"Yo no lo crie": las palabras de Petro que resuenan por la captura de su hijo
29 Julio 2023

"Yo no lo crie": las palabras de Petro que resuenan por la captura de su hijo

En marzo pasado, el presidente Gustavo Petro tuvo una entrevista con CAMBIO, en la que habló de la relación que tuvo con su hijo durante su niñez. "No lo crie, esa es la verdad", fue la frase que marcó esa entrevista. Esto dijo sobre ese momento de su vida.

Por: Redacción Cambio

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En la mañana de este sábado, 30 de julio, la Fiscalía General de la Nación informó que, en una operación conjunta con el Juzgado 16 Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Bogotá, se llevaron a cabo las órdenes de captura contra Nicolás Fernando Petro Burgos y Daysuris del Carmen Vásquez Castro.

"Como persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel; como presidente de la República aseguro que la fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para proceder de acuerdo a la ley", escribió el presidente Gustavo Petro en un trino.

Tanto Petro Burgos como Vásquez Castro enfrentan cargos por lavado de activos y enriquecimiento ilícito, pero su exesposa también es acusada de violación de datos personales por hechos ocurridos desde 2022 hasta la fecha de su captura.

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Los capturados serán presentados ante el Juez Penal Municipal con Función de Control de Garantías, donde se buscará legalidad en los procedimientos de allanamiento, captura e incautación de pruebas.

"A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su caracter y pueda reflexionar sobre sus propios errores. Como afirmé ante el fiscal general, no intervendré ni presionaré sus decisiones; que el derecho guíe libremente el proceso”, dijo Petro en su trino.

Para profundizar

En marzo pasado, en una entrevista con Daniel Coronell y Federico Gómez Lara para CAMBIO, el presidente habló de cómo fue su relación con su hijo en la niñez, una época en la vida del presidente Petro marcada por la militancia e, incluso, por un paso por la cárcel. 

Estos son algunos apartes de la entrevista. 

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CAMBIO: Presidente, en su libro usted escribió: “fue muy extraño conocer a mi primer hijo en la cárcel, sabiendo que no lo volvería a ver en mucho tiempo”. ¿Qué clase de padre ha sido usted para Nicolás? ¿Tuvo la oportunidad de enseñarle valores?

Gustavo Petro: No, porque fue la época de la clandestinidad. Una vez salí de la cárcel me perdí, digamos, desde el punto de vista legal. Lo recuerdo como el episodio de mayor libertad, porque no tenía ni mi cédula ni me llamaba así. Yo alcancé a estar un año con Katia y con Nicolás en Bucaramanga en la clandestinidad. Me conseguí un colchón y me conseguí un corral, precisamente un corralito de esos de niño, para que pudiera estar en el colchón. Dormíamos en el piso. Para poder leer, porque siempre me ha gustado leer, me tocaba robarme los libros de las librerías. Era el jefe del M-19 en toda esa región. Hasta que vi en un artículo de Vanguardia, que es el periódico más conocido en el nororiente, una operación que hizo el Ejército de ese entonces contra una pareja del ELN y mataron el bebé. Y entonces, por esa y otras razones, yo me separé de mi hijo y de Katia. Empecé a caminar en soledad los caminos de la clandestinidad. Hasta que vino la desmovilización del M-19 en el 90. En ese año, él todavía era un niño. Pero yo ya había hecho una vida sentimental aparte. Y no nos volvimos a encontrar realmente. Él se crio en Córdoba. Estudió allá. Hizo su universidad. Realmente nunca tuvimos la oportunidad de convivir. No lo crie, esa es la realidad.

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CAMBIO: ¿En algún momento se vuelven a encontrar y usted puede asumir el rol de padre presente? ¿O ese espacio simplemente nunca se da?

G.P.: Es una sensación extraña. Digamos que es un reencuentro que tiene una especificidad, yo tenía ya una vida política. Relativamente brillante, llamémosla así, fulgurante, en medios, etcétera. Iba creciendo paulatinamente y él entonces encuentra a su padre así, digamos, como una figura fulgurante que sube y empieza a acercarse más a mí. Le noto inquietudes políticas, más desde el punto de vista electoral, que ninguno de mis otros hijos ha tenido.

CAMBIO: ¿Pero nunca le llamó la atención el estilo de vida de él?

G. P.: La mamá siempre me hablaba con preocupaciones, pero yo sentía que eran preocupaciones de toda madre. A veces, el ambiente del Caribe, en relación a la política, no es bueno, porque allí no se pudo impulsar una corriente realmente alternativa.

CAMBIO: ¿Usted fue alguna vez a su apartamento? ¿Se dio cuenta cómo vivía, de los lujos que tenía o que supuestamente ha ostentado? ¿Le preocupó esa situación?

G. P.: Yo fui a un apartamento donde él vivía. Una vez dormí ahí, en Barranquilla, sí, pero era pequeño.

CAMBIO: Era algo normal, no le llamó la atención...

G.P.: No, no, era normal, un apartamento pequeño. Él ya convivía con su ahora exesposa, Day. Nosotros la conocemos como Day. Pero no, no había nada extraño en su forma de vivir, yo nunca más volví a conocer. Ya después los rumores, que empezaron a llamar mi atención.

CAMBIO: El país ha reconocido el hecho de que un presidente le pida a la justicia que investigue a su familia. Sin embargo, según Day, usted tenía esa información desde hace algo más de un mes. ¿Qué pasó en ese mes y por qué usted se demoró en contarle esto al país?

