El pulso en el gobierno para atajar los precios de los combustibles

El domingo 7 de mayo, por primera vez desde que asumió el cargo, el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla tuvo que salir a bajarles el tono a las declaraciones de su compañera de Energía, Irene Vélez. Esta vez, la ministra aseguró desde Portugal que el gobierno está estudiando formas de cambiar la fórmula de cálculo para los precios de los combustibles y que eso podría llevar incluso a que el precio baje. 

La ministra Vélez propuso un cambio en la fórmula con la que se calcula el precio interno del diésel y la gasolina, la base del mecanismo que le permite al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) suavizar las subidas y bajadas de precios en el mercado local y ahorrar cuando el precio internacional es más bajo que el interno, para desahorrar cuando la situación es la contraria. 

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Vélez dijo que, por ejemplo, está evaluando que el precio de referencia no sea el internacional pues eso, le parece, “no tiene sentido” si Colombia produce su propia gasolina. Otra de sus ideas es aplicar precios diferenciales para afectar menos a quienes tienen menos recursos. 

Horas más tarde, los ministerios de Hacienda y de Minas y Energía emitieron un comunicado conjunto en el que dicen que, efectivamente, están revisando la fórmula de cálculo de los precios de la gasolina y del diésel en mesas técnicas de las que también participan representantes de Ecopetrol, para “contribuir de manera fiscalmente responsable a la gradualidad del proceso de la mano de una estrategia transparente en el manejo de precios de los subsidios de los combustibles y el costo de oportunidad de proveer el mercado nacional”.

En el documento, los ministerios recuerdan que el gobierno avanza en su estrategia de subir los precios de la gasolina para reducir el déficit potencial de este año en el FEPC, que según las cuentas del Ministerio de Hacienda podría ser de 22 billones de pesos, cerca de 15 billones menos que los 37 billones de pesos faltantes que registró el fondo en 2022 y de los cuales ya se pagaron casi 9 billones de pesos. 

Pero también reconocen que la razón por la que se le paga a Ecopetrol el precio internacional de los combustibles –y por la que se utiliza dicha referencia en la fórmula de cálculo del precio interno– es que se debe reconocer la oportunidad de mercado a la empresa estatal. 

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Es decir, por el bien financiero de Ecopetrol –y de la Nación, que recibe la mayoría de sus dividendos–, el país necesita reconocerle a la compañía el ingreso que se estaría perdiendo si en lugar de vender su gasolina en el mundo a “full precio”, le vende a Colombia a un valor más bajo. 

Las alternativas

Vélez también dijo en Portugal que están evaluando otras opciones para el cobro del combustible, como cobrar tarifas diferenciales según el nivel de ingreso del comprador. 

Otra alternativa, según el comunicado de los ministerios, es cobrar los combustibles a la tarifa plena según el estándar internacional y más bien pagar un subsidio a los hogares más afectados por este cambio. Es decir, reemplazar un subsidio por otro, pero en un sistema que no le asigne los mismos recursos a quienes más ingresos tienen que a los más vulnerables del país. 

Los ministerios de Hacienda y de Minas y Energía aseguraron que “las propuestas que emerjan de la mesa estarán enfocadas en atenuar los efectos en la población de los percentiles de menores ingresos”.