar una prueba de fuego en el pasado con la aprobación de la reforma pensional. 

La presidenta es la congresista del Pacto Histórico, Martha Peralta, sobre quien recaerá el enorme reto de liderar la discusión de la reforma a la salud, fijar lor órdenes del día, y por supuesto, echar mano de estrategias y argucias políticas como sucedió con Agmeth Escaf en la Cámara.

Los otros senadores de la Comisión Séptima que podrían darle una mano al presidente Petro son Piedad Córdoba, Omar de Jesús Restrepo, Fabián Díaz Plata, y Polivio Rosales, aunque este último podría quedar por fuera del Congreso si se confirma la anulación de su elección por el Consejo de Estado. En ese caso sería reemplazado y la silla no quedaría vacía.

Según las cuentas, al Gobierno le tocará convencer por lo menos tres senadores más y los esfuerzos se enfocarán en los dos conservadores (Nadia Blel y José Alfredo Marín), el liberal Miguel Ángel Pinto, la senadora del Partido de La U Norma Hurtado, la senadora Berenice Bedoya de la ASI, y las dos curules cristianas que podrían dar la sorpresa: Lorena Ríos y Ana Paola Agudelo.

Pero si la reforma a la salud logra pasar a la plenaria del Senado, el panorama es crítico. Esa corporación ya le ha dado tres golpes sonoros al Gobierno: el hundimiento en dos ocasiones de la regulación del Cannabis, la elección de Iván Name como presidente y el hundimiento de la reforma política. 

El aliado clave del Ejecutivo en la Cámara no tiene la misma lealtad en el Senado; se trata del Partido Liberal. De los 13 senadores de esa colectividad, el Gobierno no alcanza a tener garantizados más de 3. Lo mismo sucede con la bancada verde, que tiene 8 senadores de los cuales entre 3 y 4 apoyarían el proyecto. Siendo así al Gobierno le costará conseguir más de 50 votos en la plenaria y la reforma no vería la luz al final de la legislatura.

Pero los votos en contra no son la única amenaza en contra del proyecto. La parálisis legislativa es el plan A de la oposición para bloquear las discusiones y lograr que para junio del 2024, el proyecto no alcance ni siquiera a votarse en la plenaria. “Uno de los escenarios posibles es que veamos una vetocracia”, comentó el senador verde Ariel Ávila.

La reforma laboral le hará pasar trabajos al Gobierno

De las tres reformas sociales (salud, pensiones y trabajo) la laboral es la que más estancada está en su trámite. Se hundió a mitad de año en la Cámara y en el segundo semestre de 2023 solo alcanzaron a votarse algunos artículos en la Comisión Séptima de la Cámara. Por ello, el Gobierno sabe que para mitad de 2024, la reforma laboral no alcanzará a estar aprobada.

Siendo así los esfuerzos estarán en la comisión y en la plenaria de la Cámara de Representantes en donde el ambiente sobre el proyecto es favorable, por lo menos más que la reforma a la salud. Bancadas importantes como la del Partido de La U ven con buenos ojos partes del proyecto, principalmente las relacionadas con los derechos individuales de los trabajadores.

Eso sí, las recientes declaraciones y controversias alrededor de la ministra Gloria Ramírez y empresas como Éxito y Van Camps han causado malestar en varios congresistas quienes han visto las medidas como persecusión a la empresa privada.

“El gobierno nacional tomando medidas sistemáticas que no parecen una mera coincidencia, sino una presunta escalada contra la empresa privada. Primero sancionan al Éxito, luego, la Ministra de Trabajo hace graves acusaciones en contra de otra compañía”, dijo el representante del Partido de La U, Víctor Manuel Salcedo.

Los puntos como la obligación de pago de prestaciones sociales por parte de las plataformas de domicilio, inicio del turno nocturno desde las 7 de la noche y el incremento del recargo dominical y festivo hasta por 100 por ciento no tendrán mayor inconveniente. Sin embargo, los temas controversiales como el derecho a huelga en servicios esenciales y la obligatoriedad del contrato a término indefinido serán verdaderos desafíos para los ministros y los congresistas ponentes liderados por la representante María Fernanda Carrascal.

Reforma pensional: sin consenso en la plenaria del Senado

La reforma pensional es quizás la que menos ruido ha generado en su trámite a pesar de las posturas en contra de congresistas y gremios como Asofondos. Con paciencia el Gobierno logró que el proyecto sobreviviera a la Comisión Séptima del Senado y en febrero de 2024 llegará a la temida plenaria de esa corporación. De hecho, la reforma pensional puede ser víctima de aquellos senadores que quieren mostrarle los dientes al Gobierno para la reforma a la salud y hundirse, como le ha pasado a la regulación del cannabis en dos ocasiones.

La suerte de la reforma al sistema pensional es compleja porque no hay consenso todavía entre la coalición de Gobierno. Al debate en la plenaria llegarán, además de la ponencia de archivo, una ponencia positiva (firmada por Martha Peralta y Fabían Díaz del Partido Verde) y una ponencia alternativa presentada por la senadora Norma Hurtado del Partido de La U.

El punto álgido de la discusión de este proyecto será el umbral del pilar contributivo. Según el proyecto, quienes tengan ingresos base de cotización entre uno y tres salarios mínimos componen la Prima Media y cotizarán en Colpensiones. Y aquellos que excedan el tope anterior y estén por debajo de los 25 salarios mínimos, cotizarán en Fondos de pensiones privados. Varios sectores, como Fedesarrollo, han pedido que se ajuste el umbral para que sea de 1 a 2 o 1,5 salarios mínimos.

Al camino recorrido de las tres grandes reformas se suman los proyectos que están dando sus primeros pasos como la reforma educativa y las dos transformaciones a la educación superior, la reforma al Código Minero y a los servicios públicos.

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