
Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia.
Crédito: CAMBIO.
Sergio Fajardo, "la voz calmada de centro" que se hace camino para 2026. ¿La tercera será la vencida?
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El exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia dice que “es altamente probable” que vuelva a ser candidato en las presidenciales de 2026. Se trata de una hazaña que ya ha intentado dos veces y no ha tenido mucho éxito. ¿Por qué intentarlo una tercera vez? ¿Hay algo distinto que le dé una posibilidad?
Por: Claudia M. Quintero

Sergio Fajardo, profesor, dos veces candidato presidencial, exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, tiene intenciones de sumarse a la carrera por llegar a la Casa de Nariño en 2026. Una contienda que ya arrancó y en la que ya hay más de siete aspirantes. Aunque no ha oficializado una campaña, ha aparecido en varias entrevistas y ya se le ha visto moviéndose en algunas regiones del país.
“Es altamente probable que sea candidato. No lo digo por molestar, sino que yo tengo la experiencia de haber estado varias veces en campaña y hay unos temas que tengo que resolver para poder pasar a formalizar una aspiración”, le dijo a CAMBIO.
Como él mismo lo señaló, ya ha estado antes en campaña y sabe que intentarlo una cuarta vez es una apuesta osada. Primero, por el desgaste propio que implica una campaña, pero también porque sus resultados anteriores no han sido los mejores y debe evaluar sus posibilidades reales antes de lanzarse a correr con el riesgo de quedar a medio camino. ¿Cómo le ha ido antes y cuántas probabilidades tiene de cara a 2026?
Los resultados anteriores: bien en las encuestas, pero no tanto en los votos

En las elecciones de 2018, Fajardo llegó como una buena opción de centro para reemplazar a Juan Manuel Santos. Venía de una buena gestión en la Gobernación de Antioquia y de apoyar el proceso de paz. Con eso en sus hombros, empezó a hacer campaña y en las mediciones de 2017 logró tener buenas cifras.
De hecho, en algunas de las encuestas que se hicieron a principios de 2018, él era uno de los punteros. Por ejemplo, en una encuesta que hizo Guarumo en febrero de ese año, Fajardo tenía una intención de voto de 14,6 por ciento, 2,1 puntos por encima de Gustavo Petro, que era el segundo con mayor intención de voto. Cifras similares tuvo en una encuesta de YanHaas en ese mismo mes: tenía una intención de voto de 14 por ciento, un punto más que Petro.
Sin embargo, ya en marzo Iván Duque comenzó a tener más fuerza que Fajardo y Petro. CAMBIO revisó 15 encuestas que se hicieron desde enero de 2018 y hasta mayo de ese mismo año y el promedio en la intención de voto de Fajardo fue de 13,5 por ciento.
Y la disminución que venía reportando Fajardo quedó demostrada en los resultados electorales de la primera vuelta. Él quedó de tercero y sacó 4,6 millones de votos. Fue en esta ocasión cuando dijo que en la segunda vuelta iba a votar en blanco y se iba a ver ballenas en Nuquí, en el Chocó.

Luego del gobierno de Iván Duque, que enfrentó una de las mayores movilizaciones de los últimos tiempos: el Paro Nacional de 2021, Gustavo Petro comenzó a tener mucha más popularidad y el segundo con mayor intención de voto era Rodolfo Hernández. En ese entonces, Fajardo no tenía buenas cifras. Con una revisión en 15 encuestas que se hicieron entre enero y mayo de 2022, el promedio en la intención de voto de Fajardo era del 7,8 por ciento.
En la primera vuelta de 2022, Fajardo quedó de cuarto, sacó 888.585 votos, que fueron un 4,20 por ciento de la votación. Es decir, entre 2018 y 2022 perdió 3,7 millones de votos.

