La energía nuclear aporta alrededor del 10 por ciento de la generación energética global.
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Energía nuclear en Colombia: ¿Por qué no?
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Mientras varios países del mundo y la región están aprovechando las tecnologías nucleares, en Colombia no se tiene siquiera una ley que permita impulsar su desarrollo. ¿Tiene futuro este tipo de energía en Colombia?
“Ojalá Homero Simpson hubiera trabajado en una hidroeléctrica y no en una planta nuclear”, asegura Camilo Prieto, embajador para Colombia del Instituto Mundial de Seguridad Nuclear.
Colombia cuenta con un reactor nuclear desde hace cerca de 60 años, pero nunca ha desarrollado una industria alrededor de la energía nuclear. Ante las necesidades de fuentes de energía distintas de los hidrocarburos, la energía nuclear ha vuelto a aparecer en las conversaciones. Incluso, hay en marcha un proyecto de ley nuclear, que llegará al Congreso proximamente.
Según Prieto, una de las mayores limitantes que tiene el desarrollo de la energía nuclear es la mala fama. En el imaginario colectivo no se olvida el accidente de la central nuclear de Chernobyl (Ucrania) en 1986, o el accidente nuclear en Fukushima (Japón), en 2011.
Sin embargo, muchos han sido los avances en seguridad desde aquel 1986, cuando, según Prieto, sucedió en Chernobyl "todo lo que no se debe hacer en una central nuclear". El mal manejo de la planta propició explosiones con altos niveles de radioactividad que llevaron a despejar para siempre un radio de 30 kilómetros alrededor de la planta. Las Naciones Unidas calculan que 8,4 millones de personas de tres países (Bielorrusia, Ucrania y Rusia) fueron expuestos a radiación.
El accidente de Fukushima, por su parte, ocurrió por un factor externo: un terremoto de 9,0 grados.
Sin menospreciar estos desastres, Prieto considera que se trata de dos casos puntuales y que las tecnologías que tenían estas plantas no son las que operan actualmente en el mundo, mucho más seguras.
La energía nuclear es responsable de generar el 10,4 por ciento de la energía global; también, es una de las alternativas que menos emisiones de carbono genera, lo que la convierte en una oportunidad para varios países, en su proceso de transición energética hacia economías descarbonizadas, una de las apuestas que hoy tiene Colombia.
¿Por qué el mundo sigue utilizando energía nuclear?
La energía nuclear es aquella contenida en el núcleo de un átomo y mantiene unidos a los neutrones y protones. Esta energía se puede utilizar para producir electricidad, pero primero debe ser liberada, ya sea por un proceso de fusión nuclear (por la unión de los núcleos de los átomos) o de fisión nuclear (cuando se separan los núcleos). La primera es la forma en la que el sol produce energía; la segunda es la manera en que lo hacen las centrales nucleares.
El mundo está avanzando hacia una transición energética sostenible, y uno de los grandes acuerdos que ha alcanzado la comunidad internacional es que se debe aumentar el porcentaje de electrificación en la matriz energética global, que hoy es del 18 por ciento.
Para los expertos, la mejor alternativa es construir un sistema híbrido –o una canasta energética– de bajas emisiones. “Para producir 1 GWh de electricidad con carbón, se liberan 820 toneladas de CO2; con gas, se liberan 490 toneladas; con energía solar, 5 toneladas; eólica, 4 toneladas; nuclear, solo 3 toneladas. Hay una distancia enorme entre lo que son las tecnologías de bajas emisiones y los fósiles en términos de emisiones de CO2”, explica Prieto. Por ello, por ejemplo, la Unión Europea determinó que la energía nuclear debe ser considerada un energético de transición.
No existen las fuentes energéticas perfectas. Las energías renovables como el sol y el aire son estacionales y dependen de condiciones atmosféricas; la energía nuclear tiene otros limitantes, como el elevado costo de generación o el costo por kilovatio hora (KWh).
