Tasas de interés tendrían que bajar más rápido de lo esperado
27 Abril 2023

Tasas de interés tendrían que bajar más rápido de lo esperado

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

Colombia se preocupó por subir las tasas de interés para controlar la inflación. El reto ahora es cómo bajarlas lo suficientemente rápido para que la economía no se ahogue.

Por: Angélica M. Gómez

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Después de dos años de un rebote económico no visto en el país –tras una crisis que tampoco se había visto–, 2023 ha apodado como el año de la normalización: desacelerar para que todo vuelva a su cauce normal y, entonces, repensar qué hacer para que la economía crezca, pero respaldada en una mayor estabilidad. 

Eso se tradujo en que, para controlar la inflación, que llegó en marzo al 13,34 por ciento, no hubo más remedio que subir las tasas de interés hasta 13 por ciento. Como se encareció el dinero, las familias empezaron a consumir menos, y las empresas, a producir menos, por lo que la economía se desaceleró. 

“La macroeconomía se está ajustando. En este momento tenemos excesos de demanda que se ven en los precios, en la tasa de cambio nominal. Y para terminar de ajustar la macroeconomía, necesitamos que las estrategias de política fiscal y de política monetaria sean exitosas”, explicó Andrés Velasco, director técnico del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF).

Desde el lado de la política monetaria, las tasas de interés son las protagonistas. Esta herramienta, que se empezó a usar hace 22 meses para evitar una inflación desbordada, se tomaría un descanso al menos por lo que queda del primer semestre del año, pues ya hay varios indicios de que la inflación empezará a bajar en el segundo semestre; entonces, las tasas tendrán que hacer el proceso contrario: bajar hasta alcanzar la inflación y evitar una gran desaceleración. 

El problema es que el Banco de la República también tendrá que ser muy cuidadoso para no bajar tan rápido las tasas y la inflación vuelva a dispararse. Será una tarea tan milimétrica como mezclar agua fría y caliente para lograr la temperatura perfecta del té.

“Cuando el Banco de la República termine de hacer su tarea y la inflación empiece a caer y a transmitirse a las expectativas de inflación, va a ser muy importante ver si esas expectativas caen rápido”, opina Velasco. La razón es que esas proyecciones de inflación son base para calcular la famosa tasa de interés real, es decir, cuánto realmente le está costando su crédito al restarle la inflación al consumidor. 

"Si las expectativas de inflación caen más rápido de lo que el Banco de la República logra corregir, esas tasas de interés reales van a tener un efecto sobre la actividad económica. Pero estoy seguro de que el Banco de la República va a estar pendiente de ese tema”, advirtió el economista.

Y es que tener unas tasas de interés reales altas significa que la economía crece mucho menos o se contrae más porque es mucho más costoso financiarse. En un año en el que ya se proyecta que la economía crezca apenas 0,8 por ciento aproximadamente, eso podría ser una preocupación adicional, pues representaría un crecimiento económico aún más bajo que ese pronóstico.

El ajuste fiscal

Por otro lado están las finanzas públicas. Allí el Gobierno tiene una regla fiscal que no le permite gastar más allá de sus capacidades.

“El tema fiscal está en el centro de las preocupaciones macroeconómicas porque necesitamos hacer el ajuste bien hecho, ordenado, para evitar riesgos futuros. ¿Qué es lo que pasa? Nosotros tenemos unos marcos que son muy sólidos sobre lo que se puede hacer y sobre cuál es el techo de gasto. Y, claro, si el Gobierno nacional cumple esas metas, vamos a llegar a buen puerto”, dijo Velasco. 

Y el buen puerto, agregó, es lograr que el déficit primario neto estructural – que marca cuánto se está gastando el Gobierno central de más sin incluir pagos de intereses ni ingresos financieros– se convierta en un superávit primario; es decir, que sobre dinero después de todos los gastos a partir de 2025, según las indicaciones de la regla fiscal.

“Esa regla está construida sobre la base de que observamos una deuda, la deuda neta del Gobierno nacional central. Fuera de esa deuda pueden existir otras deudas que no podemos perder de vista porque, si no somos juiciosos en que no se acumulen esas otras deudas, de nada sirve la regla fiscal”, dijo Velasco. 

El país tiene dos frentes por los que se podría acumular una deuda fuera de la regla fiscal. El primero de ellos es el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que –según el CARF– debe seguir pagándose y cerrándose.

El segundo es la deuda pensional. “Si nos gastamos parte de las contribuciones que hoy hacen los trabajadores que cotizan al sistema de pensiones, vamos a estar acumulando un pasivo, una deuda de las pensiones de esas personas que tarde o temprano van a tener que ser suplidas por el Gobierno nacional. La estructura fiscal es sólida y cumplir la regla fiscal es muy importante. Si eso se hace, si se cumple ese plan, nos va a ir bien. Si hacemos trampa –ignorando la acumulación pensional o la deuda con el Fepec– nos va a ir mal”, concluyó.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí