¿Qué tan ciertas son las cuentas de la hija de María Fernanda Cabal y José Félix Lafaurie sobre el impuesto saludable?

La empresa Luisa Lafaurie invitó a los emprendedores a no formalizarse.

Crédito: Instagram @luisapostres

20 Septiembre 2023

¿Qué tan ciertas son las cuentas de la hija de María Fernanda Cabal y José Félix Lafaurie sobre el impuesto saludable?

La joven empresaria aseguró que con el nuevo impuesto a los alimentos ultraprocesados, más el IVA, los costos que deben asumir los productores aumentarán.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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En un video en los últimos días, Luisa Lafaurie Cabal, la hija de María Fernanda Cabal y José Félix Lafaurie, aseguró que lo mejor que pueden hacer los emprendedores es “no formalizarse” por el alto nivel de impuestos que conlleva ser empresario en Colombia. 

Su queja, que hizo pública por medio de un video en sus redes sociales, tiene que ver con su negocio de venta de postres, Luisa Postres, y el impuesto a los alimentos ultraprocesados y con azúcares añadidos que entró en la reforma tributaria del año pasado y que empezará a cobrarse desde noviembre. 

“Estoy en depresión porque me acabo de enterar que el impuesto saludable sí pasó y desde noviembre toca cobrar un 10 por ciento adicional, para nuestros queridos políticos, y el próximo año como 20 por ciento (...) Si vendemos con IVA e impuesto saludable el 50 por ciento de lo que vendemos se va para el Estado. No se formalicen”, dijo Luisa Lafaurie. 

¿Qué dice la norma sobre el impuesto? 

La reforma tributaria aprobada el año pasado estableció que los productos comestibles ultraprocesados con alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas deberán pagar un impuesto a partir de noviembre. Dentro de los alimentos que entraron en la lista de la tributaria están los artículos de panadería, pastelería o galletería, como los que produce Luisa Postres. 

La tarifa del impuesto a los productos ultraprocesados quedó en 10 por ciento para 2023, 15 por ciento en 2024 y 20 por ciento a partir de 2025. La tributaria estableció que el responsable del impuesto es el productor o importador y que la base gravable del producto la constituye el precio de venta. 

En la tributaria se estableció que los productos deben pagar el impuesto si sus ingredientes contienen más de 300 miligramos (mg) de sodio por cada 100 gramos; cuando el contenido de azúcares es “igual o mayor a 10 por ciento del total de energía proveniente de azúcares libres”, o cuando el contenido de grasas saturadas es “igual o mayor a 10 por ciento del total de energía proveniente de grasas saturadas”. 

Juan David Velasco, socio de la firma Baker Mackenzie, explica que con la reforma tributaria entraron dos tipos de impuestos “saludables”, a las bebidas azucaradas y a los impuestos ultraprocesados, cada uno con sus bases y sus tarifas.  

La pregunta es si van a subir los precios, y por su puesto lo van a hacer, porque esa tarifa que se les va a aplicar es un impuesto definitivo, no uno que se pueda descontar, por lo que sí va a generar un efecto inflacionario en el precio. Los productores tienen dos opciones, o se lo transfieren al consumidor final o lo asumen dentro del precio como una menor rentabilidad”, explicó Velasco, quien  destacó que también es una realidad que, además del IVA, se sumará este nuevo impuesto.

“Es una base gradual, hay que tener muy en cuenta que no es solo un impuesto con una vocación recaudatoria, sino extrafiscal, que busca que el consumidor cambie sus hábitos alimenticios”, añadió Velasco. 

De otro lado, Diego Torres, abogado experto en derecho tributario de Cuatrecasas y profesor de la Universidad de los Andes asegura que con el impuesto a los alimentos ultraprocesados lo más seguro es que se vea un incremento a los precios, porque a la larga "es un impuesto al consumo, y cuando se grava el consumo es el consumidor quien termina pagándolo". 

Esto, según Torres, se explica por dos razones:. "El responsable del impuesto es diferente al contribuyente económico del impuesto. Algo muy parecido a lo que sucede con el IVA. El consumidor es el que paga la plata correspondiente al IVA, pero es el comerciante el encargado de recoger el IVA que genera su actividad y en una periodicidad determinada le entrega esos recursos a la Dian", indica el abogado. 

En este sentido, quien asume la carga derivada del impuesto es el consumidor, y lo que hace es que el precio del producto suba. 

En segundo lugar, explica Torres, "cuando hay insumos en el esquema de costos que están gravados con un impuesto, es apenas natural que el empresario incorpore esos costos en la determinación de su precio"

Lo cierto es que los empresarios tendrán que asumir una nueva carga dentro de sus costos, y dependerá de ellos determinar qué tanto del impuesto trasladan a los consumidores. 

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