Colombia se inunda de acero chino que pone en jaque a la industria local

En Colombia se consumen al año aproximadamente 3,5 millones de toneladas de acero.

Crédito: Colprensa

8 Abril 2024

Colombia se inunda de acero chino que pone en jaque a la industria local

Los productores locales llevan meses viendo cómo aumentan las importaciones de acero chino a bajos precios a Colombia y otros países de la región. El sector solicitó al gobierno tomar medidas como aranceles o salvaguardias para limitar la entrada de estos productos.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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Desde una olla, un cubierto o una lata de comida, pasando por bicicletas y automóviles, hasta maquinaria, contenedores y buques... Todos estos implementos están hechos con acero, uno de los materiales industriales más comunes en el mundo y un insumo fundamental en la construcción. El acero resulta de la aleación entre hierro y carbono, pero dadas las características del material, buena parte de la industria aprovecha la chatarra para producir más acero, pues el material permite su reciclaje múltiples veces. 

En las últimas semanas el sector siderúrgico ha levantado la voz pues asegura que el acero chino está inundando el mercado y a precios “desleales”, por debajo de lo que incluso vale producirlo, al punto que solicitaron al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo tomar medidas de defensa comercial para proteger a la industria nacional. 

En Colombia existen cinco siderúrgicas: Sidoc, Gerdau Diaco, Sidenal, Ternium y Paz del Río. Esta última es la única siderúrgica integrada del país, lo que quiere decir que su proceso parte desde la extracción de minerales como carbón, hierro y caliza para luego procesarlos industrialmente y producir acero. Las cinco empresas están agrupadas en el Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi. 

La invasión china que asusta a Latinoamérica

A nivel internacional el mayor productor de acero crudo es China, que tiene el 54 por ciento del mercado mundial, según cifras recogidas por la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero). El segundo puesto lo ocupa India, con apenas 7 por ciento del mercado, y el resto de los países tienen una participación marginal de un negocio que produjo en 2022 más de 1.900 millones de toneladas. 

Según Alacero, América Latina en conjunto produjo 63 millones de toneladas de acero bruto en 2022, y se consumieron 69,3 millones de toneladas de acero laminado. En un informe publicado recientemente, la asociación internacional aseguró que la industria está enfrentando una serie de desafíos que afectan su competitividad y sustentabilidad. 

“Las importaciones desleales que penetran cada vez más en la región, especialmente  desde China, con precios inferiores al costo, representan hoy una amenaza sin precedentes que requiere que como sector nos unamos para que tengamos una oportunidad de recuperar la industria siderúrgica en América Latina”, aseguró en el informe Gustavo Werneck, presidente de Alacero.

La magnitud del problema es tal que hace dos semanas la Compañía de Acero del Pacífico (CAP), una de las más importantes de Chile, paralizó sus operaciones en la siderúrgica Huachipato. La empresa argumentó que las importaciones chinas distorsionaron el mercado local y solicitaron al gobierno una sobretasa de 25 por ciento para el producto asiático. 

Las autoridades chilenas ya reconocieron la existencia de un caso de dumping, que es cuando un producto ingresa a un mercado con un precio inferior a su valor normal lo que dificulta a la industria local competir. La Organización Mundial de Comercio (OMC) cataloga estas prácticas como casos de competencia desleal. El gobierno chileno propuso una sobretasa de 15 por ciento pero la empresa insiste en que es muy baja. Mientras tanto, la siderúrgica sigue apagada y 22.000 empleos están en riesgo en ese país. 

La industria brasileña también ha sufrido por cuenta de los aceros chinos. Desde el año pasado empresas como Gerdau, ArcelorMittal y la Companhia Siderúrgica Nacional (CSN) han pedido al gobierno establecer mecanismos de protección comercial. Gerdau, por ejemplo, despidió a finales de febrero a 100 trabajadores de su planta de Pindamonhangaba, en el estado de São Paulo, y argumentó que “no es posible mantener los niveles de producción sin tomar medidas de producción”. Justamente esta semana el gobierno brasileño anunció la apertura de una investigación para determinar si hay competencia desleal en las exportaciones chinas de acero hacia Brasil.   

¿Y en Colombia cómo estamos?

“Algo similar ocurre en Colombia, donde el acero proveniente de China y Rusia ingresa con precios distorsionados que no reflejan el costo de los insumos de su producción, incurriendo en comercio desleal”, aseguró a CAMBIO Daniel Rey, director del Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi. El Comité fue quien solicitó al gobierno evaluar medidas de defensa comercial para el sector. 

Según Rey, la industria nacional quiere evitar en Colombia “una debacle como la que está viviendo Chile”, y aunque no es un problema exclusivo de Colombia, Rey asegura que la competencia desleal es una práctica que cada vez es más común en la industria. El Comité Colombiano de Productores de Acero asegura que este sector le genera ingresos a 50.000 hogares y paga más de 600.000 millones de pesos anuales al país. “No tiene sentido poner en riesgo un sector que, además, es clave en la estrategia de reindustrialización del país”, reclama Rey.

Fabio Galán Sánchez, presidente de Acerías Paz del Río, le comentó a este medio que Colombia está experimentando un ingreso masivo de aceros largos, principalmente alambrón, y de acero para concreto procedente de países con los que Colombia no tiene acuerdos de libre comercio.

