El hueco de los combustibles sería más grave de lo que pensamos
Crédito: Yamith Mariño
El gobierno saliente pagó una parte del déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (FEPC) y dejó calculado cuánto se debe pagar los próximos años por el resto del hueco, pero la cuenta se habría quedado corta.
Dentro de las cuentas del proyecto de Presupuesto General de la Nación para 2023 que está en las oficinas del Congreso, el Ministerio de Hacienda incluyó 19,1 billones de pesos para pagar el faltante de recursos que va a tener el Fondo de Estabilización de Precios a los Combustibles (FEPC) entre abril y diciembre de 2022.
El gobierno saliente pagó 14,2 billones de pesos del FEPC que correspondían a la deuda acumulada hasta marzo de 2022 en el fondo y en mayo, cuando hizo las cuentas del Marco Fiscal de Mediano Plazo que sirvió de base para el Presupuesto General de 2023, calculó que durante el resto del año el fondo acumularía un déficit adicional de 19,1 billones de pesos.
Pero la cuenta se quedó corta con el incremento del precio del dólar, del precio internacional de los combustibles y la demanda de combustibles en el país por el mayor crecimiento económico.
Dos meses después, con las cifras de julio, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) calculó que el déficit del FEPC que tendría que pagarse en 2023 sería de entre 24 billones de pesos y 30 billones de pesos; 5 billones de pesos y 11 billones de pesos es lo que le faltaría al presupuesto para pagar esa deuda.
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Andrés Velasco, director técnico del CARF, dijo que “el Gobierno presentó en el Marco Fiscal de Mediano Plazo un escenario para el 2023 (del FEPC) que cumplía la Regla Fiscal con una deuda de 19 billones de pesos, pero ahora son 24 billones de pesos o hasta 30 billones de pesos entonces las cuentas ya no cierran, ya hay un problema fiscal en el 2023 y también el 2024 y 2025 porque ya el problema es más grande”.
A la cuenta también toca sumarle que el mismo gobierno había calculado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo que los precios de los combustibles debían subir 200 pesos en junio y el mismo monto en julio, mientras que en agosto el incremento debía ser de 250 pesos y en septiembre la gasolina debía subir 400 pesos y el ACPM 250 pesos. Pero si el hueco del fondo es más grande, el ajuste también tendría que ser más grande.
La idea de ajustar el precio interno de la gasolina es cerrar con el tiempo la diferencia entre los precios internos de los combustibles líquidos y los precios internacionales de referencia, de modo que el FEPC deje de generar un déficit que el gobierno termine subsidiando.
Por eso, el CARF le propuso al Ministerio de Hacienda una senda de incremento de 20 pesos diarios hasta cerrar la brecha, pero el ministerio optó por la fórmula que incluyó en el Marco Fiscal de Mediano Plazo y añadió un cálculo que indica que por cada 100 pesos que no suba el precio del combustible, el FEPC deja de recibir 445.800 millones de pesos mensuales que van agrandando el hueco.
Pero el gobierno no cumplió sus propias estimaciones. En junio, los ministerios de Minas y Energía y de Hacienda decidieron mantener el precio estable para evitarse más costos políticos, sociales e inflacionarios y en julio solo elevaron el precio en 150 pesos, menos de la mitad de los 400 pesos que debían aumentar en total en esos dos meses.
Pagar a tiempo
Ante un escenario de cuentas fiscales apretadas para 2023 y un déficit del FEPC que sigue creciendo con el dólar, la inflación y el consumo, el CARF le sugirió al gobierno que cambie la fórmula para no pagar esa deuda con el método de año vencido, sino que vaya pagando en el mismo año.
De ese modo, en 2022 se pagarían los billones restantes (entre 24 y 30 billones de pesos) que está generando de hueco el FEPC este año. Eso además le permitiría al gobierno tener un mayor espacio de déficit fiscal y las cuentas se “cuadrarían” un poco porque del 2023 en adelante, el déficit del FEPC sería menor por el ajuste de precios y la desaceleración de la demanda, lo que coincidiría con una menor capacidad fiscal para pagar el déficit.
El ministro entrante de Hacienda, José Antonio Ocampo, y su equipo han sido receptivos con la idea que tendría que pasar por aprobación del Consejo Superior de Política Fiscal (Confis). Pero ese será un debate para después de la reforma tributaria, la prioridad fiscal del nuevo gobierno.