Colombia es un país rico en fuentes de energía hidroeléctrica. El 84 por ciento de la energía del país se genera a partir del agua, lo que le ha permitido apoyarse en esta energía antes que en otras.
“No es que seamos un país flojo, sino que no hemos necesitado desarrollar la energía nuclear. Pero el mundo está apostando hacia la electrificación y reducir los combustibles fósiles, y ahí podría entrar esta energía. El gas es necesario en esta transición, pero llegará un momento en que, para soltar los combustibles fósiles, vamos a necesitar más energía en firme y el energético con el mayor factor de planta, o con la capacidad de producir más energía estable, es la energía nuclear”, explica el experto.
El país está comenzando a dar la discusión en torno a la energía nuclear. Hace dos décadas, por ejemplo, el costo de la energía solar y la eólica era mucho más alto que el actual. Lo mismo está sucediendo en la industria nuclear, que ha ido pasando de grandes reactores hechos a la medida de las ciudades a desarrollar reactores más pequeños y modulares.
Tan solo entre China y Estados Unidos se están planeando más de 400 proyectos en los próximos 15 años, y se espera que esto abarate los costos. “Otro beneficio muy importante es que la energía nuclear permite que la generación de energía sea altamente eficiente. Si bien es una inversión costosa, los beneficios a largo plazo podrían ser enormes”, dice.
¿Qué potencial tiene Colombia en energía nuclear?
Colombia ha mirado la energía nuclear de soslayo. El único reactor nuclear se instaló hace casi 60 años, en 1965, gracias a una donación de Estados Unidos a Colombia durante el Gobierno de Guillermo León Valencia.
El objetivo de este reactor era contribuir en investigación científica a sectores como la agricultura, la salud, la geología, y la industria. Hasta 1990, el reactor se utilizó para irradiar muestras de uranio y para producir radioisótopos (materiales radiactivos) con aplicación en agricultura, procesos industriales y estudios hidrológicos y de minerales.
En sus primeras décadas, el reactor estuvo en manos del Instituto de Ciencias Nucleares y Energías Alternativas (Inea). Cuando se liquidó la entidad, en la década de los noventa, pasó al Servicio Geológico Colombiano (SGC), y en la actualidad se utiliza para realizar estudios geocientíficos.
Según el Servicio Geológico, el potencial que tiene el reactor de generar energía nuclear para el país es “ninguno”. La potencia del reactor es baja, opera a 30 kilovatios (kW) y su instalación no funciona para generar energía eléctrica.
Santiago Arango Aramburo, profesor de la facultad de Minas de la Sede Medellín de la Universidad Nacional de Colombia, reconoce que la energía nuclear podría ser una oportunidad en un escenario de transición energética. Sin embargo, asegura que sería algo “a muy largo plazo, sobre todo con las tecnologías actuales y las capacidades limitadas que se tienen”.
Además, señala el experto, en Colombia no es clara la reglamentación y hay dificultades técnicas para las licencias ambientales. El principio de precaución hace que sea mucho más demorado o quizás imposible.
Según Arango, los altos costos de esta energía, así como la disponibilidad de otras fuentes de energía que hoy son dominantes en Colombia han limitado el desarrollo de la generación nuclear. “Esta sigue siendo mucho más costosa, sobre todo cuando tenemos una energía hidráulica relativamente barata y unos costos nivelados de eólica y solar cada vez más competitivos. La curva de aprendizaje ha llevado a reducción de costos en estas tecnologías, y la nuclear no ha experimentado esto en los últimos años”.
En el Plan Energético Nacional 2022-2052 de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) se contempla la implementación de generación nuclear en “escenarios de inflexión y disrrupción, en respuesta “al crecimiento de la electrificación de la demanda y la necesidad de expandir la capacidad de generación a partir de fuentes con bajas emisiones”.
