Inteligencia artificial, ¿amenaza para el cine?
28 Julio 2024 03:07 am

Inteligencia artificial, ¿amenaza para el cine?

La llegada de la inteligencia artificial también tendrá implicaciones muy grandes en el desarrollo del cine y de las artes audiovisuales en general. ¿Cuáles son los riesgos que se afrontan?

Por: Gustavo Valencia

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En julio de 2023, es decir, hace un año, comenzaba la huelga de actores de Hollywood que se extendería hasta principios de noviembre. O sea, tuvo una duración cercana a los cuatro meses. Casi nadie entendió el porqué de su duración, la prensa poco informó sobre el meollo del conflicto y todo el mundo se preguntó cuál podría ser la causa de que las negociaciones no avanzaran, en un gremio en el que sus famosos obtienen unos salarios supermillonarios y, por tanto, se tendía al equívoco de creer que era un problema de ambición y de lograr todavía aún más fabulosos ingresos.

Las partes enfrentadas eran el Sindicato de Actores de Cine, Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (Screen Actors Guild , American Federation of Television and Radio Artists, SAG-AFTRA, por su sigla en inglés), y la Alianza de Productores de Cine y Televisión (Association of Motion Picture and Television Producers (AMPTP), por su sigla en inglés), todopoderosa asociación que agrupa a las principales empresas de cine, plataformas y televisión, entre las que figuran Sony, Paramount, Universal, Warner; servicios de transmisión como Netflix, Disney, Apple Tv, y cadenas de televisión como ABC, CBS, Fox y WBC.

Se estaba discutiendo y defendiendo el gran problema que se cierne sobre sus afiliados respecto de lo que supone en el futuro inmediato la promocionada inteligencia artificial, puesto que, con su puesta en marcha, por ejemplo, las voces de los actores al ser grabadas y mezcladas con otros miles más, ya no son reconocibles como de alguien en particular y, por tanto, nadie podrá reclamar que es de determinada persona. Lo que significa, que salario y honorarios desaparecen de un solo tajo.

Aún más. Escanear el rostro y los datos biométricos del actor, como lo muestran ya un sinnúmero de películas de diversa índole, para fusionarlas con otros miles y generar actuaciones digitalmente, de tal forma que en ningún momento alguien pueda decir que ese es su rostro o su actuación. Por ende, no hay retribución económica y, dicho de forma más directa, desaparecen los actores, tal como hasta ahora el cine en sus ya más de 125 años de existencia ha conocido.

Esta huelga y la lucha del gremio vino a exponer de una forma clara y directa lo que hasta el momento se quería ocultar. Que el desarrollo inusitado y el uso indiscriminado de la actual tecnología, mal llamada IA, permite que muy pronto se pueda hacer un cine sin actores reales, sin director y sin creador musical. Todo falso y simulado. El guion también será IA, rastreando lo que más se vende en cuanto a argumentos, temáticas y géneros. Así será también la IA con la cámara, sus planos y enfoques, y lo que fue en pequeña escala La La Land, que era la copia de muchas tomas y secuencias de grandes películas, ahora es a gran escala y a nivel global, sin que se pueda rastrear su origen y nadie pueda alegar que esta es su película, su actuación, su guion o su partitura musical.

Con ello, los derechos de autor, ya de por sí bastante restringidos, al igual que los llamados derechos conexos como la originalidad, se eliminan de facto. Se acaban porque lo que desaparece, quien lo creyera, es el autor. Por tanto, suprimido el sujeto jurídico, lo demás es superfluo e irónicamente, se pueden dejar tal cual, pues en verdad ahora sí que son letra muerta. Esta es una etapa de rápida transición en la que no hay responsables para demandar, pero sí hay beneficiados: las grandes megaempresas que son las propietarias de las importantes productoras de cine mundial.

La ciencia es neutra mas no neutral, según se use y a quien favorezca. Sin salir del cine, la premiada Oppenheimer lo narró perfectamente. Un asunto es la fisión atómica y otro muy distinto, el uso que como bomba nuclear las potencias mundiales le puedan dar. De forma similar sucede con el poderoso avance de la tecnología eufemísticamente llamada IA. Estas grandes productoras internacionales de cine obviamente se encuentran muy interesadas en su aplicación, entre otras, por la increíble reducción de costos y, por tanto, un muy notorio aumento de las ganancias.

Esta huelga y la lucha del gremio vino a exponer de una forma clara y directa lo que hasta el momento se quería ocultar. Que el desarrollo inusitado y el uso indiscriminado de la actual tecnología, mal llamada IA, permite que muy pronto se pueda hacer un cine sin actores reales, sin director y sin creador musical.

Al respecto, muy explícito fue el director de Sony Pictures, Tony Vinciquerra, en una conferencia de inversores en Japón: “Buscaremos formas de utilizar la IA para producir películas para cine y televisión de manera más eficiente, utilizando principalmente la IA", como lo reportó The Hollywood Reporter el 30 de mayo pasado.

El reciente caso, sucedido en mayo de este año, ilustra en detalle lo planteado hasta el momento. Este ha tenido mucho despliegue, en especial, por parte de la prensa rosa. La conocida actriz Scarlett Johansson dijo que emprenderá acciones legales porque le han robado su voz, después de que ella se negó a concederle la licencia a la empresa OpenAI. Independiente de lo que suceda y del acuerdo al que lleguen, muestra lo que ya es la IA en manos de industrias como OpenAI, la poderosa organización comercial de investigación y aplicación de inteligencia artificial, creada en 2015 y que crece vertiginosamente. El año pasado recibió una inversión de 10.000 millones de dólares por parte de Microsoft. Astronómicas cifras que hablan de la danza de miles, de miles de millones de dólares que garantizan estas industrias dedicadas a la explotación y aplicación de esta tecnología a nivel mundial.

Detrás de las aparentes maravillas, en abstracto, que una gran mayoría alaba de la IA, ya se puede apreciar, en concreto, su aplicación real por parte de estas empresas. Así, también reina una zozobra y malestar general en otros gremios porque se entiende que no es solo en el cine, sino que también sucederá igual en las grandes cadenas informativas de la radio, prensa y televisión, como también en el terreno de los músicos y cantantes. Se supone, y con mucha razón, que muy pronto ellos también serán alcanzados y reemplazados por este despliegue y avance de la tecnología.

La humanidad se encuentra lejos de estar preparada para que la creatividad, la imaginación productiva, la generación de ideas, la inventiva y fantasía, como características propias de la razón humana sean reemplazadas por la IA. Lo más deprimente es que la inmensa mayoría no lo notará, ni le importará. Seguirá consumiendo lo que le den. La IA se escribe con mayúscula porque cada vez es más creciente, mientras que la inteligencia humana se escribe con minúscula porque cada vez es más reducida.

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