‘Cónclave’, el lado oscuro de la elección de un papa
24 Febrero 2025 05:02 am

‘Cónclave’, el lado oscuro de la elección de un papa

La película ‘Cónclave’, con ocho nominaciones a los Premios Óscar, es un 'thriller' de suspenso e intriga en la lucha por el poder papal. El hasta ahora misterioso y oculto proceso de dicha elección resulta muy interesante de ver, en especial para el católico de occidente, educado en que no se debe saber nada sobre uno de los rituales más secretos y antiguos de la Iglesia. Se estrenó en Colombia el pasado 20 de febrero de 2025.

Por: Gustavo Valencia

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Tan pronto nace el cinematógrafo ya comienzan a realizarse películas sobre episodios bíblicos, temas cristianos y sobre la Iglesia católica. De los más antiguos que se conservan está un pequeño film de escasos segundos de duración, aproximadamente de 1901, y que trata sobre una sencilla puesta en escena de la entrada de Cristo a Jerusalén y las palmas con que es recibido. Los pocos actores están de frente y de espaldas a un frontón y, montado en un burro, el personaje de Cristo mientras todos miran a la cámara en espera de instrucciones y se desplazan lentamente de izquierda a derecha, agitando las respectivas palmeras. La ingenuidad y teatralidad del corto lo hacen, a nuestros ojos hoy día, pintoresco y atractivo. Todo un documento histórico y muy valioso sobre los orígenes del cine.

En el Vaticano no se rueda ninguna película de ficción: solo documentales que se aprueban caso por caso. Hollywood y el cine comercial en general no conocen fronteras y prácticamente han filmado en cualquier lugar del mundo que hayan requerido. Uno de esos escasos sitios donde nunca han llegado las cámaras de cine es el Vaticano y Cónclave no es la excepción. Por lo tanto, en Cinecittà los famosos estudios de cine en las afueras de Roma– tuvieron que recrear la Capilla Sixtina y parte de la casa Santa Marta, donde están recluidos los cardenales.

El incipiente negocio del cine tenía claro, al igual que la posterior y poderosa industria fílmica mundial, que todo lo relacionado con adaptación de relatos bíblicos, como de sus innumerables santos y demás temas cristianos, resultaba de gran acogida en el público: o sea, buena taquilla. Los que más destacan y que Hollywood supo llevar al máximo son los de la época de los romanos, con toda la puesta en escena del fasto imperial cortesano, los centuriones y los soldados con sus uniformes, escudos y pendones, que lo hacen tan cinematográfico, es decir, muy vistoso y cautivante para todo espectador. Clásicos como Los diez mandamientos, Ben-Hur, El manto sagrado y otros más llevan esta impronta.

Son muchos temas, y resultaría una larga lista solo enumerarlos. Sin embargo, uno de ellos, siempre el más espinoso y polémico y por ello mismo también el más taquillero, es el relacionado con la Iglesia, en particular con el clero y sus diversos sucesos. Casi todos parten de hechos reales, en los que últimamente los escándalos por abusos de índole sexual resaltan mucho más y sobre el cual ya existen varias realizaciones, entre las que se destaca el oscarizado film En primera plana (Spotlight), de 2015, que gira en torno a las investigaciones hechas por un grupo de reporteros de The Boston Globe y cuyos efectos aún resuenan. La Radio Vaticano, de la Santa Sede, lo calificó de “honesto y convincente”.

Afiche

Así que sorprende, por lo novedoso, que en Cónclave el planteamiento esté referido al tema del poder dentro del Vaticano, y de las luchas internas que suceden durante el encierro al que se someten los cardenales para elegir un nuevo papa. Bastante innovadora resulta una película que habla sobre esta disputa, y de las facciones que se crean entre estos altos jerarcas, los acuerdos, alianzas y métodos, a veces muy cuestionables, donde difamación, fraude y conspiración también se practican. Ese es el meollo de la cinta y allí radica su importancia.

