El Real Madrid lo volvió a hacer: remontada en los últimos minutos contra el Manchester City

Todos los sabían: al Real Madrid hay que "matarlo" dos veces, tres veces, cien veces, un millón de veces. No hubo un espectador en el mundo que no pensara en la remontada en los últimos minutos como el desenlace inevitable del partido de este martes contra Manchester City. Partidazo palo a palo, ida y vuelta, frenesí y glamur.

Y así fue. En otro homenaje al pragmatismo y la jerarquía, con un gol de canilla de Mbappé y otro de Brahim después de un craso error de Ederson, el Real Madrid volvió a mostrarse como el gran campeón de Europa. Parece determinismo científico. Darwinismo. Teoría de lo inevitable. 

Nunca pierden la cabeza. Jamás pierden la fe. Van por la cancha, pase lo que pase, con la plena certeza de que van a ganar. La Champions League, como si hiciera falta corroborarlo, se juega como lo ordena el Real Madrid. 

¿Favorito? Obvio que sí.

La decadencia del City de Pep

Lo que terminó de dejar claro el partido de hoy, en la casa del Manchester City, es que la decadencia del equipo multicampeón de Premier League parece no tener remedio. Es la enésima vez que el equipo de Pep Guardiola deja que el resultado se le derrita en las manos. La jerarquía con la que dominó Inglaterra y Europa hace pocos meses parece haber entrado en extinción. 

Es muy difícil de explicar cómo un equipo que se antojó invencible mutó a un compilado de nervios, cortocircuitos, falta de jerarquía y depresión. El fútbol, como la vida, es cíclica. Y el Manchester City de Pep Guardiola está en luna menguante.