Todos contra los Gnecco: los alternativos buscan ganar el pulso por la Gobernación del Cesar

El Cesar es uno de los departamentos que ha sido gobernado por el mismo grupo político durante más de una década, así como ocurre en Norte de Santander, Atlántico y Cundinamarca. Se trata del clan Gnecco, sobre el cual recaen denuncias e investigaciones por corrupción y parapolítica. En la actualidad, el Cesar tiene gobernador encargado desde hace dos años, pues el elegido en 2019, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, permanece en casa por cárcel desde 2021 por irregularidades en un contrato para la alimentación escolar.

Los Gnecco aspiran a superar a cualquier otro clan regional en términos de dominio en la política de un departamento. De los últimos nueve gobernadores que ha tenido el Cesar, siete han sido de la línea de esa familia, que llegó al poder en 1992 a través del recién fallecido Lucas Gnecco Cerchar, el primer gobernador elegido por voto popular en ese departamento. En su segundo periodo como mandatario, Gnecco Cerchar no terminó su mandato por decisión de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, que lo condenó a 42 meses de cárcel por el delito de constreñimiento al elector, debido al apoyo de grupos paramilitares a su campaña de 1997. 

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Entre 2012 y la actualidad, el Cesar ha tenido cuatro gobernadores, todos de la casa Gnecco: dos periodos de Luis Alberto Monsalvo, uno de Francisco Ovalle y el encargo actual de Andrés Meza. Además, han logrado pisar fuerte en el Congreso. Hoy tienen en el senado a José Alfredo Gnecco, del Partido de la U, y Didier Lobo Chinchilla, de Cambio Radical. Y en la Cámara, a Ape Cuello, del Partido Conservador, y José Eliécer Salazar, también de La U.

El círculo del poder del clan lo comanda Cielo Gnecco, gestora social, matriarca de la familia, primera dama del Cesar por años y el verdadero poder detrás de sus parientes, que se riegan hasta otras regiones, como Magdalena y La Guajira. De hecho, Cielo es prima de Juan Fransico 'Kiko' Gómez, exgobernador guajiro hoy condenado a 55 años de cárcel por homicidio. "Esa gente es dueña de todo aquí. Como por miedo y resignación uno lo acepta", dice una fuente en la región.

Qué planean los alternativos para vencer al clan Gnecco

Los Gnecco quieren llegar al 2027 llevando las riendas del Cesar y su actual apuesta es Elvia Milena Sanjuan, exalcaldesa de San Diego que cuenta con el aval del Partido de la U y el coaval de Cambio Radical, el Partido Conservador y el Partido Liberal. Sanjuan fue funcionaria de la gobernación en el segundo periodo del suspendido Luis Alberto Monsalvo, y su carrera la ha hecho mayoritariamente en el partido de Germán Vargas Lleras.

Sanjuan, a pesar de ser una cara poco conocida a nivel departamental, ha sabido crecer y capitalizar la división de las otras cinco candidaturas que se patrocinan como alternativas al poder hegemónico de la cuestionada familia vallenata. En el centro están la periodista Katia Ospino, el exjefe de gabinete de Claudia López Antonio Sanguino y Arturo Calderón, candidato por el Partido Ecologista. Más a la izquierda se encuentra Alexandra Pineda por el Pacto Histórico, y al otro lado Claudia Margarita Zuleta, hija del cantante Poncho Zuleta y apuesta del Centro Democrático.

En los últimos días, los vientos de una única candidatura 'anti Gnecco' han tomado más fuerza que nunca para evitar el mismo error que en las elecciones anteriores. "Los Gnecco siempre han jugado a dividir y a tener por lo menos dos o tres candidaturas con gallos tapados", le dijo a CAMBIO Katia Ospino. La periodista le puso pausa a su carrera para competir por el poder departamental y ve con buenos ojos una alianza contra los Gnecco, incluso con el uribismo a bordo.

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"La única forma de derrotar a la mafia de los Gnecco es uniendo fuerzas (...) tenemos que ser conscientes de la realidad política del Cesar", afirmó Ospino.

Antonio Sanguino, que tiene el aval del Partido Verde, le explicó a CAMBIO que la propuesta de unir fuerzas para derrotar a los Gnecco nació desde varios sectores sociales y empresariales, especialmente de Valledupar, y ve que la idea "tiene mucho sentido". Para el exfuncionario de la capital es importante que la alianza no obedezca a pura "aritmética electoral sino a unas líneas rojas y un programa en común". En la misma línea se ubica el candidato Arturo Calderón:

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"No podemos ser inferiores al sentimiento de los cesarenses, la unidad en la oposición acabaría la perversa permanencia del régimen en la gobernación. Insisto a mis amigos y amigas candidatas, hagamos un solo proyecto que permita viabilizar la esperanza de los excluidos", expresó el aspirante.

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La coalición implicaría juntar al proyecto uribista de Claudia Zuleta con el petrista de Alexandra Pineda, lo que Sanguino define como una situación "sui generis, pero en la cual no se pueden meter los debates nacionales. La figura de Uribe debe mantenerse distante porque ahuyenta". Para Ospino, la llegada de Zuleta a la coalición representando al Centro Democrático es viable siempre y cuando "demuestra tener el objetivo de cambiar la política del Cesar y la hegemonía de los Gnecco". Zuleta no se ha pronunciado al respecto y continúa haciendo campaña junto a su papá, a pesar de las amenazas que reportó recibir hace unos meses. Eso sí, la hija de Poncho Zuleta se enfrentó al clan Gnecco en las elecciones de 2019 pero no le alcanzó.

Por los lados del Pacto Histórico hay malestar porque aparentemente no se ha tenido en cuenta a Alexandra Pineda, tal y como lo expresó el pastor Alfredo Saade, oriundo del Cesar. "En el departamento del Cesar un grupúsculo propone unidad entre candidatos a la gobernación dizque para acabar al clan, pero dicho grupo, que en su mayoría han vivido de Cielo Gnecco y su clan, no incluye a la candidata del pacto histórico, quien es la única que representa al cambio", manifestó Saade. La aspiración de Pineda estuvo en problemas jurídicos por una decisión inicial de la Registraduría, que había anulado su inscripción. Sin embargo, una decisión de la misma entidad del pasado 28 de agosto destrabó la candidatura de la ficha del petrismo.

CAMBIO conoció que la forma en la que eventualmente se elegiría al candidato alternativo sería una encuesta entre ellos y otra para contrastar los resultados de la primera. Cada aspirante deberá comprometerse a respetar los resultados y apoyar al ganador. La decisión se tomaría en los próximos días.