"Difiero del Gobierno y los gremios en que hay que implementar un plan de choque": Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo

Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo.

Crédito: Fedesarrollo

25 Octubre 2023

"Difiero del Gobierno y los gremios en que hay que implementar un plan de choque": Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo

Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, conversó con CAMBIO sobre las medidas para atajar la inflación y sobre por qué no es necesario dar un impulso al crecimiento en este momento. Cuestionó el nivel de gasto que tiene la economía hoy y las mayores presiones que traerían las reformas sociales.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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El centro de estudios económicos Fedesarrollo nació en 1970, y desde entonces el centro de investigación ha servido como un punto de información para la construcción de políticas públicas en Colombia. Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, conversó con CAMBIO sobre el plan de choque que proponen algunos gremios para impulsar la economía, el manejo de la inflación, el nivel de gasto de la economía y el impacto de las reformas que  está impulsando el Gobierno. 

CAMBIO: ¿Cuáles son las expectativas de Fedesarrollo para el cierre de 2023?

Luis Fernando Mejía: Esta desaceleración de la economía colombiana era completamente esperada. Cuando en Fedesarrollo publicamos en el último trimestre del año pasado nuestra prospectiva para este 2023, nuestro pronóstico de crecimiento para este año era 1,5 por ciento. No lo hemos modificado, y muy seguramente el crecimiento del PIB este año va a estar en línea con nuestro dato. 

Tenemos una desaceleración producto de dos factores. El primero es un efecto base muy importante: dos tasas de crecimiento bien altas, por encima del 11 por ciento en el 2021 y por encima del 7 por ciento en 2022. Eso jugó en contra para este año.  Por otro lado, están los efectos del apretón en la política monetaria, una tasa de interés que está en un nivel de 13,25 por ciento. Por eso sabíamos que iba a disminuir el crecimiento de la demanda agregada, como en efecto ha ocurrido.  

"¿Vale la pena discutir la necesidad de hacer una política contra cíclica cuando la política monetaria justamente lo que quería es que la economía entrara en una fase de ralentización económica?".

CAMBIO: El Gobierno ha hablado de la importancia de un plan de reactivación. ¿Cuál puede ser esa fórmula para ayudar al crecimiento? 

L.F.M.: ¿Vale la pena discutir la necesidad de hacer una política contra cíclica cuando la política monetaria justamente lo que quería es que la economía entrara en una fase de ralentización económica? Desde el año pasado todos los analistas esperábamos que la economía se desacelerara producto del apretón de la política monetaria. El crecimiento que tuvimos en 2021 y 2022 era insostenible, y eso generó, entre otras cosas, unas presiones a la inflación que continúan

Yo difiero de la posición que han adoptado el Gobierno y los gremios diciendo que hay que implementar un plan de choque. Lo que estamos viendo es una política que era absolutamente necesaria para evitar que continuaran las presiones inflacionarias que se han mantenido en 2023.  
Un plan de choque para esta desaceleración creo que no es una buena idea porque, ratifico, era algo que estaba buscando justamente la política monetaria.

CAMBIO: La inflación está en 10,99 por ciento, un dato que sigue alto. ¿Es manejable esta cifra para la economía colombiana?

L.F.M.: La tasa de inflación sigue siendo bastante más alta que el rango meta del Banco la República, que es entre el 2 y el 4 por ciento, así que no hemos resuelto el problema en Colombia y eso se ve claramente en las comparaciones con América Latina. La gran mayoría de países en la región, exceptuando a Argentina, ya tienen inflaciones debajo del 6 por ciento.

Algunos han solicitado que el Banco reduzca su tasa de interés como ha sucedido en otros países, pero vale la pena hacer la observación de que esos países que han reducido sus tasas tienen inflaciones que son la mitad de la que tenemos actualmente en Colombia

CAMBIO:  Además de la inflación, ¿Cuáles son los principales desafíos económicos que tiene el Gobierno? 

L.F.M.: La alta inflación sigue siendo un tema de mucho cuidado y un problema que no ha resuelto Colombia. El país tiene mecanismos de indexación que le generan cierta persistencia a la alta inflación y hay que tener mucho cuidado con este tema. No hay que olvidar que la inflación es tal vez el impuesto más regresivo, quienes más se ven afectados son justamente los hogares de ingresos más bajos. 

Otro punto es la caída en la inversión, que está cerca de 4 por ciento, por debajo de los niveles observados en el 2019. Ahí la inversión privada no ha tenido una dinámica interesante, y en la medida en que no levante cabeza, va a ser muy difícil que se acelere el crecimiento económico a partir del próximo año. El desempeño de la inversión pública también sigue siendo muy flojo y limitado

Finalmente está el déficit fiscal. El ajuste del déficit sigue siendo muy lento. El nivel programado de gasto público para el 2024, en términos de gasto primario, es el más alto de la historia y eso se viene reflejando unas primas de riesgo en nuestro país que siguen estando altas en términos relativos. 

CAMBIO: ¿Qué tan alto está ese gasto?

L.F.M.: En términos nominales el gasto público crece todos los años. El gasto público siempre hay que normalizarlo por el tamaño de la economía, y como porcentaje del producto interno bruto el gasto primario el próximo año va a ser de 20,5 por ciento del PIB, el más alto de nuestra historia. El segundo más alto fue el que tuvimos en el 2020, que fue de 20 puntos del PIB, pero ese año estábamos en una pandemia. Ahora estamos en condiciones normales y eso muestra que tenemos una cifra de gasto bastante alta, muy por encima de lo que ha sido históricamente.

