Salario mínimo: medidas de desindexación no serían suficientes

Para 2023 el salario mínimo aumentará el 16 por ciento y el auxilio de transporte un 20 por ciento. El presidente Gustavo Petro anunció que con este aumento espera incrementar la capacidad adquisitiva de la población en un momento donde se registra una de las inflaciones más altas en las dos últimas décadas. 

La proyección que el Banco de la República le entregó al Gobierno sobre la inflación para 2023 fue de 7 por ciento y para la mayoría de los analistas estaría en 7,74 por ciento según la encuesta de expectativas del mismo Banco de la República. Para el cierre de 2022, la expectativa está en 12,64 por ciento.

Al respecto, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, explicó que la inflación ha impactado a los más pobres. Según ella, es a quienes les afecta el alza de precios, sobre todo en lo que a canasta familiar se refiere. Por eso, fue un factor determinante para la mesa de concertación del salario mínimo.

Como medida para que el costo de vida no subiera al nivel del salario mínimo y combatir la inflación, se estableció por decreto desindexar 200 productos y servicios, lo que quiere decir que no podrán subir conforme al alza del salario mínimo, sino que pasarán a calcularse en Unidades de Valor Tributario (UVT), cuyo ritmo de crecimiento es menor, pues suele ser conforme al porcentaje de inflación. 

¿La medida realmente combatirá la inflación?

Carolina Soto, excodirectora del Banco de la República, considera que la inflación es “el impuesto de los pobres” porque no tienen cómo cubrir una pérdida del valor del dinero. Soto considera que en un país donde casi el 60 por ciento de la población recibe menos de un salario mínimo, el aumento en el costo de vida impactaría directamente a estas personas, y aunque muchos productos se desindexen al aumento del salario mínimo, esto no sería suficiente. 

Aún hay muchos contratos que están ligados a dicho aumento, entonces no solo se verá afectado el mercado laboral, sino que se generará más inflación a través de los precios atados al Índice de Precios al Consumidor (IPC). 

A su vez, el estratega jefe de XP Investments para Latinoamérica, Andrés Pardo, cree que habrá un impacto marginal para la población más vulnerable, esto quiere decir que habrá tarifas que indirectamente se impulsen por el salario mínimo. En otras palabras, las empresas al ver aumentados sus costos, o reducen su capacidad de contratar gente, o le transfieren precios mayores al consumidor final. 

Por lo tanto, la desindexación sí puede ayudar un poco, pero no va a cambiar significativamente las perspectivas de inflación del siguiente año. Pardo considera que para el primer semestre del año la inflación se mantendrá por encima de dos dígitos, y será hasta el segundo semestre que empiece a descender. Aun así, estima que no se logrará la meta de 3 por ciento que tiene el Banco de la República, pronostica que la inflación para el final del siguiente año será de 7,5 por ciento.