¿Por qué si hay mejores expectativas económicas para 2025 estamos tan pesimistas?

Crédito: Imagen: Freepik

12 Octubre 2024 03:10 am

¿Por qué si hay mejores expectativas económicas para 2025 estamos tan pesimistas?

Incluso con la desaceleración de las economías de Estados Unidos y China para 2025, en Colombia se prevé un mayor crecimiento económico y una inflación más baja. ¿Por qué los análisis económicos son más optimistas que el sentir en las calles?

Por: Angélica M. Gómez

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Octubre se caracteriza, al menos en Colombia, por ser el mes en el que los analistas, economistas y otros expertos y entidades publican sus estimaciones sobre el cierre del año en curso y el desempeño de la economía para el siguiente que, en este caso, sería 2025.

Este año, esas proyecciones se presentan en medio de una coyuntura con advertencias de un posible racionamiento de energía ante la falta de lluvia en los embalses de las generadoras hidroeléctricas, un Congreso en plena discusión de una reforma laboral, una reforma a la salud y una ley de financiamiento al mismo tiempo y la confianza del consumidor todavía en terreno negativo pese a que el consumo privado, el de los hogares, empieza a recuperarse.

Las conversaciones en las calles o en reuniones sociales, así como en las redes sociales, dan cuenta de un sentimiento pesimista en el país. Aún así, los cálculos sobre el desempeño total de la economía en 2024 y en 2025 se mueven al alza. Por ejemplo, el equipo técnico del Banco de la República actualizó su proyección de PIB para este año desde 1,2 por ciento en los primeros meses hasta el actual 1,8 por ciento. Otros son más optimistas y esperan que este año la economía crezca entre dos y 2,1 por ciento.

Y para 2025, los pronósticos acercan a la economía colombiana a una cifra más similar al 3 por ciento, que no se ve desde aquellos tiempos previos a la pandemia por covid-19. Las razones principales, dicen los expertos, son una cadena de hechos: la disminución en las tasas de interés del mundo crediticio ante la desaceleración de la inflación, lo que motiva a su vez a que tanto los hogares como las empresas consuman e inviertan más.

Levanten la mano los optimistas

Las cifras muestran que el país está en la senda de la recuperación económica. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el segundo trimestre del año la economía creció 2,1 por ciento, es decir, 1,7 puntos porcentuales por encima del registro de 0,4 por ciento que se había reportado para el periodo entre abril y junio de 2023.

En cuanto a la inflación, el dato anual de septiembre fue de 5,86 por ciento comparada con la de septiembre de 2023, un registro no visto desde diciembre de 2021. En esta oportunidad, el rubro de información y comunicación lideró esa desaceleración.

Con ese comportamiento en la canasta que mide el Dane con su Índice de Precios al Consumidor (IPC) y unas expectativas sobre el futuro de la inflación más bajas y estables, el Banco de la República ha recortado su tasa de interés de referencia de manera constante desde 2023 para llevarla al actual 10,25 por ciento.

Así es como el consumo privado, que puede representar una gran porción del producto interno bruto del país, crece y le roba terreno a la administración pública como el principal impulsor de la economía colombiana en 2025, según los cálculos de expertos como los del BBVA Research Colombia.

Dicho equipo técnico estima que “el gasto en bienes siga acelerándose durante 2025, para luego estabilizarse en niveles más sostenibles en 2026. Mientras tanto, el consumo de servicios, aunque resiliente, ha comenzado a moderarse tras un ciclo expansivo significativo. Se proyecta que esta moderación cíclica continúe en 2025, con una recuperación más robusta prevista para 2026, impulsada por una mejora en las condiciones del mercado laboral y el inicio de un nuevo ciclo expansivo”.

¿Estrellarse con la realidad?

Efectivamente, la economía ya muestra un mayor dinamismo en las compras de los hogares. César Caballero, presidente y fundador de la firma Cifras y Conceptos, explica que pese a que sí es palpable un sentimiento pesimista en el país, las compras de bienes semidurables y durables como los electrodomésticos o los vehículos están de nuevo al alza, lo que demuestra una mejora en el comportamiento y disposición de gasto de los colombianos.

Sin embargo, la Encuesta de Opinión del Consumidor (EOC), que hace cada mes el tanque de pensamiento Fedesarrollo, muestra que la confianza del país sigue en terreno negativo desde la pandemia. En agosto, el último mes de este año sobre el que hay resultados, el índice reportó una disminución de más de seis puntos porcentuales frente al mes anterior y llegó a -15,3 por ciento por una caída en el índice de 11 puntos de las condiciones económicas, mientras que las expectativas del consumidor bajaron en 2,5 puntos porcentuales.

Por su parte, Germán Cristancho, gerente de Investigaciones Económicas de Corredores Davivienda, advierte que al comparar las cantidades o los volúmenes vendidos en ítems como los vehículos, las neveras y otros electrodomésticos, esos números se mantienen por debajo de los valores de 2019, lo que muestra que el crecimiento en el consumo es más bien por un asunto de base de comparación.

Es decir, el consumo privado y la economía del país efectivamente muestran mejores cifras, pero buena parte de esa mejora se debe, más bien, a que el punto de comparación, que es el desempeño del año anterior, es mucho más bajo y eso hace que casi cualquier mejora se convierta en un cambio sustancial.

Cristancho también advierte que el país mantiene unas condiciones pobres para incentivar la llegada de inversiones nuevas. Y, de hecho, en el cálculo para 2025 del desempeño económico que hace Corredores Davivienda uno de los principales impulsores será el de las obras civiles, pero por la ejecución de proyectos como el metro de Bogotá y no por nuevos proyectos.

Es una realidad que el país tendrá mejores cifras económicas en 2025 aún en medio del pesimismo de las calles, pero para el futuro necesitará un mayor ajuste en el cinturón de las cuentas públicas y medidas que incentiven la inversión privada para recuperar el potencial de crecimiento que tiene Colombia.

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