La denuncia por violencia intrafamiliar contra el empresario barranquillero Aníbal Janna

Diferentes medios de comunicación han reseñado el pleito jurídico que hoy involucra a los hermanos Diana y Aníbal Janna Raad, los propietarios de Janna Motors, el principal concesionario de vehículos Ford y Mazda en la costa Caribe. Diana Janna, a través de sus apoderados, inició una acción judicial en contra de Aníbal por adulterar documentos relacionados con el manejo de la empresa y ocasionar un detrimento patrimonial en la distribuidora automotriz, así como en otras compañías de las que también son dueños. Pero el lío tiene otra artista.

El empresario Samuel Tcherassi, esposo de Diana Janna y propietario de la marca de ropa infantil EPK, se encuentra igualmente involucrado en el litigio familiar, después de ser denunciado por su cuñado Aníbal, quien lo señala de haber incurrido en los delitos de fraude procesal y concierto para delinquir por supuestamente modificar números contables en un proceso verbal en el que ambos están inmersos ante la Superintendencia de Sociedades. Incluso, el pasado 28 de septiembre, el abogado Miguel Ángel del Río, que funge como abogado de Aníbal Janna, señaló en redes sociales que Tcherassi lo intentó sobornar para que retirara las denuncias que reposan en la Fiscalía General de la Nación.

Es decir, las incriminaciones se originan desde las dos partes y, eventualmente, la justicia, tanto civil como penal, deberá dictaminar quién dice la verdad.

En medio de todo este embrollo, CAMBIO conoció una serie adicional de denuncias que existen en contra de Aníbal Janna en la Dirección Seccional de la Fiscalía en el Atlántico. Una de ellas fue interpuesta por una expareja sentimental que lo acusó de irrumpir sin autorización en su vivienda en marzo de 2021. Según relató la mujer, Janna intentó abrir a la fuerza la puerta de su residencia y procedió a formularle reclamos emocionales y económicos.

“(Aníbal Janna) timbró a un vecino que le abrió la reja del conjunto. Fue allí donde empezó a forzar la puerta de mi casa. Yo le dije a mi mamá que me acompañara para ver qué quería y le abrimos. Llegó muy molesto y dijo que, como yo ya tenía una pareja, él venía a cobrar un dinero que me regaló el año pasado para dar parte de la compra de mi casa. Llevó una letra para que yo le firmara, pero no accedí a firmar”, señaló.

Ante la negativa, ella dijo que el empresario confesó que había instalado unas cámaras en diferentes lugares de la casa, incluyendo la recámara y el baño de la denunciante. La mujer opuso resistencia para que Janna no entrara a la casa y, al parecer, eso lo llevó a proferir amenazas e intimidaciones antes de irse.

“Agresivamente pasó al fondo de la casa, diciendo que iba a desinstalar unos dispositivos de grabación y que quería subir a mi cuarto porque, según él, había instalado un dispositivo más en mi baño y otro en mi habitación. Yo no lo dejé ingresar y le dije que si seguía así, llamaba a la Policía. Él, en medio de su furia, se fue amenazándome”, agregó.

Para finalizar, la denunciante comentó que teme por su integridad y la de sus allegados, pues Aníbal Janna pertenece a “una familia poderosa de la ciudad” y puede tomar represalias por dar a conocer los hechos a las autoridades.

CAMBIO contactó al empresario, pero este no contestó. Por su parte, su apoderado, el abogado penalista Miguel Ángel del Río, sí respondió a este medio de comunicación y atribuyó las acusaciones a Samuel Tcherassi, el esposo de Diana Janna.

“Ese es un tema antiguo que tratan de mover ahora. Todos esos temas nacen de Samuel Tcherassi. Iremos hasta las últimas consecuencias penales para demostrar la comisión de delitos y sus irregularidades en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y demás asuntos”, aseveró.