Con ese pasado en cifras, ¿qué caminos tiene para 2026?
Una de las cosas que reconoce el mismo Fajardo es que en 2022 “perdió su identidad” y por eso quedó por debajo de figuras menos conocidas a nivel nacional, como Rodolfo Hernández, que tenía fortaleza en Santander.
Fajardo dice que al crear la coalición Centro Esperanza, “perdió lo que venía representando desde hace 25 años”: es decir, esa voz calmada, mesurada y con foco en la educación. Que, entre otras cosas, también es una de las cosas que se le critica en distintos sectores, que lo han tildado de “el tibio que se fue a ver ballenas”.
Sin embargo, en este 2025 y cuando falta un año y medio para las elecciones, Fajardo vuelve a aparecer entre los candidatos con mayor intención de voto. En la más reciente encuesta de Guarumo, Fajardo quedó de tercero, con una intención de voto de 11,5 por ciento. Lo superan Vicky Dávila (15,1 por ciento) y Gustavo Bolívar (11,9 por ciento).
La mesura, una posible ventaja de cara a 2026
Entre algunas voces de centro, y para algunos analistas, esa mesura que lo caracteriza podría ser un factor que sirva de cara a 2026.
¿Por qué? Por un lado, porque el país viene con un presidente como Gustavo Petro, que le pide renuncia a sus ministros por X (antes Twitter), que formó una crisis con Estados Unidos un sábado a las tres de la mañana. Además, porque entre los candidatos para 2026 hay voces bastante radicalizadas, como la senadora María Fernanda Cabal, de Centro Democrático, o la antes periodista Vicky Dávila.
De acuerdo con Jorge Enrique Robledo, quien unió fuerzas con Fajardo y formaron el partido Dignidad y Compromiso, “el profesor” se está consolidando como una opción “diferente a lo que viene haciendo Gustavo Petro y distinta a los mismos de siempre que estaban antes de 2022”. Además, mencionó que Fajardo viene endureciendo sus posturas frente a algunos temas que le interesan al país, como la seguridad y el tono en el que se dicen las cosas.
Para el representante Daniel Carvalho, del Partido Verde Oxígeno y una de las voces en el centro, también es cierto que Fajardo es uno de los pocos políticos coherentes en este país y eso, luego de venir de un Gobierno como el Petro, dice, también puede jugarle a su favor.
“Por un lado, porque el presidente Petro y su izquierda progresista demostraron que no son capaces de hacer cambios importantes ni en los fondos ni en las formas. Además, porque la sociedad muestra una fatiga con la polarización”, dijo Carvalho en diálogo con CAMBIO.
Con esas voces coincide el analista Yann Basset, quien dijo que los electores seguramente buscarán un estilo de mucha concertación y diálogo. Pero, en todo caso, aún falta más de un año y habrá que ver cómo se desarrolla la contienda electoral.
¿Alianzas sí o no?

Una de las dificultades de Fajardo es que no tiene una estructura política muy fuerte como otras colectividades y eso implica que debe hacer alianzas con otros sectores. Pero Fajardo no está muy dispuesto a armar coaliciones, porque en 2022 ese intento les salió muy mal y las cifras lo demuestran.
“En este momento yo no estoy pensando en ningún tipo de coalición. Estoy trabajando para recuperar espacios, llegar con una versión renovada y tener una participación satisfactoria en las redes sociales. Ese es el camino. Hoy, yo no miro para los lados. Voy a reivindicar el trabajo hecho durante 25 años de coherencia, consistencia”, dijo Fajardo en diálogo con CAMBIO.
Y es cierto que el centro solo no tiene la fuerza para llegar a la Casa de Nariño y ellos son conscientes de eso, la misma Catherine Juvinao, una de las congresistas que pidió la salida del Partido Alianza Verde, lo reconoció.
Por eso en el centro y hasta en el mismo partido de Fajardo son conscientes de que sí deben encontrar sectores con los que se puedan unir: “Eso sí, no puede ser petrista ni de los partidos de gobiernos anteriores”, como aseguró Jorge Robledo.
“Él no puede cerrarse a la idea de que tiene que ser el candidato. Porque un centro dividido entre varias opciones no tiene ninguna opción y, además, creo que sí debe buscar alianzas con la centro-izquierda, la centro-derecha e incluso con los partidos tradicionales. Pero con acuerdos programáticos y éticos clarísimos”, dijo el representante Daniel Carvalho.
En otras palabras, deben aprender de los errores anteriores, puntualmente, de lo mal que salió la coalición Centro Esperanza. Pero no pueden cerrarse a hacer alianzas políticas, porque no tienen los votos para llegar solos. En general, ese es uno de los retos den centro, que puedan llegar unidos y capitalizar el descontento que hay en el país por la administración de Gustavo Petro.
Voces en ese mismo centro dicen que también tienen el reto de simplificar el discurso y llegarle directamente a la ciudadanía. “Deben tener un discurso más atractivo en el fondo y en las formas: que no sea aburridor, tibio, excesivamente académico o aburguesado y que conecte con las necesidades actuales de la gente. En centro tiene que hablar de salud, calidad de vida, oportunidades de empleo, de jóvenes, desarrollo e infraestructura”, dijo otro parlamentario de centro.
Aún falta un año y medio para las presidenciales y es bastante probable que el tablero de la carrera por la Casa de Nariño cambie. Habrá que ver si Fajardo definitivamente se lanza al ruedo, cambia su discurso, logra agrupar al centro y en su tercer intento lograr convertirse en presidente. ¿Está será la vencida?
