El Banco de la República también tiene los ojos puestos en las tarifas de energía eléctrica
Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño
Por cuenta de la inflación del año pasado, el precio del dólar y los costos de producción, la inflación de regulados como los combustibles y la electricidad sería más alta de lo esperado.
El informe trimestral de política monetaria del Banco de la República actualizó sus proyecciones de inflación y sus indicadores base, entre ellos la inflación de regulados, es decir, aquellos bienes y servicios en los que el Estado interviene para definir la tarifa, como los combustibles y la electricidad.
En la actualización de pronósticos para 2023 y 2024, el equipo técnico del emisor espera que la inflación de este grupo de servicios sea más alta por cuenta del precio del dólar, los mayores costos de producción y el arrastre de una inflación el año pasado, que también resultó más alta de lo esperado inicialmente. Los servicios que conforman el grupo son:
- Suministro de agua.
- Recogida de basuras.
- Alcantarillado.
- Electricidad.
- Gas natural.
- Combustible para vehículos.
- Gastos reglamentarios relacionados con la propiedad, manejo y alquiler de vehículos.
- Transporte urbano (incluye tren y metro).
- Educación preescolar, básica primaria y secundaria.
- Cuotas moderadoras a EPS.
- Certificados, documentos administrativos y pago de honorarios.
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El Banco de la República calcula un promedio de inflación de 11,5 por ciento para este grupo en 2023, y de 5,3 por ciento en 2024. Todo esto, si se cumple el pronóstico de que la inflación comience a ceder a partir del segundo trimestre de 2023.
Dentro del grupo, hay tres renglones a los que el Banco de la República les presta especial atención: electricidad, gas natural y combustible de vehículos.
El emisor advierte que “la evolución del IPC de regulados seguiría sometida a importantes presiones alcistas a causa de la indexación en 2023 y dependería en buena parte de las decisiones que tomen las autoridades sobre el precio de los combustibles y de la energía eléctrica”.
Sobre los combustibles, desde 2022 el Gobierno ha dicho que los incrementos en el precio dependerán de la evolución de la inflación, con el objetivo de no afectar demasiado el precio de los alimentos, que fueron los principales impulsores del costo de vida el año pasado. En efecto, luego de un incremento de 400 pesos en enero, para el segundo mes de 2023 el Gobierno anunció una subida de apenas 250 pesos en el precio de la gasolina.
Las cuentas de la energía
En el campo eléctrico el panorama es diferente. En octubre de 2022 la inflación de energía eléctrica en Colombia llegó a su punto más alto: 28,53 por ciento, una cifra que no se veía desde el 28,40 por ciento reportado en noviembre de 2000.
Un mes antes, en septiembre, el Gobierno había anunciado el inicio de un Pacto de Justicia Tarifaria para reducir las tarifas de energía eléctrica, que empezaron a subir en 2021 y que en agosto habían generado hasta protestas en algunas ciudades del Caribe por incrementos de entre 40 y 50 por ciento.
Pero las medidas surtieron efecto solo en noviembre, cuando el precio de la energía eléctrica disminuyó 1,14 por ciento. En diciembre, la disminución fue de 0,84 por ciento, según los cálculos del Banco de la República.
Pese a la renegociación de los contratos de venta de energía eléctrica entre las empresas del sector, y a las modificaciones a la fórmula con la que se calcula la tarifa en la energía eléctrica, al Gobierno le parecen insuficientes las medidas y el presidente Petro se prepara para tomar por cuenta propia la función de definir en cuánto deberían subir o bajar los precios de la energía eléctrica, tras argumentar que existe especulación en el mercado.
¿Por qué subió el precio de la electricidad?
En uno de sus anexos, el informe de política monetaria del Banco de la República explica que si bien es cierto que los embalses de las generadoras hidroeléctricas están llenos por el fenómeno de La Niña y la mayoría de la energía eléctrica en Colombia es hidráulica, el efecto de esta abundancia hídrica no es suficiente para contener la subida de las tarifas.
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La razón es que, al mismo tiempo, aumentó la participación de energía generada por termoeléctricas que trabajan a base de gas natural y carbón, cuyos precios incrementaron notablemente en 2022 por cuenta del conflicto entre Rusia y Ucrania, que elevó el precio de estas materias primas, claves para mover a toda Europa.
“En diciembre de 2022 la generación de electricidad en Colombia fue mayoritariamente hidráulica (76,9 por ciento), y en menor medida térmica (14,2 por ciento) y de otras fuentes (8,9 por ciento)”, destaca el documento.
“Adicionalmente, las inversiones por ampliación de la cobertura y mejoramiento de redes en algunas ciudades, así como el cambio de la matriz energética por energía limpias (eólica y solar), son inversiones que se remuneran dentro del costo unitario de la prestación del servicio e impulsan al alza las tarifas de la energía eléctrica”, añaden los expertos del Banco de la República.
En el caso de la Región Caribe, también se suman las inversiones de las nuevas empresas para recuperar las redes en las que por años Electricaribe no invirtió, más los trabajos de actualización del servicio eléctrico y los pagos por pérdidas técnicas y no técnicas, como las conexiones ilegales.
Además, el mercado de la energía eléctrica funciona con contratos futuros, lo que significa que la incertidumbre sobre la entrada en funcionamiento a tiempo de ciertos proyectos de generación y transmisión de energía, así como la posibilidad de un cambio en las condiciones climáticas, también han cumplido su parte sobre el valor del kilovatio por hora en la bolsa de energía.