El policía italiano ‘antiestafa’ que fue estafado en Colombia
3 Enero 2023

El policía italiano ‘antiestafa’ que fue estafado en Colombia

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

Tony Daniel Giusto confió más de 60.000 euros a su expareja, una colombiana de 30 años, quien le aseguró que invertiría el dinero en casas y apartamentos. Mientras ella se practicó varias cirugías estéticas, los bienes no aparecen y la Fiscalía no ha tomado cartas en el asunto.

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Mudarse a Suramérica era una idea que rondaba por la cabeza de Tony Daniel Giusto. Un divorcio a sus 55 años, después de otros 20 de vida matrimonial, fueron motivo suficiente para definir que ese sería su siguiente propósito. El recuerdo de su infancia en Venezuela, tierra natal de su madre, le daba una idea de lo que podría ser el día a día en esta parte del planeta, distanciada por un océano y miles de kilómetros de su hogar en el sur de Italia. La difícil situación económica y política por la que atraviesa el país vecino lo disuadió de perseguir sus raíces y convirtió a Colombia en el destino elegido para la mudanza. Ya conocía Medellín, en donde recibió tratamiento de especialistas por su enfermedad hepática, y se quedó con una idea atractiva de cómo sería pasar largas temporadas en el calor del trópico, tranquilo y libre de los afanes que le generaba su labor como policía. Sus ahorros, cosechados luego de varias décadas de servicio, eran sus llaves para la materialización de ese sueño.

Como no quería emprender la aventura solo, decidió invitar a su primo Albino, quien recientemente había sufrido una ruptura amorosa y que era su mejor amigo desde la niñez, para que se sumara al plan. Albino aceptó y fue más allá: abrió una cuenta en una página web que conecta hombres de todo el mundo con mujeres latinoamericanas y permite priorizar las búsquedas por el país de origen. Por ejemplo, los hombres pueden advertir con anticipación si prefieren interactuar con colombianas, venezolanas, brasileñas o paraguayas; y las mujeres también tienen la posibilidad de inclinarse por italianos, australianos, filipinos o sudafricanos. Tony siguió los pasos de Albino y creó su propia cuenta. La iniciativa parecía tener sentido ya que ambos, además de mudarse a otro continente, podían darse una nueva oportunidad sentimental. Jamás pensaron que ese era el inicio de sus dolores de cabeza.

Después de varias semanas usando la plataforma, durante el primer semestre de 2018, Tony y una colombiana empezaron a intercambiar mensajes con bastante regularidad. Se trataba de Jennyfer Madrid, una putumayense de 27 años que vivía en Bogotá con su familia. Inicialmente conversaban sobre su historia y sus proyectos futuros, pero pronto llegaron a un punto en el que la confianza aumentó y se volvieron confidentes. Ese nivel de intimidad hizo que Tony, una vez llegado el verano a Italia, comprara tiquetes aéreos para viajar y conocerla personalmente.

La primera decepción apareció rápido. Contrario a la imagen que se había hecho a partir de las fotografías que vio en la página web, Tony se sorprendió cuando se encontró de frente con Jennyfer en el aeropuerto El Dorado. Su aspecto físico era muy distinto. El recibimiento, sin embargo, fue afectuoso y lo convenció de permanecer en Colombia sin alterar su cronograma para los 20 días siguientes. Juntos viajaron por la costa Caribe y ella aprovechó la oportunidad para presentarle a algunos de sus familiares, incluyendo a su madre.

Me parecía que era amable, dulce y atenta. Recuerdo mucho que me decíami cielo’”, señala Tony.

El momento del regreso llegó para Tony no sin antes formalizar una relación. Jennyfer aceptó ser su novia y convinieron que en diciembre de 2018 sería ella quien viajara a su encuentro en Italia. Albino llevaba meses en la misma dinámica con otra colombiana, Angie, y ambos primos consideraron prudente que las dos mujeres realizaran el trayecto en la misma época. Una vez arribaron al país europeo, Angie partió para el norte, en donde vive Albino, y Jennyfer emprendió hacia el sur, para su encuentro con Tony.