G. P.: No sé exactamente el tiempo. Pero yo hablé con Nicolás sobre los rumores, me negó todo, ya estaba separado y después hablé con Day, que no me contó todo lo que ha aparecido en la prensa, pero es más o menos en esa línea. Era una separación, yo no quise interferir en eso, no me gusta, nunca en mis debates políticos me he metido en la vida íntima de nadie, a pesar de tener informaciones, porque siempre me pareció que era acabar la libertad humana si me metía más en ese tipo de terreno. Siempre hice los debates alrededor de las cuestiones públicas. Cuando veo que hay una ruptura, le digo a ambos que no me voy a meter. Y lo que hice fue tomar las medidas de prevención, porque yo no sé si esas informaciones son ciertas o no, y no podría calificarlas, ni siquiera como presidente. Institucionalmente, es a la Fiscalía a la que le corresponde y tiene todas las garantías de que no va a haber ninguna presión ni nada por el estilo desde el Gobierno en relación a este tipo de procesos. Es ella la que tiene que decidir, no yo. Y en esa medida, el mismo día que hablé con Day y que me alertó, en una reunión del consejo de ministros tomé la decisión de advertirles a todos los ministros y ministras que estaban ahí que no hubiera ningún tipo de relacionamiento con mi hijo y otra persona que ya no recuerdo el nombre. Pero por prevención, no porque tuviera certeza, sino simplemente quería guarecer de esa posibilidad que podría ocurrir, de acuerdo a Day. Luego tomé la decisión de hacer público lo que la Fiscalía investiga. 

CAMBIO: Usted dice que ni siquiera como presidente de la república quería interferir en algo de esto. Pero usted tiene una triple responsabilidad frente a Nicolás. Por un lado es padre, por otro lado es el presidente y por otro es el jefe político. Él es un militante del partido político que usted creó e inspira. ¿Qué camino tomar para manejar esta situación? ¿Nunca consideró, por ejemplo, la posibilidad de pedirle a su hijo que se fuera del país mientras estaba usted ocupando la Presidencia?

G. P.: Sí, claro, yo lo dije. Es que todos mis hijos, excepto Antonella, que todavía es pequeña, todos están fuera. Por diversas razones, no porque sea presidente, pero a mí me gusta que estén afuera por muchas razones, entre otras por este tipo de temas, porque un hijo o cualquier familiar es rodeado automáticamente por una especie de cortesanos y cortesanas, que son los que tratan de engullirse el poder. Eso ocurre con todos, no solo los familiares, pero la familia se convierte en un blanco excepcional para este tipo de personas que buscan la captura del poder de cualquier cosa, así sea un simple empleo. Y es lógico, además, que la gente busque empleo. Pero siempre me pareció que había que blindar a los hijos de eso. Y todos están fuera. En Canadá, en Italia, en Francia. Al principio fue por el exilio. Y ahora, porque quiero que se mantengan allá.

CAMBIO: Hablemos de esto con toda sinceridad. Han salido a la luz una serie de pruebas o señalamientos muy graves contra Nicolás. Y en este país, así sea su hijo, él tendrá que ir a la justicia y en ese terreno las responsabilidades penales son individuales. Pero, ¿usted no siente que tiene una responsabilidad política frente a lo que está pasando? Usted fundó el partido, permitió que su hijo fuera un dirigente político, un líder regional. Evidentemente esa doble condición de líder político e hijo del presidente podía ser problemática. ¿En su momento no lo sintió así?

G. P.: No, porque era el único que tenía esa… yo lo llamo vocación. Puede que no sea exacta la palabra, pero eso es un asunto de la Fiscalía. Ya no puedo yo interferir en eso.

CAMBIO: La responsabilidad penal, ¿pero la política?

G. P.: No, porque ese es mi hijo, si quiere hacer política es un problema de libertad humana. Todas las personas en Colombia tienen el derecho de hacer política. Tú no puedes cercenar ese derecho. Si lo que quieres es preguntarme que yo he influido en mis hijos para que tomen determinadas decisiones acerca de sus carreras o sus vidas, ninguna. Yo he dado la libertad de escogencia a mis hijos. No me gusta ese papel del padre que es presidente y quiere que su hijo sea presidente, como si las presidencias fueran hereditarias, que es lo que ha ocurrido en Colombia, y hasta por tres generaciones y más. Ese no es mi papel. Simplemente, de todos mis hijos, el que quiso tener una actividad político electoral, fue él, pero no porque yo lo haya incentivado. Hasta ahí le puedo decir, en sus caminos han sido libres. Lo único que he intentado influenciar es en leer, porque cuando un niño pequeño ve que su padre lee, él mismo se pone a leer.

CAMBIO: Sé que usted como padre y como presidente no es amigo de decirles a sus hijos qué hacer, pero quisiera plantear la reflexión de si un presidente, tal vez en algunos casos, debe decirles a sus hijos qué no hacer, como por ejemplo no hacer negocios con el Estado. 

G. P.: No solo por ser político, sino por principio. Todos desde pequeños, los hijos que yo crie siempre han tenido la certeza de la rectitud en relación a lo público.

CAMBIO: ¿Podríamos hacer aquí una diferencia, y es que Nicolás es un hijo que usted no crio, por las circunstancias de la vida, que no vamos a entrar a juzgarlas en este momento, él no pudo crecer a su lado, por ejemplo, no pudo verlo a usted leer, para querer la lectura, porque usted estaba lejos de él cuando él estaba creciendo?

G. P.: Pues sí, efectivamente no me vio leer.

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