Esta hoja de ruta energética estima que hacia 2038 el país podría contar con un marco normativo que establezca los criterios y requisitos económicos, ambientales y sociales para la incorporación de una fuente nuclear a la matriz energética. La idea sería empezar con la implementación progresiva de reactores modulares pequeños.
“Se estima que la generación nuclear se incorporará a la matriz energética con un total de 1.884 MW, siguiendo la trayectoria que tienen en la región países como Argentina, Brasil o México”, indica el Plan Energético Nacional.
Sin embargo, para pasar de un plan en papel a generación de energía en la vida real faltan no solo años, sino lograr toda una reglamentación para desarrollar esta industria. De modo que la posibilidad de que Colombia empiece a generar energía nuclear es lejana.
¿Qué le falta regular a Colombia para generar energía nuclear?
Durante el último año, un grupo de congresistas ha venido trabajando con comunidades científicas en la construcción de una ley nuclear, con el objetivo de promover la aplicación de esta energía en áreas de salud, medioambiente y seguridad alimentaria.
“Estamos super rezagados con respecto a la región. Somos de los pocos países de Latinoamérica que no tienen una ley de energía nuclear. Tenemos decretos y un marco normativo para el uso de tecnología, pero no tenemos una ley”, asegura la representante a la Cámara María del Mar Pizarro, promotora de la iniciativa.
La energía nuclear es solo un espectro de las tecnologías nucleares. Sin embargo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea) exige a los países tener una ley nuclear para que puedan construir y operar reactores, lo cual es fundamental si se quieren desarrollar tecnologías propias para aprovechar en diferentes industrias.
En Colombia las tecnologías nucleares se han limitado al área de salud, en diagnósticos y tratamientos contra el cáncer, como las radioterapias; en equipos odontológicos y en investigación. Debido a que en el país no se tiene estas tecnologías, Colombia no es autosuficiente en la producción de los isótopos que se utilizan para el tratamiento contra el cáncer y debe importarlos.
Otro potencial de las tecnologías nucleares está en la agroindustria, para mejorar las medidas fitosanitarias en la exportación de frutas y verduras, para que duren más tiempo, por medio de radiación con rayos gamma.
Otra aplicación en el agro es en el fitomejoramiento de semillas para que se adapten mejor a las nuevas condiciones climáticas, o para controlar plagas, como lo han hecho Panamá, Guatemala o México, que han utilizado tecnologías nucleares para desarrollar técnicas de “mosquito esteril”.
De acuerdo con Pizarro, “el objetivo principal con la ley es crear la infraestructura institucional para separar la entidad que regula de la que promociona esta industria y así tener un aval internacional para desarrollar reactores”.
La experiencia internacional también ha servido como base para el desarrollo de la iniciativa legislativa en Colombia. Pizarro explica que mientras que la ley en México contempla la extracción de uranio, “acá se ha hablado de no abrir esa puerta”. También hay leyes en Latinoamérica que permiten que las empresas privadas de tecnología o medicamentos produzcan este tipo de tecnologías, mientras que otros países se lo dejan al estado. Lo que se buscará en Colombia es que sea un modelo de participación mixta.
Sin embargo, asegura la congresista, “hasta el momento el Gobierno no ha mostrado interés en el desarrollo de energía nuclear, pero sí logró en el Plan Nacional de Desarrollo introducir un artículo para la creación de un reactor nuclear para salud”. En el Plan de Desarrollo quedó definido como un proyecto de impacto el “estudio de factibilidad de un reactor de alta potencia en Colombia”.
De acá a que Colombia pueda desarrollar una industria nuclear pueden pasar años y el potencial para el país aún es incierto. Mientras el Gobierno de Gustavo Petro habla de la necesidad de impulsar una transición energética, la energía nuclear aparece tímidamente en la conversación. Ya han pasado casi 60 años desde que llegó el primer reactor al país, la pregunta es cuándo llegará el próximo.