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Camila Osorio se despidió de París: así fue su histórica participación
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Reviva el partidazo de Camila Osorio en tercera ronda contra la número 9 del mundo, Danielle Collins.
Por: Redacción Cambio
El primer set fue, para Camila y para toda Colombia, un gran desconcierto: el 6-0 incontestable con el que nos dijo buenos días la estadounidense Danielle Collins pareció un aviso implacable de autoridad y jerarquía. Como si enfrentar a una Top 10 del mundo fuera, todavía, un salto al vacío para la cucuteña. La derecha precisa y profunda de Collins, su feroz juego de fondo, se mostraron como armas de “otro nivel”.
Pero Camila, que ya había probado en los dos partidos anteriores que su pasó por París lejos estaba de una mera iniciación en la élite, respiró profundo, reajustó su mundo interno y volvió a entregarse, confiada, en su tenis contestatario y con brío. Así ganó el segundo set, rozando lo perfecto: 6-4. ¡Había partido en París!
El tercer set, con el estadio lleno, el calor sofocante y la experiencia de Collins a flote, fue durísimo. La norteamericana apretó el acelerador de entrada y, a pura agresividad, le quebró dos veces el servicio a Osorio. La derrota parecía precipitarse rápida e inevitablemente. Hasta que el dolor en el cuerpo que sufre Collins –diagnosticada desde hace años con artritis– le pasó factura, la hizo llorar de impotencia y dolor y le permitió a la cucuteña, que nunca bajo los brazos, pensar en la remontada.
Que no pudo ser, pues la estrategia kamikaze que asumió Collins para cerrar el partido, temeraria y agresiva, buscando winners con derecha y con revés, a todo o a nada, le salió muy bien y le concedió, con justicia y con gracia, avanzar en sus últimos Juegos Olímpicos a cuarta ronda.
Osorio, que ayer había llorado de júbilo, hoy lo volvió a hacer por frustración. Tanto ella como todos los colombianos empezaron a sopesar la posibilidad de una medalla. La derrota, por lo igualado que fue el partido, vino con su veneno.
Sin embargo, rápidamente, Camila se dará cuenta de la gesta que logró en París, en donde igualó la mejor actuación de una colombiana en los Juegos (Fabiola Zuluaga en Atenas 2004). Y volverá, como hoy después del primer set, mejor y más fuerte. Lo más lindo está por venir.