CAMBIO:  Una de las críticas que ha recibido el Gobierno es el aumento de gasto que traerían las reformas. ¿Qué tanto pueden impactar el costo fiscal de estos proyectos? 

L.F.M.: Hay que separar dos reformas que podrían tener un impacto fiscal muy grande: la de salud y la pensional. En la reforma de salud, el propio Ministerio de Hacienda ha puesto sobre la mesa que es una reforma con un impacto considerable, en un contexto en que el ajuste fiscal ha sido muy lento, y, por ende, el espacio fiscal es muy limitado.

Más allá de las preocupaciones de fondo sobre la reforma, frente a un cambio bastante radical de un modelo que ha sido relativamente exitoso en la prestación del servicio de salud mixta, público-privada, también están en el análisis los impactos fiscales. Nosotros no hemos hecho cálculos directos, entonces nos suscribimos a lo que en su momento dijo el Ministerio de Hacienda. 

En la reforma pensional nuestros cálculos muestran un impacto del valor presente de los flujos netos del sistema de protección a la vejez, no solo en el componente pensional sino también en el subsidiado, que implicaba un aumento de 64 puntos del PIB en esos valores, equivalentes en proporción a una especie de deuda pública. 

La preocupación más de fondo está en el umbral de tres salarios mínimos sobre ese costo fiscal. Para lograr reducir ese impacto, lo que hemos propuesto es reducir ese umbral a la mitad, a 1,5 salarios mínimos, lo cual podría mitigar el impacto fiscal de la reforma, y daría un proyecto mucho más compatible con el espacio fiscal que tiene Colombia actualmente. En la medida en que el Congreso de la República, con el aval del Gobierno, pueda discutir una reducción del umbral, se podría darle un poco más de viabilidad a la reforma, no solo técnica, sino también política. 

CAMBIO: ¿Si no tiene un impacto fiscal, qué impacto tiene entonces la reforma laboral?

L.F.M.: La reforma laboral realmente no tiene ningún impacto fiscal, porque reforma es el funcionamiento del mercado laboral. Por su naturaleza, cambia la regulación, aumenta la protección de los empleados formales a través de un aumento en los costos de despido y un aumento en los costos de contratación del empleo formal. Nuestra preocupación en este sentido no es en términos fiscales, puede haber efectos indirectos, sí, pero puede tener efectos en términos de destrucción del empleo formal y en el crecimiento económico. Con todo esto sí podría haber posteriormente un impacto fiscal. 

Si bien la reforma laboral tiene un objetivo loable de mejorar la remuneración y protección de los empleados formales actuales, en la práctica va a generar una consecuencia indeseada de aumentos en los costos de contratación del empleo formal, lo que va a destruir empleo formal. Para las mipymes cumplir con los nuevos requisitos de la reforma laboral va a ser muy difícil, y seguramente veremos un aumento en el empleo informal. Y en el caso de las empresas grandes, que probablemente tienen el músculo financiero para pagar los nuevos costos, lo que se generará es un incentivo muy importante hacia la automatización

CAMBIO: ¿Cuál podría ser ese impacto en el empleo? 

L.F.M.: Con la última versión de la reforma laboral nuestros cálculos nos están dando 306.000 empleos formales perdidos, es más o menos reversar casi en un 20 por ciento las ganancias de empleo que se vieron con la reforma laboral-tributaria del 2002. Son más de 300.000 empleos formales perdidos. 

CAMBIO: ¿Qué aspectos considera positivos de la reforma laboral? 

L.F.M.: Algo positivo es lo que se está planteando para los trabajadores vinculados a plataformas digitales. En Fedesarrollo hicimos un estudio hace unos años en el que estimamos que había unos 150.000 colaboradores trabajando en plataformas digitales. 

A diferencia de la versión inicial del proyecto, que era bastante draconiana y obligaba a las plataformas digitales a contratar a los colaboradores que estaban en la plataforma, en esta versión se permite un carácter independiente autónomo, y se le da una obligación a las empresas para que aporten el 60 por ciento de los aportes a seguridad social de esos trabajadores autónomos. 

También se está permitiendo que los micronegocios puedan hacer pagos a la seguridad social en tiempo parcial, eso permite la inclusión formal y productiva de una gran cantidad de ocupados que hoy en día están en la informalidad. Creo que eso es lo más importante y positivo. 

Y en términos de lo que nos preocupa está todo lo demás. 

CAMBIO: Fedesarrollo viene hablando de esto desde hace varios meses. ¿El Gobierno los ha escuchado o ha tomado en cuenta estos análisis?

L.F.M.: Nosotros hemos tenido la oportunidad de participar en varios espacios, no directamente con el Gobierno, pero sí en varias audiencias públicas que ha convocado el Congreso de la República. También hemos enviado nuestros documentos y presentaciones tanto al Ministerio de Trabajo como al Ministerio de Hacienda.

Valoramos esos espacios y apreciamos esa disposición a escuchar por parte del Congreso, pero ojalá pues estas alertas y llamados que estamos haciendo se vean reflejados en las discusiones que se van a ver en las próximas semanas.

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