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América Latina en conjunto produjo 63 millones de toneladas de acero bruto en 2022. Crédito: Freepik

“Es una clara competencia desleal. Llevamos dos años soportando esta situación, con diferenciales de precio muy altos que nos han obligado a sacrificar nuestro margen. Lo que está en juego, más que una industria, una empresa o un sector, es la generación de empleo local”, indicó Rey. La empresa genera 7.000 puestos de trabajo de manera directa y se estima que alrededor de 14.000 familias viven de las actividades y negocios que soportan la cadena de suministros de Paz del Río. 

El presidente de Acerías Paz del Río aseguró que desde noviembre del año pasado vienen solicitando la imposición de salvaguardias arancelarias para los países con los que Colombia no tiene acuerdos de libre comercio y que lo que se busca con esa petición es que se equilibre la cancha usando las herramientas legales.

“No estamos pidiendo proteccionismo ni nos oponemos a las importaciones. Somos un país que promueve el libre comercio. Lo único que estamos pidiendo son garantías para competir de manera justa y sin sufrir competencia desleal por parte de actores con los que Colombia no tiene acuerdos de libre comercio”, sostuvo.

No es la primera vez que el acero chino pone en problemas a Colombia y a la región


El poder de los chinos en el mercado internacional del acero explicó en buena medida la guerra comercial de 2018 y 2019, cuando Donald Trump trató de frenar con aranceles el ingreso a Estados Unidos de las importaciones de acero y aluminio provenientes de ese país. Como no podían entrar los chinos buscaron otros mercados para su acero, entre esos Colombia.

Las importaciones del metal subieron 65 por ciento en 2018, y los productos entraban a un precio mucho más bajo que el nacional, por lo que en 2019 el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo impuso, por el término de dos años, una medida de salvaguardia -una limitación temporal de las importaciones- a las barras de hierro o acero corrugadas. 

¿Es momento de tomar medidas? 

CAMBIO consultó con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo sobre la petición de la industria. La cartera reiteró que uno de los objetivos de las políticas de reindustrialización y de internalización trazadas por el gobierno de Gustavo Petro es “promover e impulsar la producción nacional, la inversión y los encadenamientos productivos”.  

Según el Ministerio, en la actualidad se están adelantando dos investigaciones en respuesta a las solicitudes que hizo el sector productivo nacional de medidas de salvaguardia a las importaciones de alambrón de hierro o acero sin alear y a las de barras de hierro o acero corrugado. 

“Las medidas de defensa comercial las pueden solicitar los productores nacionales o gremio que agrupe los productores, representativos del respectivo sector, a partir de la cual el área técnica del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo inicia un proceso de investigación para establecer si efectivamente hay afectación a la industria nacional y el grado de la misma”, explicó la entidad. 

Una vez se tengan los resultados de estas investigaciones, se someten al Comité de Asuntos Arancelarios y Aduaneros (Triple A), un órgano interinstitucional y técnico encargado de hacer las recomendaciones que considere pertinentes al gobierno. 

Según Mincomercio, en la actualidad hay vigentes cinco derechos antidumping a importaciones hechas, principalmente, desde China. Estos aplican a los siguientes productos de acero: tubos no inoxidables de entubación (casing) y de producción (tubing); tubos de acero sin soldadura o soldados de los que se usan en oleoductos; perfiles de acero aleados y sin alear; cables de acero, torón galvanizado y torón para concreto preesforzado y a lavaplatos de acero inoxidable.

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Camacero alertó sobre el impacto en productos como los alambres. Crédito: Freepik

Pero no toda la industria está en la misma página. La Cámara Colombiana del Acero (Camacero) es otro gremio del sector. Este agrupa a 176 empresas de diferentes niveles, las que transforman los aceros, las que comercializan, también empresas de logística y puertos.

Según David Barros, director ejecutivo de Camacero, hay dos problemas con la petición de los productores pues se está pidiendo un arancel muy alto para el alambrón, que pasaría de 5 por ciento a alrededor de 25 por ciento, y no se le aplicaría al producto terminado, los alambres, que hoy tienen un arancel de 10 por ciento, lo que afectaría al resto de la cadena. 

“Un arancel muy alto genera una protección negativa, cuando se aumenta un arancel a la materia prima, pero no el del producto que es el alambre, lo que puede pasar es que se encarezca la manufactura local y resulte más barato el producto importado”, dice. Según Barros, esto podría generar el cierre de plantas transformadoras y afectar empleos en toda la cadena de valor. 

“Si se aumenta el arancel del alambrón, se va a empezar a importar el alambre. Cálculos que hemos hecho en Camacero nos muestran que tan solo en la construcción eso aumentaría en 10 por ciento el costo de la vivienda de interés social. Y eso pone en peligro la reactivación. A los campesinos se les van a subir los precios de productos a base de alambre. Son muchos los usos cotidianos”, dijo. 

Barros advierte también que la situación de los aceros chinos es un caso de dumping, y que se necesitan medidas para equiparar la cancha, porque Colombia necesita importar igualmente. Según Camacero, el país consume aproximadamente 3,5 millones de toneladas de acero, donde 1,4 millones son producción local y poco más de 2 millones de toneladas se tienen que importar. 

Por eso el director de Camacero reiteró la necesidad de una política industrial clara que proteja a todo el encadenamiento productivo, porque de otra manera, las empresas comercializadoras, transformadoras y los mismos distribuidores se verán afectados. 

La guerra contra los productos chinos de bajo precio, y menor calidad según los representantes del sector, no es fácil. Tampoco es un asunto blanco o negro. Por ahora falta ver qué decisiones toma el gobierno para mitigar el impacto de los aceros chinos que tienen asustados a las siderúrgicas y a todo el sector del acero. 

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