¿Qué es la Ruta de la Seda y qué países integran esta alianza internacional a la que Colombia podría entrar?

La Ruta de la Seda integra a decenas de países alrededor del mundo que buscan inversión china.

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño.

8 Mayo 2025 06:05 am

¿Qué es la Ruta de la Seda y qué países integran esta alianza internacional a la que Colombia podría entrar?

El presidente Gustavo Petro anunció que firmará un acuerdo de intención con China para que Colombia se sume a la Nueva Ruta de la Seda. Esta estrategia liderada por Pekín busca transformar el comercio mundial mediante infraestructura y conectividad en Asia, Europa, África y América Latina.

Por: Juan David Cano

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El presidente Gustavo Petro confirmó esta semana su intención de suscribir un acuerdo de intención con el gobierno chino para integrar a Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una propuesta geoestratégica liderada por China que busca cambiar el comercio internacional a través de inversiones masivas en infraestructura.

Petro, quien ya había abordado este tema durante su visita a China en octubre de 2023, explicó que aquella vez no se logró firmar el documento, pero que ahora espera concretarlo en el marco de su participación en el Foro China-CELAC. "Es un acuerdo de intención; los próximos gobiernos verán si de la intención se pasa a la realidad", dijo el mandatario.

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El presidente Petro expresó esta semana su intención de pertenecer a la Nueva Ruta de la Seda. Crédito: Colprensa.

Pero ¿qué es realmente la Ruta de la Seda moderna? ¿Qué papel juega China en esta iniciativa y qué implicaciones tendría para Colombia unirse a este proyecto?

Un megaproyecto con ambición global

La Ruta de la Seda contemporánea, oficialmente llamada Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), fue lanzada en 2013 por el presidente chino Xi Jinping. Inspirada en las rutas comerciales milenarias que conectaban a China con Europa y Medio Oriente desde la antigüedad, esta nueva versión busca tejer una red global de comercio, transporte y cooperación económica mediante grandes inversiones en infraestructura.

A través de corredores terrestres, marítimos y digitales, China pretende facilitar el movimiento de mercancías, capitales y tecnología entre Asia, Europa, África y, más recientemente, América Latina. El proyecto incluye la construcción y modernización de puertos, ferrocarriles, autopistas, aeropuertos y redes digitales que, en conjunto, apuntan a reducir barreras logísticas y fomentar el desarrollo económico en regiones estratégicas.

Unos orígenes históricos y una visión moderna

La idea de la Ruta de la Seda remite a las antiguas caravanas que, desde el siglo II a.C., unían a China con el resto del mundo conocido a través del comercio de seda, especias y otros bienes valiosos. Durante siglos, estas rutas terrestres y marítimas impulsaron el intercambio no solo económico, sino también cultural y religioso entre civilizaciones.

Con el paso del tiempo y el auge del comercio marítimo en la Edad Moderna, la ruta original fue decayendo. Sin embargo, la visión de Xi Jinping en el siglo XXI plantea su renacimiento, no como una mera réplica, sino como una estrategia moderna y multifacética de integración global.

La Nueva Ruta de la Seda se articula en dos ejes principales: la Franja Económica de la Ruta Terrestre, que conecta China con Asia Central y Europa, y la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI, que se extiende desde los puertos chinos hasta el sudeste asiático, África y el Mediterráneo. En la práctica, estas rutas se ramifican para cubrir vastas regiones y conectar zonas remotas con los centros industriales globales.

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Gustavo Petro y Xi Jing Ping en su primer encuentro oficial en 2023. Crédito: Mauricio Vélez - Presidencia de la República.

Los países que ya están en la Ruta

Desde su lanzamiento hace más de una década, la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha sumado a más de 140 países y 30 organizaciones internacionales, según datos oficiales de Pekín. En Asia, países como Kazajistán, Uzbekistán, India, Pakistán, Vietnam, Tailandia y Malasia son piezas clave. En Europa, destacan Italia y Grecia, mientras que en África participan economías como Egipto, Sudáfrica, Kenia y Nigeria.

En América Latina, ya son 21 las naciones que han firmado memorandos de entendimiento para unirse a la iniciativa. Entre ellas se encuentran Argentina, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Costa Rica y Cuba. En varios de estos países, los acuerdos se han traducido en inversiones tangibles como puertos, autopistas, parques industriales y redes digitales.

Colombia: ¿una puerta de entrada en América del Sur?

El eventual ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda tendría importantes implicaciones geoeconómicas. Con una posición estratégica entre el Pacífico y el Atlántico, el país podría convertirse en un nodo logístico clave para el tránsito de mercancías en el hemisferio occidental. Además, la modernización de infraestructura, como puertos, ferrocarriles y zonas francas, podría beneficiar sectores como el agrícola, minero e industrial, y evidentemente también a China.

Ventajas económicas y logísticas

Los beneficios de sumarse a la Ruta de la Seda son diversos. Uno de los principales es la mejora en la conectividad: al integrarse en corredores de transporte regional e intercontinental, Colombia podría reducir significativamente sus tiempos de tránsito y costos logísticos.

También se facilitaría el acceso a nuevos mercados emergentes, especialmente en Asia y África, donde la demanda de bienes agrícolas, energía y recursos naturales va en aumento. Asimismo, podría recibir mayor inversión extranjera directa, aprovechando los fondos de infraestructura que China ha canalizado.

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Colombia podría beneficiarse económica de esta alizana al abrir su mercado aún más. Crédito: Colprensa.

¿Y ahora qué sigue?

El acuerdo de intención que firmará Gustavo Petro no representa todavía una adhesión formal, pero marca un cambio en la política exterior colombiana hacia una mayor apertura con Asia. En los próximos meses o años podrían definirse los proyectos estratégicos que podrían incluirse bajo esta cooperación, así como los sectores priorizados por ambas partes.

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