Todo salió mal para las parejas. Las visitantes no se sintieron a gusto, la convivencia entre personas de culturas diferentes fue más difícil de lo que imaginaban y, en consecuencia, la fecha de los vuelos de vuelta se adelantó un par de semanas. Los hechos apuntaban a que el sueño de establecerse en Suramérica estaba en cuidados intensivos hasta que una propuesta de Jennyfer le devolvió la vida. Ella se ofreció para ayudar a los primos italianos a invertir en bienes raíces en varias ciudades de Colombia. De esta forma podrían amasar un capital, generar unos ingresos por la renta y no empezar desde cero cuando se mudaran definitivamente. Jennyfer sería la representante y Tony y Albino se encargarían de aportar el dinero.

En ese momento estaba deprimido y por eso confié demasiado en ella. A pesar de que las cosas no funcionaron entre ambos, creí que podíamos continuar como amigos y tenía sentido que trabajaramos juntos”, aseguró Tony.

Fue así como Jennyfer constituyó la sociedad Inversiones GPM y recibió miles de euros en su cuenta bancaria bajo la promesa de utilizarlos para adquirir propiedades. Ocasionalmente, a través de WhatsApp, enviaba a Tony fotografías de las casas y apartamentos en los que estaba interesada para que él le diera su visto bueno y aprobación. Estos actos de debida diligencia, en su rol como representante, dieron pie para que formulara una serie de exigencias que, según justificó, eran necesarias para el correcto desempeño de sus funciones. Solicitó la compra de un carro, una moto y un celular; y pidió un préstamo a Tony para pagar los honorarios de un abogado que llevaba su proceso de divorcio.

Pero la credulidad de Tony no fue infinita. Acostumbrado a vivir bajo la duda por su trabajo en la fuerza pública, el cual consistía en perseguir evasores de impuestos y estafadores, dejó de lado el cariño que guardaba por su exnovia y le requirió los recibos y documentos que dieran fe de la compra de los inmuebles para los que le había enviado dinero. Jennyfer respondió con evasivas, pero nunca compartió la información solicitada. Algo olía mal y la gota que rebasó la copa fue una llamada del banco alertando una transacción inusual en Colombia.

Para profundizar

Tony y Albino, meses atrás, gestionaron una tarjeta de crédito internacional y se la hicieron llegar a Jennyfer. Su intención era dejar de transferirle pequeños montos periódicos, lo cual resultaba tedioso, y permitir que ella abonara las cuotas de varias propiedades sin restricciones. Sin embargo, el retiro de 50 millones de pesos no estaba entre los planes de pago y de inmediato procedieron a cancelar la tarjeta. Su siguiente acción fue tomar un vuelo a Bogotá y confrontarla.

En noviembre de 2019, solo 20 días después a la llamada del banco, Tony volvió a Colombia con el único deseo de cerrar su alianza con Jennyfer y tener certeza de a dónde habían ido a parar sus ahorros. Se sorprendió al verla operada estéticamente. Y, para su poca fortuna, la respuesta a sus cuestionamientos estuvo supeditada a un último desembolso. Jennyfer le prometió que le daría control total sobre la sociedad y contestaría a cada una de sus preguntas, siempre y cuando le consignara 10.000 euros para cerrar la compra de un apartamento en Cali. Creyendo que era la antesala al fin de su suplicio, Tony accedió y pactaron que se reunirían nuevamente un par de semanas más tarde.

En esos días, antes de que nos viéramos otra vez, me fui de viaje y ella me llamó a reclamarme el pago de la prima de fin de año. Amenazó con demandarme si no se la pagaba y me dijo que al otro día me explicaría en dónde estaban las propiedades. Eso nunca pasó y fue por eso que decidí denunciarla”, recuerda Tony.

Para profundizar

La Fiscalía conoció de los hechos el 16 de diciembre de 2019. Unos días después se llevó a cabo la conciliación y Jennyfer reconoció la millonaria deuda. Se comprometió a pagar la totalidad del dinero ya que no pudo explicar por qué los supuestos bienes que había adquirido con el dinero de Tony y Albino no figuraban a nombre suyo ni de la sociedad. En ese momento no se dimensionaba el impacto del coronavirus, las cuarentenas apenas se mencionaban en otros continentes, y el par de primos italianos tenía fe de que la justicia colombiana solucionaría el asunto en poco tiempo.

Más de 24 meses han transcurrido y todo sigue igual. Jennyfer Madrid no ha sido imputada por ningún delito, la Fiscalía no ha realizado avances significativos (pese a que la Embajada de Italia en Bogotá ya está enterada de la situación) y Tony Daniel Giusto, así como su primo, aún sueñan con vivir en Colombia, pero fueron obligados a modificar sus planes luego de ser víctimas de estafa.

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