¿Es verdad que cada vez que Gustavo Petro habla se mueve el dólar?
Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño
El presidente Petro se queja de que no se puede expresar libremente sobre economía porque altera los mercados. ¿Qué tanta razón tiene?
Durante su intervención en la COP27 en Egipto, el presidente colombiano, Gustavo Petro, volvió a hablar de la necesidad de acabar con el consumo de combustibles fósiles y hacer una transición rápida a otros tipos de energía más sustentables.
Después, en una entrevista a Blu Radio, el mandatario se quejó de las consecuencias que han provocado las declaraciones de su gabinete y de él mismo sobre el precio del dólar. Para el jefe de Estado, los mercados presionan a la baja al peso cada vez que él intenta poner sobre la mesa la necesidad de quitar los combustibles fósiles y reducir las emisiones de carbono.
Era la reiteración de lo que había dicho semanas atrás, en el sentido de que no podía expresarse libremente sobre economía porque sus declaraciones tenían incidencia sobre la tasa de cambio.¿Qué tanta razón tiene?
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Aunque no son lo único que mueve la tasa de cambio y no siempre tienen el mismo efecto, las declaraciones del presidente sí tienen una influencia sobre lo que pasa en los mercados financieros, que tienen en el dólar a uno de sus termómetros más visibles. También las de sus ministros. No por casualidad al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, le tocó salir a corregir a sus colegas y hasta al mismo presidente; y como reacción, el mabdatario terminó nombrando un vocero que se encargara de dar respuestas oficiales: el ministro del Interior, Alfonso Prada.
Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, explicó que el dólar, los TES y otros indicadores son sensibles a lo que diga el presidente. "Los mercados se dieron cuenta de que las contradicciones entre los ministros sugieren que no hay un rumbo claro para el país. En ese sentido, oír los mensajes del último responsable, que es el presidente, obliga a los ministros y a los demás funcionarios del Gobierno a seguir la instrucción. Entonces lo que se comunica –y muy especialmente lo que no se comunica– envía señales importantes sobre las cuales las empresas del sector privado toman decisiones”.
Así se ha comportado la tasa de cambio en el segundo semestre del año:
Pero el contexto mundial también es importante. La inflación, las tasas de interés de todos los países subiendo, la amenaza de la recesión, la guerra entre Rusia y Ucrania y las políticas en China para mantener a raya al coronavirus hacen que los inversionistas lo piensen dos veces antes de llevar su dinero a alguna parte, de modo que los anuncios locales toman más relevancia.
Ana Vera, economista jefe en In On Capital, destacó que “en la medida en que el Gobierno colombiano puede generar incertidumbre respecto al panorama jurídico de proyectos de inversión como minero-energéticos, se desincentivan inversiones a largo plazo, pues si bien la tasa de cambio responde a necesidades de dólares para ciertos momentos, el flujo de dichas divisas hacia el país depende mucho de la estabilidad a largo plazo que se perciba tanto para agentes internacionales como empresas locales”.
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Colombia se ha devaluado con más fuerza que las monedas de países similares en ciertas fechas. Como cuando el presidente criticó las medidas monetarias del Banco de la República y sugirió imponer un control de capitales. Sus trinos hicieron que al día siguiente el dólar abriera en 4.585 pesos, unos 3,10 pesos más arriba del cierre anterior, y cerrara en 4.613,50 pesos.
Algo similar ocurrió cuando la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, sugirió un control de precios para que el valor real de los salarios subiera, justo el mismo día que Petro habló sobre la subida del salario mínimo como respuesta a la inflación, y que la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, insistió en dejar de firmar nuevos contratos de exploración. Ese día, la tasa de cambio abrió en 4.685 pesos y cerró en 4.762,10 pesos, una subida de 77,1 pesos en una sola jornada.
“Todos los ministros dicen cosas distintas y contradictorias y los mercados están buscando que Petro defina su línea para entender la dirección estratégica del nuevo Gobierno”, concluyó Guzmán.