Educar construye país
23 Mayo 2023

Educar construye país

Crédito: Colprensa

El sector privado y la sociedad civil impactan a través de sus proyectos en educación en grandes acciones que transforman a Colombia.

Por: Contenido especial

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La educación es motor de cambio, avance y movilidad social. Se han encontrado relaciones directas entre el progreso y la educación que propondrían a esta última como una medida importante para reducir las tasas de inequidad. Su desarrollo se ha ligado también con avances en materia de cultura cívica y con una participación ciudadana más alta en procesos democráticos. 

Además, la inversión en educación se ha convertido en una de las más rentables para sectores privados y públicos, que se ven beneficiados por contar con empleados capacitados.

Según un boletín emitido por el Ministerio de Educación, en noviembre del 2022, el presupuesto proyectado para educación durante este año ronda los 54.8 billones de pesos. El dinero se destinaría a la mejora de infraestructuras y a fortalecer el sistema público de educación. 

Sin embargo, el país sigue ubicado por debajo del promedio mundial en inversión a la educación en el mundo, con un 4,6 por ciento sobre el PIB. De acuerdo con el viceministro de Educación, Óscar Sánchez, “es necesario mínimo el 6 por ciento del PIB para lograr los objetivos que se plantearon en el Plan Nacional de Desarrollo”. En medio de las dificultades de acceso, equidad y calidad que presentan en la educación en Colombia, el sector privado podría tener un rol clave para incentivar su avance y aumentar la inversión.

Las iniciativas de apoyo a la educación por parte de empresas privadas brindan altos retornos a las mismas que se traducen en trabajadores mejor capacitados. “La importancia para el sector empresarial –comenta Sánchez-- se basa en formar un talento humano que le funcione. Si los trabajadores no tienen las capacidades que se necesitan para ser productivos, pues entonces una empresa no va a ser productiva”

El viceministro señala la importancia de regular, por parte del Gobierno, cómo se generan dichas iniciativas para que su impulso no sea fuente de desigualdad: “Se logra si hay buena regulación estatal y si la cooperación privada está al servicio del interés público, sino termina siendo fuente de más inequidad”.

En dicho sentido, son varios los proyectos que se han destacado por el impacto positivo que han generado. Entre los casos exitosos se encuentra la labor realizada por la Fundación Grupo Argos mediante la entrega de 170 becas a jóvenes a nivel nacional. El proyecto, que se ha llevado a cabo desde el 2015, ha contribuido a que 290 jóvenes puedan acceder a educación superior de calidad. De igual forma, la Fundación Sura realizó aportes para fomentar la formación en zonas rurales de Antioquia y mitigar la tasa de deserción escolar. 

Educar construye país
Foto: Freepik

En medio de las iniciativas, las propuestas de universidades privadas también resaltan. “Las universidades se han dado cuenta de que no es suficiente con que lleguen personas que tienen recursos, sino que tienen que becar a jóvenes talento para que esas mentes brillantes puedan aportarles con altas capacidades investigativas”, explica Mario Hurtado, profesor de estudios sociales de la Universidad Pedagógica Nacional y consultor en educación.

Raquel Bernal, rectora de la Universidad de Los Andes, menciona también que “los apoyos financieros para estudiantes talentosos que no tienen suficientes recursos para pagar la matrícula, aumentan el ingreso a la universidad, la tasa de graduación, la probabilidad de emplearse al primer año después del grado y la probabilidad de tener salarios mayores”.

En medio de las iniciativas, la Universidad de Los Andes ha diseñado programas de apoyo financiero que favorecen el acceso de estudiantes de regiones a la institución. “Con programas de apoyo financiero como Vamos Juntos, Vamos Pa’lante y Quiero Estudiar hemos logrado beneficiar a más de 2.400 estudiantes con excelencia académica en todos los departamentos de Colombia”, comenta Bernal. De acuerdo a la página oficial, el programa Quiero Estudiar ha reportado ya 2.596 beneficiarios y 1.216 graduados, de los cuales el 14,2 por ciento se ha graduado con honores.

Los programas también han tenido beneficios sociales notables. Por una parte, afirma la rectora, los jóvenes talento se convierten en referentes en sus comunidades y, por otro lado, “los prejuicios de clase disminuyen con la diversidad estudiantil para todos los tipos de estudiantes. Esto implica que el impacto de esta inversión es alto, que redunda en mayor productividad para las empresas y para el país en general. Por eso la inversión del sector privado en estos proyectos debe ser prioritaria”.
 

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