Se trata de la escenificación de un apasionante thriller en el que los protagonistas son venerables y respetados cardenales, que no se reúnen para discutir cuestiones de teología o de pastoral eclesiástica, sino para librar una batalla por la mitra papal donde la codicia y la mezquindad entran en la competencia, pues finalmente son seres humanos con mucho poder y con hambre de más poder, aspirando al máximo puesto de la más poderosa institución religiosa del mundo.

Todo esto no tendría el mismo efecto si no fuera por la excelente puesta en escena y reconstrucción de los lugares en que se desarrolla la acción. A su vez, el talento visual para registrar todo con una cámara que recrea diversos espacios con variedad de planos y enfoques. Como, por ejemplo, para captar el principal de ellos que es el interior reconstruido de la Capilla Sixtina y su ambiente claustrofóbico durante las votaciones de los cardenales.

En el Vaticano no se rueda ninguna película de ficción: solo documentales que se aprueban caso por caso. Hollywood y el cine comercial en general no conocen fronteras y prácticamente han filmado en cualquier lugar del mundo que hayan requerido. Uno de esos escasos sitios donde nunca han llegado las cámaras de cine es el Vaticano y Cónclave no es la excepción. Por lo tanto, en Cinecittà los famosos estudios de cine en las afueras de Roma– tuvieron que recrear la Capilla Sixtina y parte de la casa Santa Marta, donde están recluidos los cardenales.

Suzie Davies, diseñadora de producción, pudo hacerlo partiendo de un decorado de la Capilla Sixtina que existe en Cinecittà. Esta reconstrucción le ha merecido una nominación al Óscar como mejor diseño de producción. Ese interior del que partieron lo construyó Netflix para Los dos Papas (2019), protagonizado por Antony Hopkins como el papa Benedicto XVI y Jonathan Pryce, como el papa Francisco.

Sorprende, por lo novedoso, que en Cónclave el planteamiento esté referido al tema del poder dentro del Vaticano, y de las luchas internas que suceden durante el encierro al que se someten los cardenales para elegir un nuevo papa.

El guion de Cónclave sigue la novela del conocido escritor británico Robert Harris, quien se documentó en detalle de cómo son algunos de los movimientos internos que realizan los cardenales por la obtención del cargo de sumo pontífice. Su guionista, el talentoso dramaturgo Peter Straughan, hace una brillante adaptación de esta novela. De hecho, está nominado al Óscar como mejor guion adaptado. Y lo que hasta hace unos años era un secreto cercano al sacrilegio para quien lo develara, en la novela de Harris y en esta adaptación se convierte en un relato que muestra intrigas, alianzas y ataques entre los aspirantes al trono papal.

El otro aspecto estrechamente ligado a los ya mencionados está en relación con el trabajo de actores. La soberbia actuación de Ralph Fiennes, nominado para mejor actor, interpretando a un cardenal en plena crisis de fe, taciturno y abatido, y quien a su vez está a cargo de la elección del nuevo papa, es como siempre en él un despliegue de talento y actuación. Nominada también para el Óscar como mejor actriz de reparto se encuentra Isabella Rossellini, en su papel de la monja directora de toda la logística y administración que supone este particular evento.

Su director es el alemán Edward Berger, quien viene de ganar hace dos años varios Óscar con Sin novedad en el frente. De los grandes exteriores y dantescos parajes de las trincheras en plena guerra, llenos de muertos y cadáveres apilados que supo recrear en aquel filme sobre la primera guerra mundial, ahora se encuentra en los espacios cerrados de la Capilla Sixtina, con los lujosos hábitos de los cardenales –nominación a mejor diseño de vestuario-, y recorriendo otros ámbitos en que predomina el silencio y el recogimiento. Una gran labor, como siempre, en la dirección de sus películas y sorprende que no haya sido nominado para mejor director.

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